¡Enemigo público o amigo íntimo!

f100005151por Juan José Mairal Herreros

Érase una vez una persona a un móvil pegada… Así podría comenzar cualquier historia a día de hoy que tratara el tema del uso móvil en la sociedad o cualquier situación en la vida cotidiana actual de la civilización humana. No soy contrario a las nuevas tecnologías, ni mucho menos, hay que aprovecharlas, pero… ¿Se han dado cuenta de que, cada día más, estamos enganchados literalmente a este aparatito y obsesionados por ese teléfono de última generación o artefacto diabólico o amigo íntimo, según como se mire?
Ni que decir que estamos hipnotizados por este aparato táctil, por esa pantalla luminosa y atractiva que nos ceba desde nuestro primer bostezo matutino. ¿Quién es capaz, hoy en día, de salir a la calle sin su móvil, de ir a otro lugar sin su móvil o de no consultar cientos de veces al día su móvil para cualquier cosa o situación?
Nos sentamos a comer y ponemos el móvil a nuestro lado como si fuera el complemento que usaremos junto la cuchara y el tenedor, hablamos con alguien y vemos que está consultando su móvil y llevando una “conversación” con nosotros a la vez, damos más importancia o vigilancia al sonido entrante del whatsapp que a nuestra seguridad vial en la calle, conversamos más a través del móvil que hablamos con otra persona de tú a tú, mandamos mensajes, fotos y vídeos a nuestros contactos como si la vida fuera en ello. Damos o dejamos a nuestros hijos un artefacto potencialmente peligroso sin saber a qué uso lo destinan o que fin lo llevan.
Somos ya o llevamos camino de ser esclavos adictos de este pequeño invento tecnológico que condiciona, si o si, nuestra vida a cientos de millones de personas. Quizás sea hora de ponernos a pensar, adultos y menos adultos, de pararnos a reflexionar por qué estamos cayendo en la senda del mundo que se relaciona por mensajes de móvil, de decidir si es el camino correcto, de controlar esa dependencia casi total del móvil en nuestras vidas, hasta para ir al servicio, diría alguno.
Estamos creando dependencias, patologías y enfermedades del siglo XXI que hacen del ser humano algo único. Que solo él puede hacer, pero que debería hacernos pensar que detrás o al lado de un negocio y un consumo hay otras cosas más interesantes, más humanas y menos dirigidas y que pueden y deben hacernos más felices y menos contagiados de este lastre tecnológico.
Eso sí, hay dos opciones… o tenerlo como enemigo público o hacerlo nuestro amigo más íntimo, ya que la moderación en esto es algo que pocos parecen tener en cuenta o planteárselo. Vaciar chat.

Jacetania Express se reserva el derecho a publicar cualquier comentario o artículo de opinión que considere oportuno por aportar algún elemento que enriquezca la información y el conocimiento sobre nuestra comarca, pero no tiene por qué compartir en absoluto las opiniones que en estos artículos se viertan. La opinión editorial de este blog sólo se expresará mediante los artículos firmados explícitamente por Jacetania Express.