Agustín Villanúa, hijo de uno de los nueve fusilados enterrados en 1937 en la fosa común del cementerio de Jaca y registrados como los nueve sin nombre, ha visitado, a sus 92 años, los trabajos de exhumación de los restos. Agustín Villanúa, que se llama como su padre, ha recordado que su madre siempre quiso recuperar el cuerpo. Quería llevarlo al panteón familiar en Huesca. Aunque sabía que su marido fue enterrado con otros hombres, nunca pudo localizar a las otras familias. Mientras tanto, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica busca a otra familia, la de Antonio Gargallo Mejía. Fue asesinado por ser objetor de conciencia y estaba enterrado junto a los nueve sin nombre.



86 años después de que fusilaran a su padre en la tapia del cementerio de Jaca, Agustín Villanúa -que se llama como su progenitor- ha visitado los trabajos de exhumación
86 años después de que fusilaran a su padre en la tapia del cementerio de Jaca, Agustín Villanúa -que se llama como su progenitor- ha visitado los trabajos de exhumación que desarrolla desde el pasado lunes la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en una fosa común. En ella han aparecido, como recuerda la ARMH, los restos de los nueve hombres que fueron asesinados el 3 de septiembre de 1937 y que fueron inscritos en el registro de enterramientos como los nueve sin nombre.
«Acompañado de su hijo, ha caminado hasta el borde de la fosa y ha contado cómo su madre quiso siempre recuperar el cuerpo y enterrarlo en Huesca en un panteón familiar. Su madre supo que estaba enterrado con más hombres, pero nunca pudo localizar a las otras familias. Los voluntarios de la ARMH le han tomado a Agustín una muestra de ADN de cara a la identificación genética de los cuerpos», ha informado la asociación.
Maximino Bergua Lalaguna, Antonio Fanlo Maza, Nicasio Isabal Cajal, Esteban Aínsa Aso, Joaquín Gracia Claver, Ramón Cajal López, Benito Lalaguna Callavé, Agustín Villanúa Batalla y Juan Artigas Martínez. Así se llamaban los nueve sin nombre -como figura en el registro de enterramientos- que terminaron en esta fosa común del cementerio de Jaca en 1937 tras ser fusilados.
Se busca a los familiares de Antonio Gallardo Mejía, un objetor de conciencia enterrado sin nombre junto a la fosa común de los nueve
La ARMH conseguía, de esta manera, contactar finalmente con las nueve familias de los conocidos como los nueve sin nombre. Los familiares de dos de los nueve republicanos enterrados en esta fosa común, a los que no se había podido localizar, llamaron los responsables de la exhumación tras haber tenido conocimiento, a través de los medios de comunicación, de que se estaba llevando a cabo la búsqueda de los restos.
Una vez localizadas todas las familias, la ARMH busca en estos momentos a una décima familia, la de Antonio Gallardo Mejía. Se trata de «un objetor de conciencia que se negó a enrolarse en el ejército franquista y a coger un arma y que fue asesinado y enterrado sin nombre junto a la fosa común de los nueve», explica la asociación. Está previsto que la exhumación termine este viernes, a mediodía.
Por Rebeca Ruiz
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