
Haga frío o calor, haya nieve o sol, los lavaderos de la Bajada de Baños de Jaca se llenan cada 8 de marzo -y desde hace más de un cuarto de siglo- de poesía, música, claveles y reivindicación. Impulsado en 1995 por Chunta Aragonesista, el homenaje a la mujer se ha convertido en todo un símbolo de la lucha en favor de la igualdad de género.
El tradicional homenaje en los lavaderos de la Bajada de Baños
A pesar de la amenaza de lluvia, este martes se volvía a celebrar el entrañable homenaje a la mujer en los lavaderos de la Bajada de Baños, dirigido por Javier Acín y Laura Climente (Chunta Aragonesista Jaca). Entre los asistentes, les arropaban otros ediles, entre los que se encontraba el alcalde de la ciudad, Juan Manuel Ramón. Antes del vino y las pastas, como es tradicional, han dado voz a quien así lo deseaba. Se han leído poesías y no ha faltado un guiño a Ucrania; en concreto, reivindicando la figura de sus escritoras. Y los lazos de color morado se han vuelto a ver en todas las solapas.
En el transcurso del acto, también se ha recordado la función social y de reunión de los lavaderos, a los que las mujeres jacetanas acudieron durante generaciones porque es un lugar donde la temperatura del agua se mantiene constante durante todo el año, en torno a 15 grados. Un enclave muy simbólico, por todo lo que ha representado desde hace décadas, para la mujer jacetana.




















La historia de los lavaderos de la Bajada de Baños
Los lavaderos de la Bajada de Baños han sido, desde siempre, un lugar emblemático para los jacetanos, por su importancia histórica y por su bagaje sentimental. Su restauración se llevó a cabo en 1991 por los scouts Calasanz y la Asociación Sancho Ramírez, poniendo en valor las ruinas de lo que en otro momento fue un importante elemento arquitectónico, centro al mismo tiempo de la vida social, cultural y económica de otras épocas (se trata de uno de los pocos vestigios que se conservan de la arquitectura civil aragonesa del siglo XVIII). Hace aproximadamente un año, el Ayuntamiento de Jaca consolidaba los restos para evitar su deterioro.
Su historia, sin embargo, se remonta mucho más atrás. Situados estratégicamente en el Camino de Santiago, eran paso continuo de viajeros. Entre los servicios que los peregrinos necesitaban, y tal y como recuerda la Asociación Jaca Jacobea, se encontraba el de la higiene, relacionado además directamente con el ritual que limpiaba al peregrino de sus pecados. En la época no era común que las viviendas estuvieran dotadas de este tipo de instalaciones, carencia que se se suplía con los baños públicos (herederos de las termas romanas y del hamman árabe).
La utilización de estas instalaciones se organizaba por turnos de hombres y mujeres, y de judíos, cristianos y musulmanes. Al final de la Edad Media, por las costumbres y las creencias religiosas de la época, acabaron reconvertidos en lavaderos públicos. Los Baños Viejos, que así se llama el lugar, eran de propiedad real y se convertían de este modo en un lugar emblemático para la mujer, jugando un papel determinante como lugar de reunión y presente en el día a día de las jacetanas durante décadas.

Los lavaderos de la Bajada de Baños, todo un símbolo de las reivindicaciones en torno a la igualdad
Por todo ello, los lavaderos de la Bajada de Baños son todo un símbolo de las reivindicaciones en torno a la igualdad, y se han convertido en un lugar que alberga, cada año, uno de los actos más importantes que se organizan en torno a la conmemoración del Día de la Mujer en Jaca. 26 años ya de este entrañable gesto con el que Chunta Aragonesista continúa reivindicando el papel de la mujer en la historia y en la sociedad actual.
Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)
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