Gloop, la revolución de los cubiertos comestibles con ADN jaqués

Gloop, la revolución de los cubiertos comestibles con ADN jaqués. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Gloop, la revolución de los cubiertos comestibles con ADN jaqués. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Gloop es una startup -una empresa emergente- que busca acabar con los plásticos de un solo uso en productos como las pajitas, las cucharillas, los palillos chinos o los palitos para remover el café, a través de alternativas comestibles. Un joven jacetano de 25 años, Hernán Hernández, está detrás de la iniciativa, junto a su compañera Marta Maneja. Su empresa ya ha sido premiada por la plataforma Tik Tok como uno de los cinco mejores proyectos innovadores del mundo y acaba de ser incorporada, por méritos propios, a la prestigiosa incubadora y aceleradora de empresas Lanzadera, apadrinada por el empresario Juan Roig. Las cucharas comestibles de Gloop ya están en la calle -ya se han distribuido más de 33.000 unidades en una veintena de establecimientos en España- y la empresa de Hernández y Maneja despega con grandes expectativas.

Empezar desde abajo

Hernán Hernández es de Jaca, y cuando terminó Bachillerato se desplazó a Barcelona para continuar su formación mientras la compaginaba con la práctica del hockey hielo. El jaqués estudió Liderazgo, Emprendimiento e Innovación (LEINN) en la Universidad de Mondragón.

Actualmente, LEINN es el único grado universitario oficial e internacional sobre emprendimiento que existe en España y el único que ha implantado una de las metodologías educativas más innovadoras procedente de Finlandia. Aprender haciendo, emprender en equipo y viajar por todo el mundo, tomando como modelo la experiencia de otros países, son sus pilares fundamentales.

Los jóvenes que se forman en LEINN, como Hernán, son socios, no compañeros de estudio. Su formación se basa en el cumplimiento de objetivos, pero, en su caso, empresariales. “Se trata de desarrollar modelos de negocio rentables, aprendiendo, y trabajar desde cero para llegar donde te propongas”.

Durante los últimos cuatro años han desarrollado distintos proyectos, siempre en colaboración con empresas consolidadas. En ese tiempo, Hernán Hernández y sus compañeros, jóvenes cuya media de edad no supera los 23 años, han logrado facturar 350.000 euros. Unos resultados que no solo se limitan a los números, sino que a día de hoy les ha permitido crear una red de contactos y sinergias con los CEOS de empresas muy reconocidas que ahora ya, fuera del ámbito educativo, les abre las puertas a grandes proyectos en la vida real.

Las cucharas comestibles de Gloop se llaman minigloops, y las pajitas, gloojitas. Están hechas de harina de maíz, harina de arroz, cáscara de avena molida y azúcar de caña. Hay minigloops de chocolate (sin gluten) y galleta, y se está trabajando ya en productos para celiacos. En cuanto a las gloojitas, chocolate, vainilla, café, fresa, limón y menta son los sabores actualmente disponibles.

La filosofía de Silicon Valley, en la metodología de Gloop

El joven emprendedor ha implementado en Gloop la metodología que se aplica en Silicon Valley, donde conviven las mayores corporaciones de tecnología del mundo con miles de startups. Allí hizo prácticas y aprendió de los mejores.

“Al terminar la carrera, decidimos hacer una revolución contra el plástico de un solo uso”, explica el joven. Comenzaron con pajitas, cucharas y removedores de café, pero ya están desarrollando otros productos porque son conscientes de que el mercado es muy grande.

«Cucharas y pajitas comestibles: el sustituto sostenible y saludable al plástico de un solo uso. Imaginaos que os podéis comer la cucharita de vuestro helado como si de una galleta se tratara…»

El secreto del éxito está en tres propuestas de valor: “Somos sostenibles, mejoramos la experiencia del consumidor y, además, hay una normativa legal que ya prohíbe el uso del plástico de un solo uso. Esto ha hecho que hayamos crecido exponencialmente en los últimos meses”, explica el fundador de Gloop. “Un buen equipo y creer en uno mismo” completan la fórmula mágica que, sin embargo, ha necesitado mucho trabajo duro para que Gloop se haya convertido en un tiempo récord en una empresa revelación.

(FOTO: Gloop)
(FOTO: Gloop)

La fabricación de los productos Gloop

De momento, los productos de Gloop se fabrican en Europa, pero Hernán Hernández no descarta que en el futuro pudieran fabricarse en Aragón y, por qué no, en Jaca. “La calidad de vida que tenemos aquí no la hay en ningún lado. Ahora, en los inicios, tenemos que desarrollar el mercado. Yo tiraré hacia aquí -confiesa-, pero no dependerá solo de mí”, explica.

El principal hándicap al que se refiere el emprendedor está en la logística. “Si un cliente me pide un millón de cucharas las tiene que tener en tres días. En estos momentos trabajamos a nivel nacional, pero hay empresas interesadas ya en grandes contratos supeditados a un ámbito de actuación internacional. Desde una fábrica en Jaca, en estos momentos, es complejo. Pero todo se puede estudiar y seguro que a través de Zaragoza o de otros medios podríamos trabajar”, considera Hernández.

Con un crecimiento de vértigo, los fundadores de Gloop no se quieren quedar solo en la empresa, que en apenas cuatro meses está prácticamente consolidada, sino que su objetivo pasa por “asentar el negocio e instalar la industria lo más cerca posible de casa, generando aquí puestos de trabajo”, explica el CEO de Gloop.

gloop, Un crecimiento imparable

En estos momentos, el equipo de Gloop está formado por cinco personas, pero su mercado potencial de clientes supera las 12 cifras. En el momento en que tenga capacidad para competir con el precio de la madera, que es el rival directo de su producto, Gloop será ya imparable. El jaqués estima que entre seis meses y un año la empresa habrá alcanzado ya este punto, si todo va sobre lo previsto.

De momento, y en apenas tres meses desde que naciera el proyecto, en 20 establecimientos españoles ya se pueden encontrar los productos Gloop: Madrid, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca y Canarias ya se han rendido a los cubiertos comestibles.

El mercado español responde a un perfil turístico, donde el producto de Hernán Hernández y Marta Maneja no tiene, hoy por hoy, competencia. Por eso, el reto está en consolidar el mercado nacional, y quién sabe si, en poco tiempo y visto el éxito de sus productos, dar el salto al ámbito internacional.

Mientras tanto, con Gloop, la revolución contra el plástico ha comenzado. Y tiene ADN jaqués.

Por Rebeca Ruiz

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