
Medio centenar de personas participaba este fin de semana en las segundas jornadas de Vuelo de Adaptado del Aeródromo de Santa Cilia, una iniciativa pionera de Fly-Pyr Santa Cilia, la Fundación Step by Step y el Club Sillas Voladoras (una asociación que impulsa la integración de las personas con discapacidad en actividades aeronáuticas www.sillasvoladoras.com), cuyo obejtivo es dar a conocer las numerosas posibilidades que, para este colectivo, existen en el mundo del vuelo sin motor.
El deportista Diego Ballesteros, un handbiker barbastrense que quedó en silla de ruedas tras un atropello, y cuyo nombre es muy conocido por su afán de superación y por sus ambiciosos retos, que le han llevado a recorrer medio mundo y a lograr numerosos reconocimientos por sus logros deportivos, participaba en las jornadas.
La experiencia, que suponía el primer contacto con el vuelo a vela para muchos de los participantes, era recibida por todos de manera muy satisfactoria. El handbiker oscense la calificaba como “muy emocionante; el despegue ha sido muy suave y en el momento que te desenganchas del avión y vas flotando y notas como coges las corrientes de aire es una experiencia que te hace sentir totalmente libre. Para una persona en silla de ruedas es algo magnífico, muy agradable y una sensación de plena libertad que me invita a repetir”, explicaba tras su vuelo.
Mikel Bidaurre y Miriam Torres -en la foto, junto a Ballesteros-, procedentes de Pamplona y de Huesca, respectivamente, coincidían en destacar la sensación de libertad que, cuando se está en un silla de ruedas o se tiene movilidad reducida, supone poder practicar vuelo a vela. “Los límites están en la cabeza”, señalaban dos de los protagonistas de la jornada, asegurando que se trata de una experiencia única que abre nuevos horizontes y expectativas a personas que, en muchas ocasiones, al encontrarse en situaciones similares, se quedan en casa y ven limitada su calidad de vida.
Mikel es veterano en las jornadas de vuelo adaptado. El año pasado ya participó en la primera edición y tiene muy claro que volverá a repetir: “Volar es como flotar en el aire, y al final No tienes ningún ruido; sólo escuchas el aire del ala y esa sensación es un auténtico disfrute. Es una sensación estupenda”.
Por eso, está valorando, junto al resto de participantes, la posibilidad de practicar vuelo a vela de forma habitual: “Ahora que se han vencido las barreras administrativas, que era una dificultad que a las personas con discapacidad les dejaran volar, es una gran oportunidad”, explica, aludiendo al hecho de que, desde hace unos años, es posible, para una persona con discapacidad en los miembros inferiores, obtener la licencia de piloto de vuelo sin motor.
Fly Pyr, el Aeródromo de Santa Cilia -instalaciones del gobierno de Aragón vinculadas a Turismo de Aragón- y el Aeroclub Nimbus son pioneros en el Pirineo en la labor con discapacitados físicos y, desde sus instalaciones, se programan distintas actividades y propuestas con el fin de romper barreras y hacer posible algo que, hasta hace poco tiempo, era impensable: que personas con discapacidad física o movilidad reducida puedan practicar el vuelo sin motor como aficionados o incluso obtener la licencia de piloto, algo que es factible en España desde 2008.
Ahora, es necesario “intentar sacar más licencias y dar a conocer este deporte, porque se abre mucho mundo” y supone, en último término, una forma de superar la situación personal de cada uno, señalan los participantes. Por eso, “cuanta más difusión, más gente nos va a ver y la vida de muchas personas va a ser mucho más positiva”, insisten, destacando la necesidad de difundir este tipo de actividades que, en muchos casos, son desconocidas para los propios interesados.

Por su parte, Miriam destacaba las dotaciones del Aeródromo de Santa Cilia, que cuentan con todos los servicios y están ubicadas en un lugar privilegiado, con unas “vistas impresionantes” y la posibilidad de pasar una jornada lúdica aprovechando la oferta de restauración o la piscina. De hecho, tal y como recuerdan los participantes en la segunda edición de las Jornadas de Vuelo Adaptado, esta actividad, que el aeródromo da la posibilidad de realizar durante todo el año a través de un programa específico dirigido a personas con discapacidad o movilidad reducida, hace de las instalaciones de Fly-Pyr “algo único”, posicionando a Santa Cilia a la vanguardia en Europa en el vuelo a vela adaptado.
La actividad se desarrollaba en el Aeródromo de Santa Cilia con cinco aviones biplaza, dos de ellos adaptados para el vuelo para discapacitados o personas con problemas de movilidad en las extremidades inferiores. El éxito de esta iniciativa, en su segunda edición, ha llevado a Fly-Pyr Santa Cilia, la Fundación Step by Step y el Club Sillas Voladoras a pensar ya en la organización de las terceras jornadas y en nuevas actividades dirigidas a este colectivo.