La última entrega de la trilogía de Javier Lázaro sobre tres mujeres que fueron claves en la consolidación del Reino de Aragón durante los siglos XI y XII. Tras Sancha de Aibar y Sancha Ramírez, la condesa Sancha, la historia de Talesa Ramírez pone el broche de oro al ciclo. ¿Qué sabes de ella?
Talesa Ramírez, vizcondesa del Béarn
El rey Ramiro I tuvo un hijo natural como fruto de la relación con Doña Amunia de Barbenuta, al que le pusieron el nombre Sancho, como su abuelo. Posteriormente el rey contrajo matrimonio con Ermesinda de Foix, con quien tuvo el resto de sus hijos: Sancho, Sancha, García, Urraca y Teresa (o Taresa).
El hijo legítimo Sancho, sería el heredero y el futuro rey Sancho Ramírez, mientras que el Sancho hijo de Amunia pasaría a la historia como el conde Sancho Ramírez.
Siguiendo la política matrimonial de establecer lazos con las familias aristocráticas vecinas, el conde Sancho Ramírez contrajo matrimonio con la noble de la otra vertiente pirenaica Beatriz de Montaner, con la que tuvo cuatro hijos: García, Pedro, Talesa y Beatriz.
Talesa, que era sobrina del rey Sancho Ramírez y prima hermana de sus hijos, contrajo matrimonio con Gastón, hijo del vizconde del Béarn, a quien heredaría con el nombre de Gastón IV del Béarn. Este matrimonio seguía la política de los pequeños territorios de forjar alianzas con los vecinos para aumentar su capacidad y limitar los peligros que suponían sus adversarios. Talesa Ramírez pasaba a ser La vizcondesa Talesa del Béarn.
La primera cruzada
Ante la convocatoria por parte del Papa Urbano II de la primera cruzada para la liberación de Jerusalén, se formaron grandes ejércitos cristianos de los diversos reinos. Gastón IV y su hermano Céntulo se incorporaron en el del conde Raimundo IV de Tolosa.

En esta primera cruzada, el desconocido Gastón IV del Béarn se convirtió en un héroe mítico. Entre otras acciones fue el encargado de dirigir el asedio y la conquista de Jerusalén, convirtiéndose así en un héroe de la cruzada y un personaje terrorífico para los musulmanes.
En la ausencia de Gastón, la vizcondesa Talesa había quedado a cargo del gobierno de un vizcondado en una situación de cierta inestabilidad y que a su regreso Gastón IV encontró perfectamente estabilizado y con un gran respeto a Talesa por parte de la nobleza civil y eclesiástica.
En Aragón, a la muerte de Pedro I en 1104, le sucedió su hermano Alfonso, que heredó la tarea de ampliar el territorio aragonés, para lo que era imprescindible la conquista de Zaragoza.
Gastón iV y Talesa del Béarn en Aragón
El vizconde Gastón IV del Béarn, con toda su experiencia bélica y la destreza en la construcción de torres de asalto y catapultas junto a sus fuerzas bearnesas, se convirtió en el brazo armado de Alfonso I de Aragón. En recompensa a sus victorias el rey Alfonso I fue concediéndole diversas «tenencias», «honores» y señoríos, que hicieron de él el primer rico hombre de Aragón.

Gastón IV fue el encargado de realizar el sitio de Zaragoza que provocó su rendición, y la toma de la ciudad. Como reconocimiento de su mérito, Alfonso I lo nombró señor de la ciudad. Gastón, junto a Talesa, que se había desplazado a Aragón acompañando a su marido, fijó su residencia en el Palacio de la Alfarería.
Gastón IV acompañó a Alfonso I en todas las conquistas territoriales que la caída de Zaragoza había posibilitado. Así mismo realizó varias incursiones victoriosas en territorios musulmanes, falleciendo junto al obispo de Huesca en una de ellas en Levante. La euforia de los enemigos hizo que sus cabezas clavadas en sendas picas fueran expuestas varios meses en Granada hasta su posterior traslado a Marrakech. Alfonso I pagó un fuerte rescate por su cuerpo y fue enterrado en el Pilar de Zaragoza.
Talesa, viuda en Aragón
Talesa, vizcondesa del Béarn viuda continuó con el gobierno del Béarn, el de sus posesiones en Aragón y con el apoyo a Alfonso I, siendo su hijo Céntulo el que tomó el papel de su padre como brazo militar del rey de Aragón.
Tres años después de la muerte de Gastón IV, el ejército aragonés fue derrotado en la batalla de Fraga, encontrándola muerte Céntulo en el propio campo de batalla, y resultando malherido Alfonso que pudo llegar hasta Poleñino donde falleció.
La vizcondesa Talesa continuó gobernando en el Béarn y sus posesiones aragonesas. Pero un nuevo golpe cayó sobre Talesa cuando su nieto el vizconde Pedro III del Béarn, que había sido nombrado señor de Huesca y de Bespén y que seguía los pasos de sus antecesores, acompañando a Ramón Berenguer IV en sus acciones militares, encontró la muerte en plena juventud.
Finalmente, tenemos a una mujer de la casa de los Ramírez que había vivido para los intereses de Aragón, sufrido la muerte de su marido, la de su hijo y la de su nieto en un corto periodo de tiempo y que había vivido con una actividad permanente, falleció a la edad aproximada de ochenta años. Sin duda otra gran y resistente mujer.
Sancha de Aibar, la condesa Sancha Ramírez y Talesa Ramírez, tres grandes mujeres en la Historia de Aragón.
Por Javier Lázaro

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