
Desesperación, inquietud e impotencia entre los ganaderos de La Jacetania ante otro ataque atribuido al lobo en Somanés en las últimas horas, que esta vez se ha saldado con un macho y una oveja muertos y otra herida. A la espera de la necropsia y de los análisis correspondientes por parte de la Administración para saber si este ataque ha sido de lobo o de perros salvajes, la preocupación aumenta por momentos en el sector.
Seis ataques a rebaños en el último mes
Ya se han contabilizado seis incidentes en la zona en el último mes. Asso-Veral, Javierregay, Somanés y Arrés han sido los escenarios de los ataques a rebaños de las últimas semanas. En algunos casos, los análisis señalan que se podría tratar de perros salvajes, si bien en los dos primeros se confirmó que las heridas que presentaban las ovejas muertas eran compatibles con el lobo.
Mientras tanto, y a la espera de una solución por parte de la Administración, la situación, como explican los ganaderos de la zona, es «insostenible». Las ADS Ovioroel y Ovicanal ya han expresado su postura a través de sendos comunicados, en los que coinciden en destacar la incompatibilidad del lobo con la ganadería extensiva.
Ante estos hechos, Ovicanal, que engloba a 46 ganaderos de Bailo, Canal de Berdún, Santa Cilia, Puente la Reina y Sabiñánigo -unas 21.000 cabezas de ganado ovino-, muestra su «rechazo total a la presencia del lobo en nuestro territorio por ser incompatible con nuestra actividad ganadera». Reclaman al Gobierno de Aragón información y una reunión urgente, «preocupados -aseguran- por la falta total de transparencia».
Por su parte, Ovioroel, formada por 50 ganaderos de Aísa, Borau, Castiello de Jaca, Jaca y Santa Cruz de la Serós -con más de 22.000 cabezas de ganado ovino y caprino- asegura que «el lobo es una seria amenaza para el presente de la ganadería en el medio rural».



Las consecuencias de los ataques en el rebaño
Paralelamente, los ganaderos están viviendo una situación en la que no se encontraban desde hace muchos años. El alcalde de Arrés, presidente de Ovicanal y vicepresidente de la Comarca de la Jacetania, Joaquín Giménez, explicaba las graves consecuencias de estos ataques que se atribuyen al lobo y que no se producían en la zona desde hace más de dos décadas.
«No solo son las ovejas que mata en el ataque, sino que a ellas hay que añadir las que mueren después, porque las heridas son muy difíciles de curar, los abortos, las madres atacadas, las que huyen y se despeñan y la intranquilidad de los rebaños«, recuerda.
De hecho, cada una de ovejas muertas supone una pérdida económica importante, que «no se soluciona con las compensaciones económicas». «Es un problema mucho más grave y un problema más para la España Vaciada«, lamenta, ya que el sector primario es uno de los pilares básico del medio rural, con un peso específico muy importante en La Jacetania.
Noches sin dormir y el miedo al lobo
Desde que comenzaron los ataques, muchos ganaderos pasan las noches sin dormir, al cuidado de su ganado. «Porque si metemos a las ovejas en las naves, y entra ahí el animal, sería todavía mucho peor», explica Enrique Martínez, ganadero de Javierregay. Precisamente, su rebaño se encontraba a escasos 200 metros de donde se produjo uno de los ataques.
«Hay mucha incertidumbre y mucha intranquilidad, porque no sabes qué te vas a encontrar cuando llegues por la mañana. Además, tampoco sabemos si te puedes encontrar al lobo y te puede atacar», explica, expresando una preocupación más que justificada. Tras toda una vida dedicada a su profesión, Martínez tiene claro, como sus compañeros, que es «inviable» la convivencia de la ganadería con el lobo. Y además, «no estamos preparados», explica.

Información ante los ataques a los rebaños
Martínez confiesa que se sienten indefensos ante las situación actual y considera que la solución está en la mano de la Administración: «primero, necesitamos información. Y después, la Administración tiene que buscar una solución, como llevarse el animal a otro lugar donde no tenga estas consecuencias para los ganaderos», explica.
El ganadero respalda la postura expresada por las ADS y otros colectivos y partidos políticos, que ya han manifestado la necesidad de buscar una solución urgente al problema. Y recuerda que es el sector primario el que mantiene vivos los pueblos.
Por eso, todos ellos coinciden en que es necesario defender la ganadería en las zonas rurales -como es el caso de La Jacetania-, porque es el medio de vida de muchas familias y la garantía de supervivencia de los pueblos.
Por Rebeca Ruiz

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