
por Rebeca Ruiz
Los usuarios que recorrían esta mañana el Paseo de la Constitución de Jaca se encontraban con una nueva imagen de esta emblemática zona verde, consecuencia de las modificaciones que está realizando el Ayuntamiento de la ciudad en este céntrico espacio.
La Amistad, nombre de la escultura, conocida popularmente como de los enamorados, ya no ocupa su lugar en el centro del Paseo, sobre el basamento elevado (una estructura circular que se construyó en su momento precisamente para dar realce a las figuras de un hombre y una mujer que representan una escena amistosa o romántica -según se quiera interpretar-).
Se trata de una obra en forja del escultor zaragozano Miguel Cabré, donada por el Casino de Jaca a la ciudad en 1982, incluida entre los lugares emblemáticos que promociona turísticamente el Ayuntamiento jaqués (http://www.jaca.es/sites/default/files/jaca_turismo_2017.pdf) y que forma parte del patrimonio artístico de la ciudad y es muy querida por sus habitantes. Ahora, se encuentra en un lateral, a la altura del suelo, a la izquierda de su lugar original, mirando hacia la parte interior del parque.
Primeras críticas
La nueva ubicación ya ha despertado las primeras críticas, ya que algunos usuarios del Paseo consideran que, en la nueva ubicación, a escultura será más propensa a sufrir actos de vandalismo o, incluso, suponer un peligro ante posibles accidentes que se puedan producir al situarse los bordes del pedestal a una altura que puede ser peligrosa para los niños. Por este motivo, se ha optado por protegerla y colocarla dentro de la zona ajardinada. Además, la placa con la inscripción y la firma del autor no se ve, por lo que habrá que colocarla en otro sitio.
Por otra parte, algunos jaqueses ya manifestaban su oposición a la tala de algunos árboles del Paseo -en concreto, y entre otros, los del basamento en los que estaba ubicada La Amistad-, al parecer, por cuestiones de seguridad, según ha informado el Ayuntamiento, que busca con estas actuaciones dar perspectiva al parque y renovar su imagen.
La incertidumbre acerca del futuro de la estatua de los enamorados -que acaba de desvelarse-, la desaparición de los duendes del Paseo y el espacio que ha quedado vacío tras el derribo de los quioscos de Manolita son otras de las cuestiones que vienen planteando desde hace semanas los jacetanos a raíz de las obras de remodelación. Desde el Ayuntamiento ya se ha anunciado la sustitución del quiosco y la instalación de servicios públicos. La primera fase de los trabajos de remodelación del Paseo, que incluyen la mejora de la iluminación, la sustitución de bancos y la renovación de la zona infantil, cuenta con una partida presupuestaria de unos 100.000 euros.
Construido en 1903
El concejal Enrique Muñoz, responsable del área de parques y jardines, explicaba recientemente en un comunicado que, «desde que este equipo de gobierno municipal comenzó a trabajar y asumió su responsabilidad, han sido muchos los ciudadanos que por diferentes canales han manifestado la necesidad de actuar sobre el Paseo de la Constitución para recuperar el valor que le corresponde como parque centenario, icono de la ciudad, diseñado por el ingeniero Ricardo Salas y construido en 1903 (el primero de Aragón), lugar de recreo y encuentro de varias generaciones de jacetanos y declarado Bien de Interés Turístico y Cultural por el Gobierno de Aragón en 2003″.
Asimismo, en la misma nota, el Ayuntamiento anunciaba que «además de la iluminación y de las mejoras en la zona infantil, algunas intervenciones afectan, lógicamente, a la parte vegetal y más concretamente a diversos ejemplares de árboles y arbustos de diferentes tipos y especies».

El concejal Muñoz asevera que «conscientes de la alta sensibilidad que existe en una buena parte de la ciudadanía hacia este tipo de intervenciones, queremos informar que todas ellas vienen refrendadas por los consejos e informes de expertos en la materia y que los criterios seguidos para las actuaciones persiguen, en primer lugar, garantizar la seguridad de los ciudadanos que visitan el parque y, en segundo lugar, el objetivo de preservar y recuperar los valores estéticos, así como su carácter forestal recuperando su esencia original, dentro de lo que permiten las posibilidades de desarrollo de un parque vivo con 120 años de existencia». Para ello, se ha contado con los técnicos del Ayuntamiento y los servicios municipales del área, además de la colaboración del director del Jardín Botánico de Barcelona, el biólogo José María Montserrat, quien ha elaborado un detallado informe sobre cómo y hacia dónde debería evolucionar el parque.