Emotivo homenaje en Canfranc al Cabo Rubén Rangel, siempre presente en el corazón del Galicia 64

Emotivo homenaje en Canfranc al Cabo Rubén Rangel, siempre presente en el corazón del Galicia 64. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Acto por los caídos y salvas en honor del Cabo Rubén Rangel. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Allí, en las Canteras Bajas de Canfranc, donde nunca debió suceder, el Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña rendía un sentido y emocionante homenaje al Cabo Rubén Rangel Vizuete. Una placa, salvas y flores, a escasos metros del lugar donde el joven militar perdió la vida en acto de servicio en un trágico accidente de escalada en 2016, recordaban que su memoria sigue más viva que nunca en el corazón del Galicia. Rubén Rangel Vizuete, siempre presente.

Amanecía el día cubierto en Canfranc, como en señal de respeto al Cabo Rubén Rangel Vizuete

Amanecía el día cubierto en Canfranc, como en señal de respeto al Cabo Rubén Rangel Vizuete. A escasos metros del lugar en el que la montaña, esa que «le daba la vida» -como recuerdan quienes le conocían-, y de la misma forma, se la arrebataba, familiares y amigos se han reunido este viernes en torno a su memoria.

El recuerdo del montañero sigue muy vivo entre sus compañeros. El dolor por su pérdida, también. Han pasado casi seis años de aquel desgraciado día y a él se le sigue nombrando como a los demás… Y son los otros los que contestan en su nombre. Hoy, una representación del Regimiento, formada en su mayor parte por miembros de la Tercera Compañía del Batallón Pirineos, a la que pertenecía Rangel, ha recordado a un buen soldado. Pero, sobre todo, a un buen amigo, a un buen compañero y a un buen hijo.

Los familiares de Rangel, junto al Coronel y el Suboficial Mayor del Regimiento Galicia, ante la placa. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Sus padres no han faltado a este sencillo, pero sentido homenaje. No han dudado en atravesar España para estar junto al soldado. Porque Rubén, como ellos dicen, está en cada uno de sus compañeros. Mucho dolor y mucha tristeza… Paradójicamente, y a pesar de haber revivido los momentos más duros de sus vidas, con una gran entereza han agradecido las muestras de cariño de todos los presentes. Han abrazado a sus compañeros. Han conocido a las hijas, recién nacidas, de sus amigos. Y, de alguna manera, saber que el recuerdo de Rubén está tan vivo, ha venido a ocupar el lugar de ese consuelo que ya será imposible.

Los familiares de Rangel han estado arropados por todos los militares presentes

Los familiares de Rangel han estado arropados por todos los militares presentes. Y acompañados, en todo momento, por el coronel del Regimiento Galicia 64, Antonio Ortiz; el Suboficial Mayor Antonio Tena y el teniente coronel jefe del Batallón de Cazadores de Montaña Pirineos I/64, Alberto Pérez Montes.

El Suboficial Mayor ha sido el encargado de leer unas palabras recordando la figura del soldado. Un joven alegre, con ilusión, con valores y comprometido, que ingresó en el Ejército de Tierra en octubre de 2013 y fue destinado al Regimiento de Cazadores de Montaña Galicia 64. Allí comenzó a prestar sus servicios en la Segunda Compañía del Batallón de Cazadores de Montaña Pirineos. Y, posteriormente, en la Tercera.

«Enseguida destacó por su alto grado de compañerismo, dedicación, disciplina y espíritu de sacrificio«

«Enseguida destacó por su alto grado de compañerismo, dedicación, disciplina y espíritu de sacrificio. Fue seleccionado para participar en la operación Resolute Support en Afganistán con el contingente ASPFOR XXXVIII, permaneciendo allí desplegado de julio a octubre de 2015 y siendo recompensado con la medalla OTAN», destacaba Tena, concluyendo con un mensaje que hacían suyo todos los demás: «Siempre presente en nuestros corazones, tu ejemplo nos sirve de estímulo en nuestro exigente trabajo diario».

Ha habido responsos y abrazos. Sonrisas recordando a Rubén. Y también lágrimas que han escapado de los ojos de sus compañeros, que, con emoción contenida y con cierta resignación, no podían evitar que su mirada se perdiera entre la roca. Una zona de escalada donde nunca se había registrado un accidente hasta que aquel verano el destino le jugó una mala pasada a Rangel. Y una pared donde ya nadie volverá a escalar.

También ha habido silencio. Un silencio desgarrador que congelaba el alma. Resultaba difícil mantener la mirada frente a la de una madre y un padre que, por mucho tiempo que pase, siguen necesitando una respuesta, porque la herida que deja un golpe tan duro difícilmente puede cerrarse.

Emotivo homenaje en Canfranc al Cabo Rubén Rangel, siempre presente en el corazón del Galicia 64. (FOTO: Rebeca Ruiz)
(Foto: RICZM 64)

Rubén Rangel Vizuete falleció el 2 de agosto de 2016 a los 25 años de edad, debido al impacto de una de las rocas desprendidas de una pared cuando se encontraba realizando prácticas de Instrucción Técnica de Montaña con su unidad. Fue ascendido a cabo a título póstumo y condecorado con la Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo durante el acto de honras fúnebres que fue presidido por el entonces Ministro de Defensa, Pedro Morenés.

El recuerdo de Rubén Rangel Vizuete, inevitablemente, lo impregnaba todo

El recuerdo de Rubén Rangel Vizuete, inevitablemente, lo impregnaba todo. A los pies de la montaña que se lo llevó, una placa evita ya que el tiempo pueda borrar su memoria. En aquella maldita pared, ya para siempre, queda un nombre y una fecha grabados no solo en la roca. También, en los corazones de todos.

Ha sido su madre la encargada de retirar la bandera de mochila que cubría la placa, junto a la que después se ha depositado un gran ramo de flores con los colores de la bandera de España. La misma bandera por la que dio su vida el joven soldado.

Siempre hay flores en el lugar en el que se produjo el accidente. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Siempre hay flores en el lugar en el que se produjo el accidente. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Su descubrimiento ha sido un acto solemne, aunque no era primer homenaje que se le rinde a Rangel. Un poco más allá, justo en el lugar que nadie quiere recordar, nunca faltan flores y una frase que reza: «Añoranza de otro tiempo que me honraba tu presencia, que fue tu amistad sincera, desinteresada y cierta. Tu gente nunca te olvidará, Rubén. Volveremos a encontrarnos. Te quiero, hermano».

Por Rebeca Ruiz

Fallece en accidente de escalada un joven militar de Ahillones | Hoy
Rubén Rangel Vizuete. (FOTO: Ministerio de Defensa)
Crónica de la despedida a Rubén Rangel. Jaca, 3 de agosto de 2016

Dolor, impotencia, rabia y tristeza. Mucha tristeza. El funeral del joven soldado Rubén Rangel Vizuete, fallecido en Canfranc mientras practicaba escalada junto a otros compañeros, ha convertido el Acuartelamiento del Regimiento Galicia 64 en un frío escenario donde el silencio y las emociones han estado a flor de piel durante todo el solemne acto. Una mala pasada del destino para la que no hay explicación racional y una vida sesgada es la consecuencia del fatal accidente que se ha llevado por delante a un joven entregado a los demás y al servicio de su patria. Y una de esas noticias que nadie está preparado para asumir y de las que esperas no tener que ser nunca testigo.

Autoridades civiles, eclesiásticas y militares, entre las que se encontraba el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y los compañeros del fallecido, han querido dar su último adiós al joven militar y arropar a su familia en estos desgarradores momentos, en los que no existe consuelo posible. Entre la conmoción general de los presentes, la emoción silenciosa de sus allegados, familiares y amigos, contenida dignamente en un esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias. La mirada perdida de sus padres, triste e incrédula, aún, deseando despertar de la pesadilla y dándose cuenta, por momentos, de que es imposible y de que Rubén ya no volverá.

‘Un excelente soldado que destacó por su entrega y su espíritu militar’. Han sido las palabras del Coronel del Regimiento Galicia 64, Fernando Maté, que ha recordado al joven como ‘un ejemplo constante para sus compañeros’. Unas palabras que han resonado entre los muros del cuartel, haciéndose hueco entre los corazones encogidos de los presentes, que en más de una ocasión han tenido que contener la respiración a lo largo del emocionante acto.

Impresionante el eco de las salvas, y los himnos militares resonando en el vacío. Y el inmenso respeto que flotaba en el aire, en una mañana sofocante y tremendamente desoladora, entre corazones rotos y sueños truncados. Una mañana de duelo brutal, infinitamente dolorosa para sus protagonistas forzosos, que trataban de sobreponerse a un cúmulo de sensaciones indescriptibles, desgarradoras y angustiosas.

Ahogados en la pena, la imagen de los padres, en su dolor contenido, rompía el alma, a pesar de los abrazos y las muestras de cariño recibidas por parte de los superiores del Ejército y del propio ministro de Defensa, Pedro Morenés. En un adiós cruel y desgarrador antes de partir, en un infinito silencio, junto con el féretro de su hijo querido hacia su pueblo de Badajoz, Ahillones.

No puedo ni me atrevo a imaginar el sentimiento de esa madre; una apenas llega a comprender este tipo de cosas dejando escapar todo el dolor y el desasosiego en una lágrima. A veces, los periodistas también nos quedamos sin palabras.
Lo siento mucho, de corazón. Descanse en paz
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Por Rebeca Ruiz. Crónica de la despedida a Rubén Rangel. Jaca, 3 de agosto de 2016

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