por Rebeca Ruiz
El peregrino Fray Damián, el cocinero Don Cucharón y Albert Le Lay (el jefe de la Estación de Canfranc), sin olvidar al peculiar científico Doctor Natur, se han convertido, en poco tiempo, en los verdaderos protagonistas de las miles de historias que encierra el patrimonio cultural, artístico, natural, histórico y etnográfico de la Jacetania.
De la mano de Manuel Bueno, impulsor de El Club de las Charradas, un puñado de personajes van desgranando los secretos de la historia y la naturaleza de los pueblos de la Jacetania. Así, la iniciativa, que está ganando adeptos por momentos, pretende “conectar al espectador con el patrimonio” que esconde el territorio, muchas veces con un potencial desconocido, con el valor añadido de convertir en una alternativa distinta y original cada una de estas propuestas culturales y lúdicas que forman la agenda de El Club de las Charradas.
Manuel Bueno es educador ambiental, guía turístico y monitor de tiempo libre. Su labor consiste, como él explica, en “mostrar entornos” y trabaja “en la integración del ser humano dentro de ese ecosistema, que es nuestro patrimonio, uniendo el medio natural con el histórico-cultural”. Con más de 25 años de experiencia, cuenta en su trayectoria profesional con apuestas tan importantes como la de haber sido coordinador gerente de las Cuevas de las Güixas, de Villanúa, una iniciativa que ha llevado a este enclave a ser conocido internacionalmente y a servir de modelo para otros proyectos desde el estudio no sólo del accidente geográfico y de lo que supuso en su momento en el plano histórico y etnográfico, sino también desde la investigación de su flora y su fauna, especialmente los murciélagos. Su nombre también estuvo ligado a Sargantana, pioneros en el ámbito de la Educación Ambiental. Gran conocedor de la filosofía de la interpretación del patrimonio, siempre estuvo convencido de que “el método interpretativo era el camino del éxito”. Es decir, convertir la difusión del patrimonio, en el sentido más amplio de la palabra, en experiencias vitales, dando el valor máximo a los sentidos, para el que lo disfruta.
Hoy ofrece una forma diferente de poner el patrimonio cultural, natural e histórico al alcance de todos. Se trata, como él mismo dice, “de crear un territorio animado con la palabra como herramienta”: conocer lugares de la Comarca de la Jacetania como la Estación Internacional de Canfranc, el Camino de Santiago o la Cueva de las Güixas, y hasta Jaca, de manera lúdica, al margen de la edad o de cualquier otra condición, es ya un sueño hecho realidad. “Tenemos un potencial brutal en cuanto a territorio y un potencial humano mucho mayor del que pensamos”, explica Bueno, que defiende la idea de conseguir todo ello como motor de desarrollo y lograr un posicionamiento turístico privilegiado para la zona, partiendo de huir de la competitividad y de lo que él denomina “crear puentes”, en base a un tejido colaborativo entre instituciones, empresas, asociaciones y particulares, trabajando conjuntamente por una causa común.
Para ello, Manuel Bueno organiza actividades creativas, visitas, paseos, animaciones personalizadas y cuentahistorias, creando experiencias sorprendentes “en un viaje por la historia, la cultura y el patrimonio natural pirenaico único en Europa”.
El Club de las Charradas es la animación elevada a su máxima expresión. Es un “club de personajes”. Estos personajes, carismáticos y accesibles, se han convertido en la excusa perfecta para despertar el interés del público, que, a través de este original hilo conductor, alcanza a descubrir y a disfrutar de un mayor conocimiento del entorno que le rodea. Cada personaje tiene su mundo y, a partir de él, surge la historia. Una historia que termina a menudo con un taller y actividades creativas que logran captar el interés del público desde el primer instante hasta el último.
El primero de ellos fue Fray Damián, a través del que se muestra el Camino de Santiago, “uno de nuestros recursos más importantes y menos trabajados”. “Fray Damián, el peregrino, es Canfranc”, dice Manuel Bueno. Después llegarían el cocinero Don Cucharón -una versión de Master Chef-, el Doctor Natur (ecologista y abanderado de la lucha contra el cambio climático) y Albert Le Lay, su personaje más conocido, el jefe de la Estación Internacional de Canfranc en los años 40. Hoy, Manuel Bueno se ha convertido en la primera persona que tiene permiso para trabajar dentro de la Estación de Canfranc sin ser trabajador del Gobierno de Aragón. En poco más de un año, los personajes del Club de las Charradas (principalmente, Albert Le Lay) han mostrado lo mejor de los pueblos de la Jacetania a más de 6.000 personas.
El Hechicero Romero (dirigido a los más pequeños) o Pedro Malón (el rural, que presenta la escuela de pastores) son otros de los personajes que forman parte del catálogo del Club de las Charradas, un proyecto que acaba de comenzar a andar y que ha dado un giro a la promoción y proyección del patrimonio de la Jacetania.
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