Nuestros héroes olvidados. José María Campoy Irigoyen

Nuestros héroes olvidados. José María Campoy Irigoyen
Nuestros héroes olvidados. José María Campoy Irigoyen.

No deberíamos olvidar nuestra historia; mejor convendría estudiarla y tenerla siempre presente, para aprender de ella y recordar a nuestros mayores, a los que nos precedieron en este camino de la vida y honrar y reconocer el valor y la entrega de muchos de ellos para ejemplo de todos.

Y por eso, un tanto apenado de ver el olvido colectivo que nos atenaza a todos, escribo estas líneas para rescatar de la nada la memoria de uno de nuestros héroes locales.

El desastre de Annual

El 9 de agosto se cumplían 100 años del asesinato de más de 3.000 soldados españoles tras la capitulación de la posición de Monte Arruit, en el entonces protectorado español de Marruecos, a manos de las tropas rifeñas que no respetaron el acuerdo y los masacraron tras salir de la posición, desarmados e indefensos.

Eran las tropas que, derrotadas en Annual y otras posiciones más avanzadas los días previos, se habían refugiado en esta posición ante la imposibilidad de alcanzar la ciudad de Melilla.

Sus cuerpos, mutilados, cruelmente torturados y abandonados al sol, fueron recuperados dos meses más tarde por las tropas españolas que reconquistaron la posición a finales de octubre descubriendo un espectáculo dantesco. El conocido como desastre de Annual marcó profundamente la política, la economía, la moral y la historia de nuestro país.

José María Campoy Irigoyen

Entre todos aquellos cadáveres, se encontraban los restos de José María Campoy Irigoyen, nacido en Jaca el 8 de agosto de 1894; sacerdote y capellán del Regimiento de Caballería Alcántara nº 14. Las hazañas de este regimiento para cubrir la retirada de sus compatriotas durante esos días son épicas y merecen un capítulo aparte y si el lector tiene interés, fácilmente encontrará información en internet.

José María había ingresado en el Ejército cuatro años antes y entre otros, había formado parte también del Regimiento Galicia, que ya se encontraba en Jaca por aquel entonces. La noticia de su muerte sacudió a toda la población de Jaca, pues su familia era querida y  muy conocida y él había dejado huella en su ciudad natal.

Don Esteban Gilaberte, uno de los pocos supervivientes de esa masacre, compañero suyo y testigo presencial de la labor inconmensurable que este jacetano realizó durante los últimos días de su vida, escribió el siguiente relato, que fue publicado en el diario La Vanguardia en 1927:

Héroes de la historia

“Desde Dar Drius, donde le saludé en la mañana del 23 de julio, mi querido capellán no desatendió un solo momento su especial misión y durante la retirada a Batel y Monte Arruit nadie pudo notar en él (que hubiera sido muy disculpable) ni aun la menor prueba de abatimiento y fatiga; era, pues, ejemplar sacerdote y militar. 

Joven y animoso, recorría muchas veces las enfermerías y barracones, dando consuelo al abatido, esperanza al pesimista (durante el largo asedio de Monte Arruit), auxilio espiritual a quienes lo habían de menester más urgentemente, pues en realidad todos lo necesitábamos en aquellas circunstancias, y bien comprendió él cuando, primero al cuartel general y después a las tropas, les fue dando la absolución… por una justa concepción de la realidad…pues el trágico final del 9 de agosto estuvo a punto de ocurrir el día 2, en que los moros atacaron el campamento por todas partes…

El día 9 se valieron de la traición y, cuando después de capitulados y desarmadas las cuatro quintas partes de la guarnición, salía ésta del campamento, conduciendo sus 402 heridos, fue arrollada la columna y asaltado el reducto por todas partes y entre aquella jauría do chacales, fieras sedientas de sangre, cayeron sacrificados al deber patrio y glorificados por el martirio cerca de 3.000 hombres, entre ellos el único representante del Sumo Hacedor; cayó el virtuoso capellán Campoy, murió bendiciendo a sus hermanos, ocupando dignamente el puesto que le corresponde en nuestra Historia militar, cuyas páginas al recoger con letras de oro los nombres de tantos héroes conocidos y anónimos, no podrán olvidar al de D. José María Campoy Irigoyen…

Reconocimientos a Campoy Irigoyen

Otros muchos compañeros difundieron sus virtudes y comportamiento de aquellos trágicos momentos y exaltaron la figura del capellán. Por tales motivos fue condecorado póstumamente con la Cruz Roja del Mérito Militar y la Medalla de África recibiendo «las  indulgencias de los señores Vicario General Castrense, del Patriarca de las Indias, del nuncio de su Santidad, del eminentísimo Cardenal de Zaragoza y de los obispos de Madrid-Alcalá, Segovia, Pamplona y Jaca».

El 9 de octubre de 1927, el Ayuntamiento de aquel entonces puso su nombre a una de las calles del casco antiguo de Jaca, que hoy día se mantiene y por suscripción popular se colocó una placa en piedra conmemorativa en su casa natal de la Calle Mayor, junto al Monasterio de las Benedictinas.

La placa dice asÍ:

«Al Capellán del Ejército D. José Mª Campoy Irigoyen, que nació en esta casa el 8 de agosto de 1894. Sus compañeros y amigos en testimonio de admiración dedicanle esta lápida por suscripción popular. Apóstol de la cruz y héroe de la patria a ellas ofrendó su vida en la tragedia de Monte-Arruit el 9 de agosto de 1921. Octubre de 1927»

 "En el agujero vacío de la cerradura de su casa, ayer, 9 de agosto de 2021, tres rosas asomaban, para recordar a uno de nuestros héroes jacetanos".
«En el agujero vacío de la cerradura de su casa, ayer, 9 de agosto de 2021, tres rosas asomaban, para recordar a uno de nuestros héroes jacetanos».

La casa natal de Campoy Irigoyen en Jaca

Hoy sus restos descansan en el cementerio de la Purísima Concepción de Melilla y su casa natal permanece vacía. Siendo propiedad del Ayuntamiento de Jaca, está a la espera de que se materialice alguno de los proyectos de uso propuestos, entre ellos, el de Museo de la Ciudad.

En el agujero vacío de la cerradura de su casa, ayer, 9 de agosto de 2021, tres rosas asomaban, para recordar a uno de nuestros héroes jacetanos.

PD: Quiero agradecer enormemente la labor realizada por D. Valentín Mairal López, un apasionado de la historia de Jaca y por cederme su aportación para escribir estas líneas. Él ya realizó un extraordinario artículo sobre el tema hace unos años que dejó plasmado en su libro Cuando se van para no volver y que también puede consultarse en su blog para todos aquellos que sientan la curiosidad de saber más.

Por Diego Fernández García

Fuentes consultadas por el autor:

Blog Mis cosas de Jaca (Valentín Mairal)

Web Jóvenes nómadas: El héroe olvidado: Campoy Irigoyen

Web religionenlibertad.com Capellanes intrépidos y rosarios en la trinchera: testimonios de fe en el Desastre de Annual.

Página de facebook Annual centenario 1920/21 Una herida abierta.

Wikipedia Monte Arruit.Hola REHHikaaaaa

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