Bendición en la Plaza de Biscós. (FOTO: Rebeca Ruiz)

por Rebeca Ruiz

Bajo un sol radiante, miles de personas salían a la calle en Jaca este domingo para participar en la tradicional bendición de palmas y ramos y en la procesión que acompaña al paso de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, vinculada al colegio de Escuelas Pías y más conocido como La Burreta.

La del Domingo de Ramos es la una de las procesiones más seguidas y multitudinarias, junto a la del Viernes Santo, de la Pasión jacetana, sobre todo por la circunstancia de que se trata de una jornada  tradicionalmente muy familiar. De hecho, son hijos, padres e incluso abuelos los que se reúnen en torno a las filas de La Burreta en el primer gran desfile de la Semana Santa de Jaca, en el que coinciden varias generaciones que, año tras año, han vestido la túnica con los característicos colores azul y blanco. Este año, con un lazo negro en memoria del Padre Damián Bello, recientemente fallecido en la localidad, hijo adoptivo de Jaca y muy querido por los jacetanos, que siguen teniendo su sonrisa en la memoria y presente su recuerdo, más aún en un día tan señalado para Escuelas Pías como es el Domingo de Ramos.

Además, este año se estrenaba estandarte, recién restaurado (por su parte posterior) y luciendo ya el color azul simbólico de la agrupación, sin olvidar la incorporación de la medalla, que portaban todos sus miembros.

Cada año, el Domingo de Ramos y la fiesta en torno a esta celebración se convierte en una de las citas más representativas y esperadas de la Semana Santa jacetana, catalogada en 2011 como Fiesta de Interés Turístico Regional. A primera hora, cientos de personas eran fieles a la tradición y recogían ya su ramo de olivo en la Plaza de Biscós. Al rato, comenzaban a escucharse los primeros tambores y bombos, que, cumpliendo con el ritual, se colocaban junto al entrañable paso de La Entrada de Jesús en Jerusalén, con la plaza llena de público, y a la espera de la bendición que daría lugar a la posterior procesión por el centro de Jaca hasta la Catedral.

Abría los actos la bendición de las palmas y los ramos, con el paso de La Burreta en primera línea arropado por la multitud. La procesión, encabezada por las autoridades civiles y militares, como manda el protocolo, se abría paso hasta la Catedral, donde La Burreta era recibida a ritmo de jota por los miembros del Grupo Uruel. Este año, la actuación del grupo folclórico era acompañada por el sonido de los tambores de Miguel Ángel Auseré y Ángel Otín. La entrada en la seo jaquesa resultaba impresionante, y la emoción entre los miembros de la banda de tambores y bombos contagiaba al público presente, que agradecía sus interpretaciones y su entrega con calurosos aplausos.

Tras la celebración religiosa, y como es tradicional, los miembros de la banda de la Cofradía de La Burreta se desplazaban hasta la puerta del Ayuntamiento para realizar una exhibición de sus diferentes toques, ante una gran expectación, tras detenerse en la Plaza de la Catedral. En Jaca, los sonidos de Pasión se dejan sentir ya por cada rincón, donde, a cada paso, se respira Semana Santa.

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