Fermín Ochoa y Francisco Giral, cara a cara en la Ciudadela de Jaca

La obra pictórica de Fermín Ochoa y Francisco Giral irrumpe como la gran protagonista del verano cultural de la Ciudadela de Jaca. Hasta el próximo 3 de septiembre, el arte figurativo de Ochoa y Giral llena las paredes del Salón Panadería del Castillo de San Pedro en una exposición en la que coinciden los singulares puntos de vista de estos dos artistas. Dos hombres capaces de convertir lo habitual en extraordinario. Y cuya visión de lo que les rodea no deja indiferente a nadie. Ochoa y Giral, cara a cara en la Ciudadela de Jaca.

De izquierda a derecha, Fermín Ochoa; David Giral, junto al autorretrato de su padre, Francisco Giral; y el director de la Ciudadela de Jaca, el coronel Francisco Rubio. (FOTO: Rebeca Ruiz)
De izquierda a derecha, Fermín Ochoa; David Giral, junto al autorretrato de su padre, Francisco Giral; y el director de la Ciudadela de Jaca, el coronel Francisco Rubio. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Fermín Ochoa y Francisco Giral

Haciendo suyas las palabras de la crítica de arte Marta Teixidó, el director de la Ciudadela de Jaca, el coronel Francisco Rubio, presenta una nueva exposición temporal. Se mostrará durante todo el verano en el Salón Panadería del Castillo de San Pedro. Y lo hace así: «Un pintor exquisito. Elegante y delicado. Y que trata la figura del caballo con respeto y sobriedad», en referencia a Francisco Giral, fallecido hace cinco años. Y «un pintor con mucha personalidad cuyos bodegones huyen de lo habitual. Con un tratamiento único del color y del brillo que aporta algo nuevo y muy de valorar», para definir, por otro lado, a Fermín Ochoa.

La diversidad y la pintura figurativa de Fermín Ochoa

Con una propuesta «figurativa, rayando en muchos casos el hiperrealismo», Ochoa regresa ahora a la fortaleza. Allí ya se pudo disfrutar su obra en 2020 y en 2021. Esta ves lo hace con 42 piezas, cada una con sus propias características. Confiesa que le gusta cambiar y buscar la diversidad, tanto en cuanto a la temática de su pintura como al soporte y la técnica.

Desde la primera vez que expuso en la Ciudadela de Jaca su obra ha evolucionado -tratando siempre de mejorar, apunta-, aunque Ochoa sigue fiel a su estilo. Óleo, acrílico, plumilla o acuarela son la excusa del pintor turolense, enamorado de Jaca y de la montaña, para compartir con el público su forma de ver el mundo.

Fermín Ochoa

Este pintor, natural de Híjar (Teruel), expone por tercera vez en la Ciudadela de Jaca. Desde muy joven le apasionó el dibujo y la pintura, por lo que cursó el Grado de Artes Aplicadas en la especialidad de decoración y diseño de interiores, en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Zaragoza. Es miembro de la Federación Internacional de Arquitectos de Interior y del Colegio Oficial de Decoradores y Diseñadores de Aragón, del que fue vicepresidente (1992– 1995) y presidente (1995 – 2001). Ha desarrollado su carrera profesional en el mundo de la decoración, fundando su propio estudio, Fer Decoración Comercial. Desde su jubilación se ha dedicado plenamente a la pintura artística. La temática de sus obras es variada, con una especial inclinación hacia la naturaleza y el paisaje de montaña, por la que siente una gran pasión. Utiliza técnicas muy variadas, sobre todo acrílico, óleo, acuarela, pastel y plumilla. Ha participado en 13 exposiciones individuales en Zaragoza, Tauste, Jaca y Canfranc.

De Ochoa a Giral

Junto a la colección de Fermín Ochoa se expone en esta ocasión en la Ciudadela de Jaca la obra de Francisco Giral. Un prestigioso artista fallecido en 2018 cuya tarjeta de visita es el mundo del toro y el caballo, que abordó desde diferentes puntos de vista buscando la perfección y la belleza de la naturaleza animal en estado puro.

Fermín Ochoa y Francisco Giral, cara a cara en la Ciudadela de Jaca

El amor por el caballo de Francisco Giral

David Giral, junto a parte de su familia, recuerda la figura de su padre, muy presente a través de un autorretrato rodeado de lo que fue su pasión en vida: la hípica, en todos sus ámbitos. «Mi padre era un gran amante de los caballos», y esas interminables horas de estudio de la anatomía del animal y la observación de la hípica en todas sus facetas deportivas queda patente en la muestra de la Ciudadela. Una muestra que llama la atención por la importancia que adquiere el caballo; hasta tal punto que llega a anular al jinete, que pasa a un segundo plano o que, incluso, desaparece. La exposición de Giral llega, además, con una importante carga sentimental. Y es que exponer en Jaca era «una de las grandes ilusiones» que tenía el pintor. «Hoy cumplimos uno de sus sueños», señala su hijo.

Autodidacta, curioso y aficionado a las maquetas. Desde muy pequeño, Francisco Giral se entregó a la pintura. Siempre enamorado del mundo animal, no desaprovechaba ninguna oportunidad y recorría clubes y competiciones con su cámara de fotos «para coger ideas y después plasmarlas» en su obra. Así lo recuerda su hijo. Parte de ella -35 cuadros- vestirá durante las próximas semanas las paredes del emblemático salón del Castillo de San Pedro.

Francisco Giral

Es la primera exposición póstuma que se realiza, como homenaje a este pintor fallecido en el año 2018. Las obras han sido seleccionadas con mucho mimo por sus hijos y esposa, eligiendo la temática del caballo como hilo conductor, en referencia a la gran pasión que tenía por este majestuoso animal, con el que sus familiares siguen teniendo vínculos especiales. Este artista oscense estaba vinculado a la ciudad de Jaca por lazos familiares y personales. Pintor hecho a sí mismo, con un trabajo que deja patente un gran virtuosismo técnico y realista, centrado en la representación del mundo del caballo y del toro, Giral era un gran apasionado y perfecto conocedor de la morfología y etología de estos animales, que representa con minuciosos detalles en toda su obra. Sus obras están realizadas a partir de fotografías. En muchas ocasiones, realizadas por él en concursos hípicos, ganaderías y otros entornos naturales. El resultado son trabajos donde las figuras humanas y animales son tratadas con gran elegancia, majestuosidad y enorme precisión. Este último rasgo se debe, sin duda, a la destreza adquirida durante su trayectoria profesional como delineante proyectista.

Fermín Ochoa y Francisco Giral, cara a cara en la Ciudadela de Jaca

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