Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa

Bajo el hielo del Ibón de Baños, rodeados de nieve a 1.636 metros de altitud y en aguas que no superan los tres grados de temperatura, los buzos de la Armada buscan las condiciones que necesitan para completar la exigente formación de la Escuela Militar de Buceo (EMB) de Cartagena. Cada año por estas fechas, el Balneario de Panticosa se convierte en el escenario de estas prácticas, tan espectaculares para quien no está familiarizado con estos procedimientos como exigentes para los especialistas. Estos días también se instruyen allí miembros de la Unidad de Buceo de Medidas contra Minas y buzos de la US Navy de Rota.

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)
Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada en el lago helado del Balneario de Panticosa

En el ibón de Baños del Balneario de Panticosa, como cada año por estas fechas, los buzos de la Armada buscan las condiciones que necesitan para completar una exigente formación que les preparará para poder enfrentarse a situaciones límite bajo el agua. Este año, la capa de hielo del lago glaciar, rodeado de nieve y a más de 1.636 metros de altitud, no es tan gruesa como en otras ocasiones. Pero sí lo suficiente para que cueste romperla. Bajo ella, en aguas que no superan los tres grados de temperatura, la Escuela Militar de Buceo (EMB) forma a sus especialistas.

22 alumnos pertenecientes a los cursos de Especialidad Complementaria de Tecnología del Buceo para Oficiales, Especialidad Complementaria Buzo para Suboficiales y Aptitud de Buzo para Marinería desafiarán al frío del lago glaciar hasta el próximo 7 de febrero. Se enfrentan a la fase de su formación correspondiente a buceo en aguas muy frías y bajo hielo. Entre ellos, en esta ocasión, se encuentran un oficial y un suboficial de la Armada de Colombia. Están previstas 34 inmersiones con aire, en las que se utiliza un equipo de suministro de superficie ligero (SDS).

Un equipo de unos 20 kilos e inmersiones de 25 minutos

Condiciones únicas

Estas prácticas se realizan desde hace años en el lago del Balneario de Panticosa, que reúne las características idóneas para ello. Los procedimientos son siempre parecidos, «aunque las condiciones meteorológicas varían. Y dependiendo cómo está el hielo, accedemos de forma u otra», explica el capitán de fragata Salvador Marcos Ruiz. «Los ejercicios son muy similares de un año para otro, porque formamos a gente nueva. Y lo que necesitamos es habilitarla para poder bucear bajo hielo, que es lo que conseguimos aquí en Panticosa», añade.

Como explica el capitán de fragata Ruiz, lo que busca la Armada en el lago helado del Balneario es que los alumnos «tengan la capacidad y la sensación de estar bajo el hielo». Como este año no está completamente formada la capa, se accede a las profundidades del lago desde la orilla. «La temperatura del agua está muy cerca de los cero grados y tenemos la ventaja de que la profundidad es pequeña. No hay más de 20 metros, lo que permite a los buceadores hacer unas inmersiones muy controladas. Y eso facilita mucho, en caso de que hubiera algún accidente, las labores de recuperación y de tratamiento», añade.

Preventivo sanitario ante cualquier problema que puedan tener los buzos

En este sentido, cabe destacar que en el campamento instalado en el Balneario de Panticosa se cuenta con un médico especialista en Medicina Hiperbárica y Subacuática y un oficial enfermero. El preventivo contempla también una cámara hiperbárica, que garantiza la capacidad de reacción ante cualquier incidencia que pueda producirse. Sobra decir que, antes de llegar aquí, los alumnos ya han superado un exhaustivo reconocimiento médico y numerosas pruebas físicas.

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Armada desafían al lago helado del Balneario de Panticosa. (FOTOS: Rebeca Ruiz)

Los buzos de la Unidad de Medidas contra Minas (UBMCM)

Los alumnos de la Escuela Militar de Buceo y sus instructores comparten estos días el ibón con militares de la armada estadounidense (US Navy), procedentes de la base de Rota. También, con especialistas de la Unidad de Buceadores de Medidas contra Minas (UBMCM), que llegan al Balneario por segundo año. La instrucción, sin embargo, es muy diferente entre las distintas unidades.

El capitán de corbeta Roberto Ortiz, comandante de la UBMCM, explica que su objetivo pasa por probar los equipos electrónicos con los trabajan y ver su reacción en aguas con muy baja temperatura. Se trata, en su caso, de equipos muy sensibles al frío. Es el primer paso para «acometer operaciones de búsqueda y neutralización de minas en un ambiente más parecido al que nos podemos encontrar en el Mar del Norte, en el Báltico, o en el Mar Negro». Una fase que está prevista la próxima semana en el pantano de El Grado.

«Nosotros estamos destinados en Cartagena y la Unidad de Buceadores de Medidas contra Minas (UBMCM) depende de la Fuerza de Medidas Contra Minas. Siempre que sale un cazaminas en la agrupación de la OTAN, buceadores de mi unidad van a bordo para apoyar en la búsqueda y neutralización» de estos artefactos, explica Ortiz.

Del lago de Panticosa a cualquier mar donde pueda aparecer una mina

No es el único escenario de operaciones para estos buzos. «Aunque no lo parezca, en muchos sitios de la costa de España aparecen minas. Pueden ser de la Segunda Guerra Mundial o, incluso, de la Guerra Civil. Aparte de eso, cuando vamos en agrupación, minas de la Segunda Guerra Mundial puede haber en cualquier sitio. Y en el futuro, con el conflicto entre Ucrania y Rusia, donde también ha habido mucho minado naval. Y seguramente habrá que operar también en esa zona».

«Para nosotros el bucear tiene que ser como el andar; algo que sabes hacer y puedes hacer en cualquier condición. No te debe afectar el frío ni la visibilidad. No te puedes preocupar de lo que es bucear, sino que tienes que estar muy concentrado en el uso todos los equipamientos que llevamos. Nuestros equipos no dejan firma magnética. Y son más silenciosos, para que en caso de acercarte a una mina no se active», añade el comandante de la UBMCM. De hecho, su equipo está diseñado para que la burbuja apenas se perciba al salir a la superficie.

Durante los próximos días, los buzos aprovecharán el hielo del ibón de Baños, cada uno según el programa de su unidad, para completar su exigente formación. Y con ello, adquirir unas capacidades que les permitirán dar respuesta a todas las necesidades que pueda tener la Armada. Tanto en aguas territoriales españolas, como en escenarios internacionales, como el Báltico o la Antártida.

Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

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