Las familias cada vez son más completas. Según los últimos estudios, las familias suelen formarse con un perro y luego es cuando vienen los bebés. Se está poniendo de moda esa forma de crear familias porque permiten a la pareja darse cuenta de que realmente son compatibles y son capaces de ser responsables.

Cuando una familia está formada por bebés o niños y perros, es importante que haya una buena relación entre todas las partes para que todos los miembros puedan vivir felices. Por ese motivo, todas las partes se deben adaptar a los cambios para que no haya ningún tipo de riesgo.

1- El bebé siempre debe ir asociado a cosas buenas

Como suele ser normal, cuando un bebé llega a la casa, suele provocar un cambio de atenciones. Hasta el momento de la llegada del nuevo miembro, el perro era el gran protagonista, pero las cosas cambian con la presencia del bebé.

Para evitar celos, los padres deben mostrar a la mascota que la llegada del nuevo miembro es sinónimo de cosas buenas. Es importante no retirar demasiada atención al perro y sobre todo mostrarle que es un miembro más de la familia y en consecuencia lo va a tener que cuidar.

Como nos indican los expertos en productos para bebés de CositasParaPeques, cuando le regales algo a tu bebé, también puede ser una buena idea regalárselo a tu mascota. Es importante que asocie al bebé con una mejora de la calidad de vida y no un retiro de los beneficios. El objetivo es que el perro vea al bebé como algo positivo y en consecuencia lo espere con ganas. Y para conseguirlo, la educación se vuelve fundamental. Bajo ningún concepto deberás dejar que la mascota se acerque al bebé en plan desafiante.

2- Preparación para los nuevos sonidos

Es importante que el perro se adapte a los nuevos sonidos, al igual que los padres. Es verdad que en ocasiones los lloros del bebé pueden resultar muy alarmantes, pero debemos enseñar a la mascota que no se debe preocupar.

Suele ser común que los perros se alarmen o se asusten con los sonidos que lanza el bebé. Pero eso es porque el perro realmente no está acostumbrado a los nuevos sonidos. Tenemos que enseñar al perro que son sonidos normales y en consecuencia no se debe alarmar.

Una de las mayores locuras que pueden ocurrir en una casa es que el bebé se ponga a llorar y el perro a ladrar. La combinación de sonidos puede volvernos locos. Para evitarlo, es vital educar correctamente al perro para que no ladre cuando el bebé llore. Así habrá un poco más de tranquilidad en la casa. Por supuesto, el perro tampoco deberá ladrar cuando la casa está en silencio para evitar que el bebé se despierte.

3- Educación de la mascota

Hay muchas razas de perros que se adaptarán muy bien a la familia con un bebé o niño en casa. Pero como leemos en Animales Por Descubrir, actualmente hay mejores perros para niños. Si todavía no tienes mascota y estás buscando para dar más forma a tu familia, en este artículo podrás conocer las mejores razas por las que puedes optar.

Independientemente de la raza elegida, siempre hay que educar al perro correctamente para que vea que el bebé es parte de la familia y en consecuencia lo debe cuidar. Para conseguirlo, el adiestramiento es fundamental. Es vital que el perro vea al bebé como parte de la manada (recordando que los perros ven a la familia como una manada). Si lo conseguimos, siempre lo protegerá y en ningún momento lo verá como una presa fácil de cazar. Puede parecer llamativo, pero es importante tener en cuenta este apartado para evitar intentos de ataque al menor.

Lo mismo pasa con los niños. Cuando llevamos un perro a casa y el niño ya tiene unos años, deberás respetarlo y cuidarlo. Si no educamos bien al niño, lo más seguro es que tenga intenciones de hacerle daño. Por ese motivo, los padres siempre deben enseñar a los niños que deben cuidar a sus mascotas, incluso cuando están jugando. Ninguna de las partes se debe de hacer daño, al fin y al cabo, forman parte de la misma familia.

4- Prepara el entorno

Para que el bebé y el perro se puedan sentir a gusto, es importante que el entorno esté preparado para ellos.

En primer lugar, tenemos que adaptar el entorno para el bebé. Al principio no se moverá, pero con el paso de los meses comenzará a gatear y querrá experimentar todo lo que hay a su alrededor. Para evitar problemas, nuestros amigos de Peque Bebe nos comentan que hay que analizar el entorno y eliminar los posibles peligros. Por ejemplo, hay que tapar enchufes, ocultar esquinazos… Todos los riesgos conocidos deberán ser eliminados.

Por otra parte, los expertos también recomiendan acostumbrar al perro a posibles manipulaciones. Siempre se le debe acostumbrar de una manera progresiva para evitar que la mascota pueda tener rechazo. El bebé con el paso de los meses querrá gatear y explorar. Y dentro del mundo de la exploración querrá tocar al perro. El mismo debe actuar de manera correcta ante la manipulación del bebé. Por supuesto, siempre deberemos estar cerca para evitar malas reacciones del perro. Por ejemplo, si el bebé le toca y actúa correctamente, nosotros le podemos dar un premio. Siempre debemos conseguir que la mascota vea el contacto con el bebé como algo positivo.

5- Enseña al perro a alejarse

El bebé durante los primeros meses de vida no puede obedecer a nuestras órdenes, pero la mascota sí. Por ese motivo, hay que enseñarle algunas órdenes a través de las cuales de manera automática el perro se aleje.

El adiestramiento deberás comenzarlo con tiempo. Debes tener en cuenta que no es una cosa de un día para otro. Es un aprendizaje que lleva su tiempo. Y para tener éxito, lo mejor que se puede hacer es optar por el premio. Así aprenderá a reaccionar y se podrá evitar más de una mala reacción.

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