por Rebeca Ruiz
Un día cualquiera de verano. Una llamada a la Protectora de Animales y Plantas de Jaca (APAP Pirineos) informa de que se encuentra un perro abandonado en las proximidades del Punto Limpio, cojo, perdido, en mitad de la pista. Cuando acuden a recogerlo, el panorama es desolador: se trata de un border collie, con muestras de abandono durante años, al que le falta una pata trasera y un ojo. Su estado es tal que en la clínica veterinaria no pueden hacer otra cosa que eutanasiarle para evitarle mayores sufrimientos.
“Estaba sentado en mitad de la pista; al principio no se dejaba tocar, y cuando lo he cogido lo he llevado a la veterinaria”, explicaba Pedro Temprado. Él y su mujer ayudan a la Protectora en lo que pueden y, en su caso, también tienen otros animales en acogida.
Marga Moreno, veterinaria del Centro Río Veral, y colaboradora habitual de la Protectora, señala que “era un perro de más de ocho años (por la dentadura), en un estado de caquexia extrema –es decir, no sólo ya no tenía grasa en el cuerpo, ni siquiera masa muscular que pueda mantenerlo en pie-, con fiebre y falta de pelo –quizá padeciera leishmanía o simplemente era consecuencia de la desnutrición severa que presentaba”. Además, le faltaba una pata posterior, que había sido amputada quirúrgicamente en su momento, con una fractura antigua en el tobillo en la otra pata, mal soldada. La especialista supone que el ojo derecho, por el estado que presentaba, lo habría perdido por una infección o un golpe. El perro estaba en un estado de abandono total “desde hace muchísimo tiempo”, explica la veterinaria. “Creemos que habrá venido andando, huyendo o escapando; muchas veces, están tan desesperados que huyen y es cuando nosotros los encontramos por las carreteras, porque instintivamente buscan ayuda (no sólo comida, si no, de alguna manera, otra vida”, señala. En este caso, como en otros muchos, no había chip ni tatuaje ni otra forma de identificación. Incluso, podría haber llegado desde Francia. Estaba agonizante, y ha sido necesario realizar lo que se conoce como “sacrificio humanitario”.
“Este verano está siendo un poco negro”, señala la veterinaria. “Están apareciendo muchos casos de perros abandonados, sobre todo, camadas, que es lo que más nos está impactando”. Aunque parezca una práctica cruel y de otra época, todavía hay desalmados que meten camadas de perros y gatos recién nacidos en bolsas que arrojan al río. O a contenedores.
Es el caso de tres gatitos de apenas unas 48 horas de vida que aparecieron golpeados, ahogados y moribundos. De ellos, dos murieron, y uno ha conseguido salir adelante, gracias a la Protectora y a los cuidados de la veterinaria. Hoy tiene once días y está siendo criado a biberón. Es el rayo de esperanza que anima a los voluntarios a seguir con su labor. Un trabajo, junto al de las familias de acogida, que es fundamental y que supone una segunda oportunidad para cientos de animales que han logrado salir de un ámbito de abandono y maltrato.
Precisamente, es el instinto de perros y gatos lo que lleva a las hembras a esconder a sus camadas hasta que los vástagos han crecido un poco, “hasta ese momento en el que saben que a los humanos nos da pena matarlos”. Por eso, no los sacan hasta que tienen dos o tres semanas. Sin embargo, hay veces que no les sirve de nada y el dueño los arrebata y los sacrifica recién nacidos. Marga Moreno recuerda que “no es legal sacrificar camadas, ya sea por un veterinario o de cualquier otra forma”. La necesidad de educación, en este sentido, es vital. “No es legal sacrificar cachorros, se tiene que poner medios anticonceptivos antes”, dice, aludiendo a la responsabilidad del dueño.
Desgraciadamente, y aunque también hay historias con final feliz, el caso del border collie no es aislado. Son muchas las ocasiones en que la Protectora de Animales de Jaca se encuentra en esta situación, desbordada ante la cantidad de abandonos y maltratos. Gracias al trabajo de numerosos voluntarios que atienden a los perros y gatos que llegan a las instalaciones y a las familias de acogida que atienden a los casos más urgentes y puntuales, desde la Protectora (que tiene política de sacrificio 0 y sólo en casos extremos, como en el de hace unas horas) se saca adelante a muchos animales con historias desgarradoras a sus espaldas. Sin embargo, hace falta mucho más. Toda ayuda es poca para la Protectora de Animales de Jaca, desde donde se hace un llamamiento a todo el que pueda colaborar.
Hay muchas formas de ayudar a la Protectora: se puede acudir como voluntario, como familia de acogida, adoptar a alguno de los animales del albergue o realizar donativos para que la asociación pueda seguir desarrollando su labor, entre otras. También se puede colaborar con el Rastrillo Solidario, que este verano está ubicado en la Calle del Carmen, 9, y cuya función es recaudar fondos para la asociación.
El mercadillo, que lleva varios años realizándose en Jaca, gracias a la labor de voluntarios de la Protectora y simpatizantes, se organiza coincidiendo con la temporada alta, cuando se da una mayor afluencia de turistas. Estará abierto hasta todos los días en horario de 11.00 a 13.30 y de 18.00 a 0.30 horas. Para donaciones, se puede llamar al teléfono 636 65 16 00 o ponerse en contacto con colabora@protectora-jaca.org.