Cae la tarde y, como si se tratara de un ritual, vecinos, visitantes y peregrinos se reúnen en lo alto del pueblo para disfrutar de un espectáculo irrepetible. Arrés se asoma con cada ocaso a los que posiblemente sean unos de los atardeceres más espectaculares del Camino de Santiago. Famoso por su albergue tradicional –La casa de las sonrisas– este pequeño pueblo jacetano se deja mecer al caer al día por sus puestas de sol, que tienen fama entre los caminantes de ser unas de las más bonitas de todo el tramo aragonés de la ruta jacobea. Todas impresionantes. Y todas diferentes. Pero todas increíbles.
La belleza de las puestas de sol de este pueblo jacetano se conoce a lo largo de todo el Camino de Santiago, más allá de los límites de Aragón
La belleza de las puestas de sol de Arrés se conoce a lo largo de todo el Camino de Santiago, del mismo modo que es famoso su albergue tradicional, atendido por hospitaleros y conocido como La casa de las sonrisas -donde se respira el auténtico espíritu jacobeo desde hace más de dos décadas-. Tal es así que en las tardes de verano vecinos, visitantes y los peregrinos que están de paso se reúnen en la parte más alta del pueblo para disfrutar de todo un regalo para los sentidos.
Desde el Mirador de la Peña de Arrés se dominan, en un día claro, tres provincias: la parte más oriental de Navarra, la Alta Zaragoza y el Pirineo oscense. Ubicado en el corazón de La Jacetania, al pie del Camino de Santiago, en sus calles aún se respira Edad Media y su torreón recuerda imponente el pasado señorial. Vestigios del esplendor de lo que un día llegó a ser villa real.
Apenas dura unos minutos, pero en los ocasos de Arrés, parada obligada entre las etapas de Jaca y Ruesta, los colores se van sucediendo al tiempo que las sensaciones. Mientras el sol se esconde, todos se rinden a la inigualable belleza del atardecer en Arrés.
Así son los atardeceres en el pueblo de Arrés
Arrés pertenece a Bailo, junto a Alastuey, Arbués, Larués y Paternoy. Fue víctima de la despoblación por el abandono que el medio rural sufrió en la segunda mitad del siglo pasado, y que obligó a muchos de sus habitantes a marchar fuera para buscarse la vida. Afortunadamente, y gracias en gran medida a su situación estratégica junto al Camino de Santiago Francés por el Somport (Vía Tolosana) y a La casa de las sonrisas, y al interés de las familias de toda la vida por evitar la desaparición del pueblo, se pudo revertir la situación. Más información sobre Arrés en ESTE ENLACE
Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)
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