Marcos Lera, Julián Ruiz, Isabel Hernández y Fernando Jordán. (FOTO: Rebeca Ruiz)
por Rebeca Ruiz
La erradicación del chabolismo, la precariedad laboral y la prevención y atención a drogodependencias centran las mayores preocupaciones de Cáritas Diocesana de Jaca en estos momentos, según los responsables de la organización, que presentaban este jueves la memoria del año 2016, coincidiendo con la celebración del Corpus.
El obispo de Jaca, Julián Ruiz, abría el acto en el que Marcos Lera –director de Cáritas Diocesana de Jaca-, Isabel Hernández -delegada en Sabiñánigo- y el delegado episcopal Fernando Jordán han ofrecido el balance de actuaciones. El obispo se refería al corazón abierto que representa el logo de Cáritas y hacÍa alusión a que “nuestra cultura siempre tiende a descartar a algún tipo de personas”, recordando que es en esos colectivos y situaciones en donde encuentra sentido la labor de la organización en su apuesta “por la justicia y por la integración”.
Fernando Jordán explicaba la situación del chabolismo y la infravivienda en Jaca, uno de los retos más importantes a los que se enfrenta Cáritas. “En el Barrio San Jorge quedan 29 familias en infraviviendas” (de 80 que llegaron a registrarse), muchas de ellas con niños o con personas mayores y de etnia gitana (en total, en Jaca viven 573 personas de esta etnia -más de un centenar en el Barrio San Jorge-) y en claro riesgo de exclusión social. “Son víctimas de una sociedad materialista y consumista”, explica Jordán, que reconoce que es “una de las necesidades más urgentes que tiene la ciudad de Jaca” y explica que ya se está trabajando en su erradicación, aunque es consciente de las dificultades que existen. El problema de la infravivienda lleva acarreado el laboral, el sanitario y el educativo, por lo que es necesaria una mayor sensibilización para lograr la integración real de estas personas, explica Jordán. Junto a las drogodependencias, la precariedad laboral y el incremento de las personas mayores que viven solas, son los principales retos de Cáritas en el futuro.
Cáritas Diocesana de Jaca cuenta con 764 socios y, en 2016, tuvo 104 donantes. Un total de 96 voluntarios y colaboradores ocasionales (42 en Jaca, 37 en Sabiñánigo y 17 en Sallent de Gállego) realizan su labor en Cáritas Parroquiales, junto a una trabajadora social, una administrativa y dos ayudantes en el albergue de transeúntes de Jaca.
En cuanto a los recursos con los que cuenta, el año 2016 ascendieron a cerca de 219.000 euros, que proceden principalmente de donaciones y de una subvención de Amancio Ortega. La mayor parte de estos fondos era destinada a acogida y atención primaria (más de 93.699 euros) y al centro de transeúntes. Además, se destinó otra importante partida a la cooperación internacional, principalmente a ayuda humanitaria tras los desastres de Haití y Ecuador.

En cuanto a las cifras, en 2016, Cáritas Diocesana de Jaca realizaba, dentro del programa de acogida, 3.526 intervenciones, de las cuales 762 corresponden a personas que han pernoctado en el albergue de transeúntes. El resto, 2.764, eran atendidas y gestionadas desde las oficinas de Jaca y Sabiñánigo. Así, durante el año pasado, se auxiliaba desde Cáritas, dentro de este programa, a 134 familias (446 personas). Se realizaban ayudas económicas por más de 37.632 euros, principalmente encaminados a solucionar problemas como cortes de suministro, alquileres,… derivados de la falta de trabajo. El perfil de la población que más ayuda necesita es el de personas entre 17 y 50 años, familias con varios hijos y la mayoría, de etnia gitana (59%) o inmigrantes (23%).
Dentro del programa de despensa solidaria, se repartían entre Jaca y Sabiñánigo 47.874 kilos de alimentos, procedentes del Banco de Alimentos de Huesca, los centros escolares de Jaca y otros donantes. En este caso, se han registrado 685 intervenciones (que afectan a 210 familias) y se ha ayudado a 682 personas.
Además, Marcos Lera destacaba el trabajo que se realiza en el albergue de transeúntes – municipal, pero gestionado por Cáritas-, con 762 pernoctaciones (la mayoría, hombres), el centro de solidaridad interdiocesano en cuestiones de drogodependencias (con la atención de 15 pacientes de 6 familias) en Jaca y Sabiñánigo, y la Fundación Thomas de Sabba, que tiene como objeto la erradicación del chabolismo y de la que forman parte el Ayuntamiento de Jaca, la Asociación Mixtós y Cáritas Diocesana, y a la que se aportó, en 2016, algo más de 11.000 euros.
El ropero de Sabiñánigo atendió a 636 personas, con 9.450 prendas repartidas; y el de Jaca, a 600. Desde Jaca se enviaron 400 sacos a otras Cáritas.
Por otra parte, Lera destacaba el programa Contigo, que se basa en el acompañamiento, y el curso para mujeres en riesgo de exclusión social. En su importancia insistía Isabel Hernández: “Las mujeres solemos llevar en la mochila todos los problemas de la familia, con una sensibilidad mayor; algo que en el caso de familias en riesgo de exclusión social”.
Este curso les “permite descargar esta mochila”, ya que las asistentes son becadas con un mes de alquiler, algo que resulta muy gratificante porque “les permite salir de ese entorno, les enseña habilidades sociales y, junto a un psicólogo, trabajan el empoderamiento de la mujer”, explicaba la delegada de Cáritas en Sabiñánigo, algo que es muy importante “para un colectivo que no sabe o que no puede pedir ayuda” por su situación social.