
Cuando Celia Abad se colgó el oro en la Universiada de Lake Placid, sus pensamientos estaban con su familia y en todos los que la han apoyado a lo largo de estos años. Tras hacer historia logrando dos metales en el Campeonato del Mundo Universitario y poniendo el nombre de España -y de Jaca– en lo más alto, la esquiadora solo tiene palabras de agradecimiento y se emociona cuando recuerda los momentos únicos vividos en Estados Unidos. Valiente, responsable, exigente consigo misma y siempre con los pies en el suelo, pero «superfeliz» -como ella misma confiesa-, hace parada en casa casi contrarreloj pensando ya en retomar los entrenamientos de cara a sus próximas citas FIS en Europa. Imparable, Celia Abad continúa adelante, con más fuerza que nunca, hacia el sueño olímpico de Milano Cortina 2026.
Celia Abad regresaba a casa de la Universiada con dos medallas
Celia Abad regresaba a casa después de una actuación histórica en el Campeonato del Mundo Universitario que se ha celebrado en Lake Placid, Estados Unidos. Una aventura que finalizaba con dos medallas: una de oro ganada en la Combinada Alpina, y otra de bronce con un tercer lugar en el Supergigante. En la Combinada Alpina, logró el oro con un tiempo total de 1.42.13, quedando primera por 46 segundos delante de la francesa Julia Socket Dagoreau. En el Supergigante, consiguió un tiempo de 52.79 segundos que le permitió llevarse la medalla de bronce, por detrás de la alemana Fabiana Dorigo (52.18) y la noruega Carmen Sofie Nielssen (52.65).
«Ahora que por fin llego a casa, a Jaca, estoy asimilando todo. Todavía estoy superemocionada y muy muy feliz porque es el resultado del trabajo de muchos años. Lake Placid me ha dado ese punto de confianza, ese creer en mí que me faltaba y que me estaba costando encontrar después de la última lesión», explica la jacetana.
Han sido «dos años muy largos», «con momentos muy malos, en los que siempre he tenido ahí a mis padres y hermanos», confiesa. Por eso, reconoce que cuando subió a lo más alto en el Mundial Universitario en lo que primero pensó fue en ellos, en su familia. «Por supuesto, yo estaba feliz, pero sé que ellos mucho más».
«Yo sabía que llegaría y estaba tranquila, pero este resultado ayuda muchísimo. Sé que a partir de ahora la temporada en Europa la voy a poder afrontar de otra forma», añade Abad, «convencida», ahora sí, de «poder estar entre las mejores».
Celia Abad: «Pensé en toda mi familia; si estoy aquí, es por ellos. Pero creo que especialmente en mi hermano Pelayo»

Acostumbrada a viajar sola por todo el mundo desde hace años para cumplir con sus compromisos de competición, Celia Abad no pudo esta acompañada por los suyos en Estados Unidos. Como ella misma reconoce, no le cuesta adaptarse a las circunstancias. Sin embargo, tuvo que ir sola. Pero su carácter y la experiencia le ayudaron a integrarse rápidamente en Estados Unidos.
«Congeniamos muy bien», explica, en referencia al equipo, asegurando que se sintió muy arropada tanto por los entrenadores como por sus compañeros y el resto de deportistas con los que convivió durante todo el campeonato, y que fueron los que vinieron a paliar, en cierta medida, la distancia con sus allegados. La gran cobertura mediática del evento hizo que «nos sintiéramos más cercanos, porque sabíamos que nuestras familias y todo el mundo nos podían seguir y ver por televisión» en todo momento.
«Lo primero que pensé cuando me entregaron las medallas fue en mis padres y en mis dos hermanos. Llevo esquiando desde que tenía cuatro años y si empecé fue por ellos. Pero sobre todo si he seguido y no he tirado la toalla en muchos momentos también se lo debo a ellos. Especialmente creo que pensé en mi hermano Pelayo, porque fue mi entrenador durante tres años, y creo que es la persona que más me admira y más me quiere del mundo. La verdad es que le eché mucho de menos en ese momento; hubiese deseado que estuviera ahí conmigo. Aunque no estaba físicamente, estuvimos en contacto continuamente, las 24 horas. Probablemente me acordé especialmente de él… pero, por supuesto, pensé en toda mi familia. Siempre han estado conmigo y me han apoyado en todo incondicionalmente».
De la sorpresa a la felicidad más absoluta
«En la primera carrera, cuando me llevé el bronce, mi sorpresa era tal que cuando llegué abajo me quedé mirando unos momentos a la pantalla pensando si de verdad estaba bien… Me había sentido bien y rápida bajando, pero fue todo tan deprisa que me costó darme cuenta de ello… Cuando vi a todo el público y a mi entrenador gritar de alegría fue cuando dije ‘es real; he quedado tercera’. Yo había salido con el dorsal 16, lo que quiere decir que delante había 15 personas con mejores puntos que yo, y realmente era un resultado muy bueno. Ahí fue cuando me puse a celebrarlo, a gritar, a mirar a la cámara… Después ya fue todo una felicidad tremenda. Fue todo muy bonito y me voy a acordar toda la vida», asegura la deportista.
«El número 16 se me queda en el corazón porque fue con el que conseguí la primera medalla, que aunque fue el bronce y no el oro fue el primero. Me lo traigo como número especial y estoy segura de que para algo lo utilizaré».
Celia Abad
Esa primera medalla le dio el empuje definitivo para lograr al día siguiente el oro. «Sabía que podía pasar; había estado pensando mucho en ello, planeando ese día, preparándome mucho… y salió bien, pero al igual que podía no haber salido. Y fue impresionante. Tenía mucho apoyo desde casa, pero también allí había mucho público gritando ‘¡España!’, entre austriacas, suizas, noruegas… países muy de nieve. El slalom era una prueba interesante -la especialidad de la esquiadora es gigante y supergigante-, y dije ‘vamos con todo’. Pero tenía poquita ventaja sobre las siguientes y podía pasar de todo. Yo bajaba la última, porque había quedado primera, y cuando llegué y vi que era primera… fue increíble».
La importancia de saber gestionar las emociones
Y es que la joven supo gestionar la situación gracias -explica- a la preparación psicológica que lleva desde hace años y que evitó que se sintiera demasiado presionada tras la primera medalla, algo que podría haber resultado fatal en la segunda carrera.
«Los deportistas que tenemos la opción de viajar y de descubrir mundo somos unos afortunados. A los más jóvenes les diría que desde el momento en el que lo tengan claro -porque hay unas etapas previas en las que solo hay que disfrutar- se tienen que dejar la piel y ser superambiciosos, porque a nivel mundial siempre va a haber alguien que esté trabajando un poquito más que tú y no te puedes despistar ni un momento. Es muy importante persistir y en los momentos malos, que los hay, donde nadie te mira y nadie valora, hay que saber ver lo bueno y seguir para adelante».
Celia Abad

Celia Abad regresa a Italia con la vista puesta en dos copas de Europa y en el Campeonato de España
El próximo lunes, Celia Abad regresará a Italia. «Tengo ya muchísimas ganas de volver con mi equipo -dice-; me gustaría transmitirles a mis compañeras la motivación y la ambición que tengo ahora mismo, porque, aunque el esquí sea un deporte individual, el equipo hace muchísimo. Y creo que cuando una está en un momento bueno tiene que tratar de tirar del resto, igual que mis compañeras me ayudaron mucho a mí en algunos momentos. Así que tengo muchas ganas de volver a estar con ellas. Me esperan también mi entrenador y mi entrenadora con los brazos abiertos, y me muero de ganas de darles un abrazo». Allí le aguardan dos carreras de supergigante FIS -se incorpora a los entrenamientos el miércoles-, sus primeras copas de Europa de la temporada (6 y 7 de febrero) y, como dice ella, «poco a poco ir desarrollando la temporada hasta el Campeonato de España», a final de marzo, en el que volverá a buscar la victoria.
Felicidad, emoción y agradecimiento
Celia Abad solo tiene palabras de agradecimiento cuando todavía está procesando su logro histórico. No quiere olvidarse de nadie, mientras empieza a ser consciente de la repercusión mediática, deportiva y social que ha tenido su hazaña. «Mi familia, mis entrenadores, mis preparadores físicos, mi psicóloga, mis fisios,… tanta gente que me rodea y personas que han sido también piezas muy importantes para que yo haya llegado hasta allí», asegura.
Para la jacetana es muy importante su equipo. Fast Holaluz está siempre muy presente. De la misma forma, todos los que han confiado en ella: Aramón Formigal-Panticosa, Huesca La Magia, Fundación Caja Rural de Aragón y Rodi Motor Services. Junto a Abad, formaban la selección de Alpino que defendía los colores de España en la Universiada 2023 el catalán Albert Ortega y el asturiano Jonás Sánchez, además del entrenador Fredrik Sars y el skiman German Sagastume.
«Yo sola no habría llegado nunca hasta allí. Y fue muy especial lograr ese resultado en un evento a nivel mundial porque iba representando a España, que siempre es una responsabilidad. Y sé que la felicidad no era solo mía, era de un país entero», señala la esquiadora, agradeciendo todos y cada uno de los miles de mensajes que ha recibido en los últimos días: «Eso es lo más bonito que me llevo al final; todo el apoyo de todo el mundo».
Por Rebeca Ruiz

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