El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

Como cada año por estas fechas, el Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña de Jaca se prepara para afrontar el Infierno Blanco, el ejercicio táctico más importante del Mando de Tropas de Montaña. Lo hace estos días abriendo brecha en Candanchú, donde los militares del Galicia despliegan en un medio hostil por naturaleza -nunca mejor dicho-, en el que son capaces de convertir la adversidad, el frío y las exigentes condiciones de la montaña invernal en un aliado.

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco.
El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco.

El Galicia 64 de Jaca en Candanchú

El sol luce con toda su fuerza en Candanchú pero el frío cala hasta los huesos. Las últimas nevadas han dejado espesores de varios metros en algunas zonas y la montaña -que engaña a primeras horas del día, antes de que las temperaturas se desplomen y el medio natural se revele como el otro enemigose convierte, en estas condiciones, en el escenario ideal para la preparación de los militares de Jaca.

Jornadas específicas de instrucción de combate en montaña invernal

El jefe del Galicia 64, el coronel Francisco de Asís Iranzo, señala que «el objetivo más inmediato de estas jornadas específicas de instrucción de combate en montaña invernal es la preparación para el ejercicio Infierno Blanco, que se desarrollará el próximo mes de marzo en algún lugar del Pirineo. Hasta el último momento, no se comunica a los participantes el lugar exacto donde se desplegará, para que la fase de planeamiento se haga en tiempo real», explica el coronel Iranzo.

Los militares de Jaca se curten, hasta que llegue ese momento, en las montañas del Pirineo. Cuanto más difíciles sean las condiciones, mejor preparados afrontarán el Infierno Blanco. Y en consecuencia, cualquier misión que se les pueda encomendar.

En el campo de tiro de Candanchú

En el campo de tiro de Candanchú, el sargento Javier Guerrero dirige una práctica donde se pone a prueba la habilidad para adaptarse al material en un teatro de operaciones como éste. «Hacemos tiro con raquetas y esquís apoyando en bastones: utilizando los medios que tenemos a nuestro alcance para abrir fuego», señala el sargento Guerrero.

Trabajan con el HK reglamentario, de calibre 5,56. Un fusil de asalto que puede hacer blanco a 400 metros y que pesa más de tres kilos y medio. Primero en pie y después rodilla en tierra, se aplican los procedimientos y los soldados se familiarizan con las posiciones de tiro. Con los bastones se improvisa un bípode que ayuda a salir con éxito de la prueba. Sobra insistir en las dificultades de la práctica. Hay que estar muy entrenado para llegar hasta aquí con el equipamiento necesario, con muchos kilos de peso a la espalda y con el frío de febrero a más de 1.500 metros de altura. Pararse, y disparar. Y hacer blanco.

«Trabajamos para, dentro de las dificultades de lo incómodo que resulta el material técnico de montaña, encontrar la mejor posición para hacer un tiro efectivo. Lo más complicado es cuando hace frío y las condiciones empeoran; y tenemos que trabajar con guantes gordos: recargar el cargador, abrir material,… En esas condiciones, todo se ralentiza. Realmente, la instrucción buena, y también la más dura, es cuando llega el frío», advierte el sargento. El día ha salido soleado, pero la montaña no avisa. Hay que estar preparados para todo. Y más, en un medio como éste.

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

Posiciones defensivas y fosos de frío

Un poco más arriba, mimetizados con la nieve con su característico traje blanco, los hombres del teniente Francisco Pérez del Águila se entrenan en fortificaciones y refugios de nieve. La práctica simula una posición defensiva desde donde los militares tienen que proteger el sector de la zona oeste, desde el Tobazo hasta La Zapatilla. Desde allí se observa otro ejercicio, en el fondo del barranco, donde sus compañeros ponen en práctica el rescate de un TOM (Transporte Oruga de Montaña).

Es un lugar elevado, desde donde se domina todo el entorno. En él se han establecido tres subestaciones. La primera, simularía una posición defensiva con cinco pozos; una auténtica fortificación con nieve donde los bloques de hielo les protegen de un posible ataque enemigo. Un poco más atrás, en una zona más resguardada y estratégicamente situada, se ha instalado la zona de vida. Los hombres se dividen en dos grupos y se relevan en el descanso.

«Allí encontramos los fosos de frío. Para construirlos, levantamos una pared de bloques de hielo y la cubrimos con un techo. Junto a ello, instalamos las tiendas reforzadas» -una tienda de camuflaje entre nieve-, explica el teniente Del Águila. «En periodo invernal es fundamental construir un refugio para aguantar las temperaturas de la noche y evitar las hipotermias. Por eso buscamos el equilibrio entre buscar algo que nos pueda proteger, pero que al mismo tiempo se pueda levantar rápido», matiza.

Para ello, lo primero que hacen es localizar una media ladera, con algo de pendiente. Cavan para ganarle la horizontal a la montaña, aprovechando la inclinación para la pared trasera. Con la nieve que retiran, terminan de cerrar el refugio. El resultado -explica Del Águila- es «una especie de pozo rectangular donde caben dos, tres o más personas».

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

El Regimiento Galicia de Jaca abre brecha en Candanchú ante el inmediato Infierno Blanco

Vivir, moverse y combatir en zonas de montaña o de frío extremo, desafíos para el REgimiento de Jaca

El suboficial mayor el Regimiento Galicia, Antonio Tena, recuerda cuál es la misión de las tropas de montaña: «Los componentes del Regimiento Galicia se mantienen permanentemente preparados para vivir, moverse y combatir en zonas de montaña o de frío extremo. Esto se consigue adquiriendo las necesarias competencias técnicas, además de mantener una elevada preparación física y moral, y también -y esto es lo más difícil- manteniendo el ‘hábito’, trabajando en el día a día en este exigente escenario. 

La proximidad de los acuartelamientos donde se encuentran los Cazadores de Montaña del Regimiento Galicia en Jaca, a las alturas que brinda el Pirineo Aragonés, hace que sus componentes se encuentren permanentemente aclimatados», añade el suboficial mayor Tena.

Como resalta Tena, el hecho de combatir en zonas de montaña o con climas de frío extremo exige no sólo ser capaces de «cuidar de uno mismo», sino también «del compañero y de mantener el armamento y material en las mejores condiciones a pesar de los adverso del ambiente» en el que se mueve el soldado de montaña.

Asegurar la supervivencia para ser efectivos en la misión

Candanchú apenas supone un capítulo de su estricta formación. Para adquirir estas competencias, apunta el coronel Iranzo, los Cazadores del Galicia despliegan a lo largo del año en diferentes refugios de montaña «con el fin de instruirse y automatizar técnicas y procedimientos». Ello les permitirá «asegurar la supervivencia en zonas de montaña y clima frío».

«Una vez adquiridas estas competencias que les permiten vivir y moverse en este ambiente, se realiza la instrucción y se practican las tácticas específicas de combate en este exigente escenario», añade el jefe del Galicia.

De JACA AL InFierno Blanco… Y DONDE SEA NECESARIO

En Candanchú se sientan las bases para que las tropas de montaña afronten con éxito el Infierno Blanco. Este ejercicio es el más importante del Mando de Tropas de Montaña (MTM), integrado por los regimientos Galicia 64 de Jaca y América 66 de Pamplona.

«Se realiza al final de la fase de instrucción de combate en montaña invernal y sirve para certificar que el Grupo Táctico de Montaña que debe generar el MTM está perfectamente capacitado para llevar a cabo el planeamiento y ejecución de actividades ofensivas y defensivas contra un enemigo, en terreno montañoso o de frío extremo», asegura el coronel Iranzo.

Nieve. Frío. Montaña. Condiciones extremas. Así es el Infierno Blanco. Cuando llegue, los militares del Regimiento Galicia 64 de Cazadores de Montaña lo estarán esperando.

Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

Galería completa de fotos en el perfil de Facebook de JACETANIA EXPRESS

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