Yhabril Moro, un fotógrafo de contrastes a la luz de la luna

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Yhabril Moro y, al fondo, siempre, la luna. (FOTO: Yhabril Moro -autorretrato-)

por Rebeca Ruiz

Gonzalo Bartolomé. Un nombre que, quizá, no dice demasiado. Pero si se vincula a Yhabril Moro la expectación está servida. Es su nombre de guerra, su talismán. Hace unos días, su foto de la superluna en Astún daba la vuelta al mundo. Es sólo una de las cientos de imágenes que han dado a conocer a nivel internacional a Yhabril Moro. Un fotógrafo de contrastes. Un apasionado de la montaña y, como él se describe, un «lunático». Un artista de los pies a la cabeza con ese toque de locura que sólo puede aportar la genialidad. Su tarjeta de presentación: la luna y su tabla.

Yhabril nació hace 39 años en Górliz, en Vizcaya, y es un apasionado del freeride y de la fotografía de montaña, disciplinas en las que ha logrado una especialización que roza lo místico y que le han valido más de una veintena de reconocimientos en prestigiosos concursos y certámenes a nivel internacional. Entre ellos, cuenta con el premio del público del concurso internacional Montphoto, con el primer premio en el concurso de fotografía de actividad de montaña en Pirineos Skimetraje o la Medalla de Oro de la Federación Internacional de Fotografía. El prestigioso Trofeo Rocaverde a la mejor foto de un fotógrafo vasco en 2016 también le pertenece, así como el Premio a la Mejor Fotografía en el Festival de Cine Skimetraje 2017. Además, el pasado año también se hacía con  el primer premio del concurso Gente Sin Miedo de Catalana Occidente, se llevaba el Concurso Despierta Foto de Olympus y se convertía en ganador en dos categorías en el concurso de fotografía de montaña Mountaingrou y del Premio al mejor cortometraje en el Ukerdi Film Festival 2017. Sólo una pequeña muestra de todo el talento que derrocha Yhabril Moro en cada uno de sus trabajos, para el que la palabra Photoshop no forma parte de su vocabulario, por muy increíble que pueda parecer en el siglo de las nuevas tecnologías.

 

El Diario de Navarra, El Correo Español, Visionz Magazine o las revistas especializadas Campo Base o Aramba han publicado sus fotografías, que también se difunden habitualmente por canales digitales de algunas de las mejores marcas del sector y en TVE y ETB. Yhabril compagina esta faceta con su labor profesional como fotógrafo para varias firmas del mundo de la nieve –Crazy Shop Jaca, Racha o Mendiboard-, para la estación de Astún y para el Ayuntamiento de Gorliz (Vizcaya). Pero, donde se ha convertido en un verdadero fenómeno social en las redes sociales, donde sus seguidores se cuentan por miles y donde, cada vez que aparece un trabajo suyo, el impacto mediático está asegurado.

Aunque nació en Bilbao, Yhabril lleva afincado muchos años en la Jacetania, en Villanúa concretamente (es profesor de snow en Astún). Se define como «amante del valle y de la montaña», y cuando se refiere a este territorio, se percibe un brillo especial en su mirada… Quizá porque al nombrarlo está pensando ya en su próxima aventura.

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Yhabril Moro. (FOTO: Yhabril Moro -autorretrato-)

«Comencé con esta afición a través de Instagram, con fotografías con el móvil y con propuestas muy surrealistas», explica. La pasión que pone en lo que hace y su sentido de la creatividad llevaron a este ingeniero de formación a buscar nuevas emociones, y hoy se ha convertido en un todo un referente, que se vuelca en cada nuevo trabajo y que no deja a nadie indiferente con sus sorprendentes creaciones, tanto en el mundo de la fotografía como en el del arte, su otra faceta.

«El día de mi Comunión, me regalaron una cámara de fotos, pero entonces no le hice ni caso», comenta, como anécdota… «Yo no sabía que me iba a llegar a gustar la fotografía y que se me iba a dar medianamente bien», reconoce, humildemente. Su pasión por la nieve, por la naturaleza y por la luna hicieron el resto. Y es cierto. Cada vez que una composición realizada a partir del astro se hace viral, Yhabril no puede estar muy lejos: «La luna me tiene loco; reconozco que soy un lunático -bromea-. Y cuando descubro algo que me apasiona, es obsesión».

Y de la obsesión, al éxito. Las dos ramas artísticas de Yhabril están muy diferenciadas: una es la fotografía de acción, de snowboard, de freeride o de montaña. La otra, una versión más onírica, si cabe, del propio autor, es la faceta surrealista, la que plasma su arte en lienzo. Desde hace un año y medio, diseña su propia línea de moda, que completa las dos líneas anteriores y da acceso, a quien no está en disposición de adquirir una obra de Yhabril, de poder compartirla en su vestuario. Desde 40 euros, dependiendo del soporte, cualquiera puede acceder a una obra de Yhabril, que se han llegado a cotizar por más de 3.000 euros en las mejores galerías de arte de Barcelona.

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Una de las fotografías más conocidas de Yhabril Moro.

A la hora de buscar una buena foto, «muchas veces me voy solo; algunas están muy pensadas, pero otras son improvisadas, y casi nadie está dispuesto a acompañarme; pero cuando voy a hacer fotos de acción voy con mis amigos: mi principal compañero es Álex Miguel, de Canfranc, grandísimo esquiador y grandísima persona», relata. También tiene como compañeros de viaje «a los grandes riders del valle, donde hay mucho nivel, tanto en esquí como en snow y montaña: Nacho Merino, Íker Fernández, Luis Alberto Hernando,… tengo la suerte de juntarme con los más grandes». «Yo soy un solitario, me gusta estar solo; no sufro por una foto, al contrario, la disfruto. Pero poder compartirlo con amigos es lo que pone la guinda… Cuando consigues la foto, imagínate el momento», explica.

Yhabril Moro consigue aquella foto que no se le ha ocurrido a nadie. «Al final, se trata de intentar rizar el rizo», señala, y reconoce que éste es el secreto de su éxito. Y sobre todo, no dejar nada al azar. Una de sus fotografías más famosas, requirió más de tres años de trabajo para lograr el momento exacto que quería plasmar el artista. «Cuando la conseguimos por fin, a mí se me saltaban las lágrimas», recuerda Yhabril.

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El artista no es consciente de cuándo hizo su primera foto, pero sí tiene muy presente cuál fue su primera instantánea con repercusión: fue una  imagen tomada con Íker Fernández, en Astún, que dio la vuelta al mundo y, para Yhabril, es una las mejores. Se trata de Oreo’s Wrath (La ira de Oreo). «Se me ponen los pelos de punta de recordar ese momento; la titulé así por la cara que sale en la montaña, con la gente esquiando y las sombras, con Íker volando en la parte izquierda de la imagen y parece que la montaña le está mirando con ira, como diciendo: ¿Quién es este humano que profana mi territorio?». Es la foto que le dio a conocer; por eso, la recuerda con especial cariño.

Oreo's Wrath, Yhabril Moro

«La fotografía ha sido algo que llevaba dentro y no lo sabía; lo he ido descubriendo y ha sido todo meteórico. Siempre seguiré haciéndolo porque principalmente lo hago para mí y para mis colegas… Pero si comienzas a escuchar buenas críticas, es un punto extra de motivación», explica.

Para Yhabril Moro, su momento de acción y de actividad es el invierno. «Hipoteco mi verano en la playa de Górliz, trabajando mucho para poder hacer en invierno las cosas que me gustan», asegura. Cuando llega a la Jacetania, viene con la idea de ciertas fotografías en la mochila. «No suelen ser muchas, porque soy consciente de que cada vez son más difíciles y me van a llevar más tiempo», matiza Yhabril.

Además, Moro juega con el hándicap de las condiciones meteorológicas de la montaña. De hecho, su última fotografía, la de la superluna de Astún, estuvo a punto de ser cancelada porque las condiciones no eran las idóneas. Al final, a última hora, decidió subir animado por sus compañeros y el resultado fue espectacular.

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La última foto de Yhabril Moro que se ha hecho viral: la superluna de Astún.

Yhabril Moro es consciente de que su actividad no está carente de peligro: «Riesgo, en la montaña, siempre hay; hay que minimizarlo y saber a lo que te estás exponiendo y tener unos mínimos conocimientos, reciclarte y hablar con gente que sabe más que tú… La montaña no es un patio de recreo. Hay sitios donde me gustaría meterme, y no lo hago porque no tengo nivel».

Cuando se le pregunta por su foto ideal, Yhabril Moro sonríe: «Muchas, ya las he conseguido –dice, orgulloso de su trabajo-. Ahora tengo algunas pensadas que son el más allá, el siguiente paso,… Pero es la del día a día, la que hoy me ha parecido mi foto ideal… Seguramente, mañana, será otra».

Yhabril Moro está creando escuela. Ya hay quien intenta seguir sus pasos, inspirándose en las imágenes únicas que le han hecho archiconocido. «Si hay alguien que me sigue, y se motiva con mi trabajo y se inspira, es algo muy grande… Yo también lo he hecho: si me interesa el trabajo de alguien, yo le sigo, porque sólo me va a dar cosas buenas».

Y aprendiendo de lo que le inspira y rindiéndose a su pasión por la montaña, se queda pensando en su próximo proyecto. Habrá que estar atentos. Seguro que la próxima luna que conquiste Facebook llevará la firma de Yhabril.

Aquí se puede seguir el trabajo de Yhabril Moro:

https://www.instagram.com/yhabril/?hl=es

https://www.facebook.com/yhabril

 

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