Ramiro I, de hijo ilegítimo a rey. La leyenda

En la historia nos encontramos con descripciones legendarias de determinados acontecimientos. En el nacimiento del Reino de Aragón, y con el caso de Ramiro I, que fue de hecho el primer gobernante del territorio, tenemos una de estas explicaciones míticas que no dejan de ofrecernos una bella imagen. ¿Conoces la leyenda?

Ramiro I, de hijo ilegítimo a rey. La leyenda.

Ramiro I, de hijo ilegítimo a rey. La leyenda

En la historia nos encontramos con descripciones legendarias de determinados hechos o acontecimientos. Como es fácil de imaginar, estas descripciones están destinadas a transmitir una imagen idealizada de supuestos acontecimientos en la que los hechos queden embellecidos y favorables a determinados intereses. Aunque estas mitificaciones utilicen grandes dosis de imaginación que modifican la realidad, suelen tener como base un suceso de existencia real, aunque ampliamente modificado.

En el caso de la Edad Media, eran los trovadores los encargados de ir difundiendo por el territorio esta imagen mítica e idealizada de algunos hechos o acontecimientos, mediante sus trovas y representaciones.

Ramiro I y el Reino de Aragón

Así, en el nacimiento del Reino de Aragón, y con el caso de Ramiro I, que fue de hecho el primer gobernante del territorio, tenemos una de estas explicaciones míticas que no dejan de ofrecernos una bella imagen.

En los años 900 (siglo X), el condado de Aragón se limitaba a los valles de Hecho y Ansó (que antes había pertenecido a Navarra). Los territorios al este eran los condados independientes de Sobrarbe y Ribagorza, mientras que al oeste el límite era el importante Reino de Pamplona, con dominio sobre los tres condados.

La radicalización islamista del Califato de Córdoba a finales del siglo X y el principio del XI dio lugar a las razias de Almanzor y Abd al-Malik, que afectaron a los tres condados, destruyendo monasterios como Siresa y Ciella y estableciendo un clima de generalizado de terror. En los años siguientes, el rey de Pamplona Sancho Garcés III El Mayor expulsó a los musulmanes, incluyendo en su reino a los tres condados, y comenzando un trabajo de reorganización religiosa y militar del nuevo territorio.

Ramiro nació hacia 1007 como fruto de la relación adolescente entre Sancho III y la importante aristócrata Sancha de Aybar

Ramiro nació hacia 1007 como fruto de la relación adolescente entre Sancho III y la importante aristócrata Sancha de Aybar. No hay que olvidar que el matrimonio tal y como después se concibió todavía tardaría dos siglos en consolidarse. Con posterioridad, Sancho III El Mayor fue casado con Muriadona (o Munía). Era hija del conde Sancho García de Castilla, y con ella tuvo tres hijos: García, Fernando y Gonzalo, además de proporcionar al reino el derecho sucesorio al condado de Castilla.

Ramiro, García, Fernando y Gonzalo

A la muerte de Sancho III El Mayor, y por su voluntad y testamento, García quedó como rey de Pamplona. Fernando, como conde de Castilla. Ramiro, de Aragón. Y Gonzalo, de Sobrarbe y Ribagorza, todos ellos con juramento de sumisión a García.

Este reparto de Sancho III nos muestra cómo el primogénito legítimo García queda como rey de Pamplona. Del mismo modo, la singularidad del hecho de que Ramiro recibió el mismo trato que Fernando y Gonzalo -hijos legítimos- que, de forma tradicional, eran los únicos que ostentaban los derechos de sucesión.

El mito

Para explicar esta aparente anomalía apareció una justificación de carácter mítico y de supuesto origen aragonés. Y que, basándonos en las diversas crónicas, se puede resumir de la forma siguiente:

«En aquel tiempo en que, por miedo a los árabes, todos los nobles guardaban sus caballos en la habitación de sus propias mujeres a fin de que en caso de necesidad pudieran usarlos con presteza, Sancho encomendó a su esposa Munía la guarda de su caballo…»

El hijo mayor García se encaprichó, queriendo que Munía le donase el caballo de su padre, a lo que su madre, asesorada por un noble de la corte, se negó. La contrariedad de García llegó hasta el punto de acusar a su madre de adulterio y convencer a Fernando y Gonzalo para que lo apoyasen.

 A su regreso, el rey mandó prender a su esposa….

«Y reunió corte general que determinó que la reina se justificase mediante batalla y en contrario condenada a la hoguera…»

Ramiro salió en defensa de su madrastra y se ofreció para batirse con García en nombre de la reina

Ramiro salió en defensa de su madrastra y se ofreció para batirse con García en nombre de la reina. Poco antes del día de la batalla, la intervención de un monje obtuvo la confesión de los difamadores con la consiguiente liberación de la reina. La condición de Munía para conceder su perdón fue que García jamás reinase en Castilla.

A continuación, la reina efectuó el ritual del ahijamiento. «Metiendo a Ramiro debajo de sus haldas delante de la Corte real y haciendo como que lo paría, lo sacó de las telas de su vestido, lo adoptó como hijo y quiso que recibiera una parte del reino. Arrepentido, García peregrinó a Roma para pedir perdón de su pecado».

La belleza de las imágenes acompaña al hecho real de que Ramiro fue tratado de la misma forma que sus hermanastros, a diferencia de lo habitual, incluso de lo que sucedería posteriormente con su hijo ilegítimo, el conde Sancho Ramírez.

Por Javier Lázaro

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