Los discos de freno: cuándo y cómo cambiarlos

Los discos de freno: cuándo y cómo cambiarlos

El control de la velocidad es una acción esencial para el buen funcionamiento de un vehículo. El conductor está continuamente pulsando los pedales de aceleración y frenado, por lo que una estructura que regule estas situaciones es muy importante para que el coche funcione correctamente cuando está circulando. Para esa situación, la pieza clave es el disco de freno, que tiene la función de hacer efectiva la orden de frenar que se realiza cuando se golpea el pedal correspondiente. Se encarga de garantizar que cada una de las ruedas reduzca el impulso hasta la solicitud marcada, que puede ser un descenso en la velocidad o la paralización completa del coche. 




Fuente de imagen repuestoscoches24.es


El disco de freno es un elemento de un sistema que funciona mediante una fricción generada porque los discos atrapan al freno, una vez se ha mandado dicha orden. Su correcto funcionamiento es esencial para que el vehículo frene con normalidad y naturalidad, ya que un problema en este proceso podría suponer un grave problema para el conductor, ya que dificultaría el frenado, que es una acción fundamental y de seguridad en el normal funcionamiento del coche. Hay otros componentes que influyen en este camino, ya que el líquido de freno ejerce una presión sobre las pastillas, que a su vez realizan una fricción contra el disco y éste agarra el freno para que reduzca la velocidad, de acuerdo con lo indicado por parte del conductor cuando pulsa el pedal. 

Momento de la sustitución

Es una pieza que tiene una prolongada vida útil, ya que a lo largo del uso del vehículo se cambian, generalmente, en una única ocasión. Si bien podría haber un problema o motivos de desgaste que obliguen a acelerar esta decisión, las dos piezas delanteras se cambian cada 120.000 kilómetros. Las dos traseras, en cambio, tienen una mayor durabilidad y pueden aguantar el doble de recorrido. Además del inexorable paso del tiempo, hay algunos síntomas que son identificativos de que se produce un problema en esta zona y que resulta necesario realizar una sustitución. La vibración en el volante o en el pedal de freno es el indicativo más destacado. Si ocurre esta situación cuando pulsamos el freno, hay altas posibilidades de que el problema se encuentre en dicha pieza. Un exceso de relieve en la pieza o marcas son también síntomas de qué algo está fallando.

Cómo cambiarlo

El proceso de sustitución de un disco de freno es apto para particulares, que pueden iniciarlo con la acción de levantar el coche, para lo que se necesita un gato, y extraer la rueda. Hay que sacar varios elementos, como las pastillas, la pinza y, posteriormente, el propio disco. Se coloca el nuevo, que debe ser limpiado previamente para garantizar que se encuentre en las mejores condiciones para su uso. Es recomendable, cuando se realiza esta sustitución, proceder a cambiar, además, las pastillas de freno. A continuación, se colocan las piezas retiradas previamente, como la pinza, y ya es el momento de instalar la rueda y bajar el coche. El nuevo componente debería funcionar correctamente.

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