por Rebeca Ruiz
Carmen Pérez Ara, Erika Vivas, Álex Gómez, Nacho Hervás, Marta Hernando, Andrea Lacasa, Silvia Campos, Cristina Aterido y Paula Triana son los nueve alumnos del IES Domingo Miral de Jaca que, junto a su profesor de Historia, Alberto Fernández Puig, se acaban de proclamar ganadores del concurso Tras las huellas de Goya: el manuscrito secreto, organizado por la Fundación Goya en Aragón y el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón. Y con su esfuerzo, han logrado situar el nombre de Jaca y el del instituto Domingo Miral en el mapa educativo de la comunidad.
El grupo Capricho Jacetano del IES Domingo Miral lograba la mejor puntuación del certamen: 203,05 puntos, con bastante ventaja sobre sus competidores. Ahora, los estudiantes y su profesor disfrutarán de un viaje a Madrid para conocer de cerca las salas de Goya del Museo del Prado, mientras que el centro ha sido premiado con un lote de libros sobre el famoso pintor.
Esta mañana, la directora del centro, Carmen Bello, trasladaba sus felicitaciones a los estudiantes y al profesor, mostrando su satisfacción por el reconocimiento conseguido y destacando el nivel de esfuerzo, de compromiso y de trabajo tanto de unos como de otro. No hay que olvidar que el concurso constaba de cinco capítulos, con ocho trabajos teóricos y uno práctico en cada uno de ellos, y que era una actividad voluntaria y extraescolar que se ha desarrollado a lo largo de cuatro meses. Una maqueta a escala de la casa de Goya en Madrid (La quinta del sordo), un fresco con motivos goyescos, una litografía, un montaje fotográfico recreando los fusilamientos del 2 de mayo y una reinterpretación de un cuadro de Goya por un pintor actual (siendo elegido para este apartado el famoso grafitero londinense Bansky) destacan entre los trabajos del grupo, que se imponía desde el principio al resto de competidores y que ha logrado clasificarse el primero de Aragón.
Marta Hernando, una de las alumnas premiadas, explicaba en nombre de sus compañeros cómo surgió la idea de concursar en este premio: «Un día, en clase, Alberto nos preguntó que si alguien estaba interesado en hacer en un concurso en el que supuestamente no se iba a ganar nada; simplemente, por participar». Entonces, a los que levantaron la mano, el profesor les explicó lo que supondría ganar el primer premio. Y comenzaron a dar los primeros pasos.
«Al principio fue todo muy bien -recuerda la joven-, pero luego ha habido momentos en los que había diferencias entre nosotros, retrasos en las entregas,…». Al final, todas las dificultades se superaban, aunque en cuatro meses surgían momentos complicados, y el grupo conseguía sacar adelante el proyecto con éxito. Uno de los mejores momentos que recuerdan los alumnos -señala Marta Hernando- fue «la primera entrega, cuando nos dijeron que íbamos los primeros; es cuando más felicidad sentí».
«Hemos conocido las obras y bastantes ámbitos de la vida de Goya», explicaba la joven, que reconoce que «ha sido una actividad muy positiva, en la que hemos aprendido a trabajar en equipo y a investigar» y que ha sido «un placer» compartir esta experiencia con sus compañeros.
Alberto Fernández Puig, coordinador del grupo, es profesor de Historia y Geografía en el IES Domingo Miral desde hace tres años, ya asegura que está «encantado de estar en Jaca». «Como ya había participado en otra ocasión en este proyecto -y también resultó premiado, con un grupo de alumnos de un pueblo pequeño- y veía todos los aspectos positivos que tenía, quería que mis alumnos participaran y mostrar, al mismo tiempo, desde el ámbito de Pirineo, que los medios rurales o semirrurales estamos tan preparados y somos tan profesionales -tanto alumnos como instituciones- como los de las ciudades más grandes».
Así, conocedor de las dificultades que entraña un concurso de este tipo, que requiere un grado muy importante de implicación y de responsabilidad por parte de todos los participantes, Fernández Puig aceptó el reto. «La primera vez no sabía dónde me metía; ahora, yo ya sabía que era duro y, de hecho, cuando pedí voluntarios, lo primero que les hablé fue de la dureza», señala el profesor, que vendió a sus alumnos el nivel de exigencia antes que los premios, hablándoles «de lo difícil que es estar cambiando durante cuatro meses ocio por trabajo; y cambiar ocio por trabajo es una ecuación que a un adolescente no le suele salir bien», bromea.
Los momentos de flaqueza o la coordinación de las reuniones con las agendas de otras extraescolares de los estudiantes llevaba a un desgaste que, finalmente y de manera muy exitosa, el grupo ha sabido superar, venciendo las dificultades y, con mucha perseverancia, llevaándose el prestigioso premio. «Yo quería terminar, pero también quería que ellos y ellas fueran conscientes de que, con trabajo, se consigue éxito; y hemos ganado», explica el profesor, que señala que el planteamiento le llevaba a reconocer académicamente el esfuerzo de estos alumnos en su asignatura, ya que han sido muchas las horas invertidas en el proyecto que les quitaban tiempo para estudiar.
No ha sido un camino de rosas. Hubo problemas, como un trabajo que puntuaba y que no llegaba a tiempo, algún rato de nervios… que se compensaban con otros momentos más gratificantes: «Lo más bonito ha sido verles trabajar en plástica: verles ilusionados, trabajando juntos», explica el profesor. En cualquier caso, el balance ha sido muy positivo: «Para mí ha sido una gran satisfacción, más que personal y por los alumnos -que también-, por ubicar el Domingo Miral y la ciudad de Jaca -con todos los centros- en el mapa educativo de Aragón», concluye el profesor.
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