Hoy traemos una reflexión muy particular: el viaje de Ane entre vestidos y montañas. Con ella hemos compartido montañas y senderos, de por aquí y de por allá. Espero que bebáis del color de estas imágenes y os arriméis al calor de estas palabras mientras dejamos pasar las montañas entre las estaciones…

Las montañas…
Las montañas vienen marcadas por ríos, paredes, fondos de valle, por afilados picos, sus animales, sus flores…
Este año he sido afortunada de vivir en el valle del Aragón.
Este año más que nunca he apreciado ese cambio de estaciones… Como si una mujer cambiando de vestido se tratase, elegante. Preciosas montañas.
Cada estación viene con su vestido particular y con este vestido se mueve todo… Nos mueve a los que la apreciamos, ya sea escalando, esquiando, caminando por sus bosques por sus collados y por sus cimas… Apreciamos esa flora y fauna que también varia con las adaptaciones que tienen y con las que siempre me queda mucho por aprender.
Según sus ropajes, según como ella esté.
Nos despierta unos fuegos u otros… Pero siempre tiene esa capacidad de avivar la llama.
Nos da vida, ¿a ti?
Mucha gente siente a las montañas un lugar de aventuras, de libertad.
Otros la sienten como una forma de terapia, de coger aire.
Para mucha gente es hogar es cobijo.
Y también hay otros que habrán vivido un auténtico infierno en ellas…
Seguro que hay gente que ha llegado a experimentarlas todas ellas…
La montaña también nos enseña el aprender a leerla.
Las emociones varían y al igual que todos tenemos un mal día, la montaña también.
A veces nos invita y nos abraza, y otras no.
Escuchémosla.
Pero para poder escucharla… ¿Hay que conocerla mejor, no? Y esta tiene información infinita por aprender…
¿Alguien podría responderme a por qué las primeras flores de la primavera son amarillas, como la prímula, y las que dan fin al verano son moradas, como la merendera?
¿Alguien más se ha fijado?
Si… Hay cosas que se guarda para ella. Misteriosa.
Poco a poco la voy conociendo más y más. Empecé a conocerla junto a mi padre en León. Pasando por montes Vizcaínos, Navarros… Llegando al Pirineo y este año el Atlas marroquí y hasta el Himalaya… Compartido con amigos, parejas, clientes, personas con diversidad funcional y ojalá poder hacerlo con personas en procesos oncológicos algún día…
Las preciosas oportunidades de compartir que te da la montaña. Gracias.
Volviendo a las estaciones… Volviendo al conocerla…
El ir viviendo años ligada a la montaña va dando sus frutos, el conocimiento y experiencia florece. Surge la primavera. Cada vez te orientas mejor, el cuerpo responde, entiendes más lo que te rodea…
Le sigue el verano, caluroso, continúan esos aprendizajes pero poco a poco se van secando…
El otoño se llena de colores, colores que caen al suelo… como si hubiera que renovar, conoces a la montaña pero quizás…
Y llega el invierno, con su manto en blanco que te lo confirma. Una hoja en blanco pon rellenar, una hoja en blanco por aprender. Por seguir conociendo las montañas.
Aún aprendo, aún me maravillo… Y lo que me queda.
Que disfrutéis mucho este paso por las estaciones de nuestro Pirineo. ¿nos ayudas a colocar estas montañas en sus estaciones? Os dejamos unas fotos revueltas para que juguéis a colocarlas.
Por Ane Herrero. Fotos de David Ruiz de Gopegui / Ane Herrero





























Una mirada al Pirineo es una idea original de Jacetania Express, donde, de la mano de David Ruiz de Gopegui, pretendemos acercar rincones y miradas diferentes de este nuestro Pirineo a todos los lectores, invitando siempre a la reflexión y al respeto por el medio natural que nos rodea.

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