Los ayuntamientos de Jaca, Cette Eygun, Urdos y Etsaut se reunirán de nuevo este fin de semana en torno al histórico Tratado del Puerto de Astún. El tradicional reconocimiento de las mugas fronterizas y la renovación de la firma del Traité de la Vesieau entre España y Francia constituye desde 1513 todo un símbolo de identidad de los pueblos del Pirineo a ambos lados de la frontera. El 20 de agosto se conmemoran 510 años de este singular acuerdo que sigue manteniendo su esencia y que es testigo de, al menos, casi diez siglos de buenas relaciones entre vecinos españoles y franceses a los que una frontera unió, en vez de separar.

EL rECONOCIMIENTO DE LAS mUGAS fRONTERIZAS Y LA rENOVACIÓN DE LA fIRMA DEL TRATADO DE VECINDAD
El reconocimiento de las mugas fronterizas y la renovación de la firma del Tratado de Vecindad del Puerto de Astún se remonta al siglo XVI, y desde 1513 establece unos estrechos lazos desde entonces entre Jaca y los tres municipios franceses de Cette Eygun, Urdos y Etsaut.
Sin embargo, hay que remontarse hasta 1131 para encontrar la mención documental más antigua concerniente al Puerto de Astún, con la concesión -por parte del rey Alfonso I de Aragón- de la utilización de los pastos fronterizos de Candanchú, La Raqueta y Espelungué en favor de los monjes del Hospital de Santa Cristina de Somport.
Se trata de un todo un hito, ya que demuestra que la propiedad de este territorio pertenecía históricamente a los Reyes de Aragón. Por ello, eran ellos los que decidían sobre su uso, que los pastores del Valle del Aspe pudieron aprovechar durante siglos. Así fue hasta 1397, cuando el rey Martín el Humano retiró estos privilegios a los ganaderos franceses, que en aquel momento habían tomado partido por el Conde de Foix en contra de la Corona de Aragón.

510 años de la firma del Tratado del Puerto de Astún
Habría que esperar más de un siglo para que las relaciones entre España y Francia se restablecieran, bajo el reinado de Fernando el Católico. En 1513 -hace ahora 510 años-, el monarca otorgó a Jaca la propiedad del territorio de Astún, lo que hacía necesario un acuerdo con los pastores franceses del Valle del Aspe que históricamente habían aprovechado estos pastos. Cabe destacar que en 2013 se cumplieron 500 años de aquellos hechos con distintos eventos para celebrar esta efemérides.
Su importancia es tal que este acuerdo quedó reflejado en la firma del Tratado del puerto de Astún –Traité de la Vesieau en el lado francés-, que establecía que los jurados de la ciudad de Jaca deberían entregar cien sueldos jaqueses a los representantes franceses. Y que ello debería hacerse siempre en fechas cercanas al 15 de agosto, día de la Virgen.
El Tratado de Vecindad o Traité de la Vesiau del Puerto de Astún es considerado todo un símbolo de la identidad de los pueblos de este territorio
El Tratado de Vecindad o Traité de la Vesiau es considerado todo un símbolo de la identidad de los pueblos de este territorio. Reivindica «la antiguedad y solidaridad de los lazos amistosos» que desde al menos hace casi mil años comparten los habitantes de ambos lados del Pirineo a través de un pacto que, históricamente, regula las condiciones de utilización de los pastos del Puerto de Astún.
Su importancia es tal que el texto del Tratado de Astún quedó recogido en el Tratado de los Pirineos (1659), que ponía fin al conflicto iniciado en 1635 con la Guerra de los Treinta Años. De hecho, ha pasado a la historia como el primer gran acuerdo que fijó la frontera entre Francia y España, cuya esencia se ha mantenido hasta hoy. No obstante, a partir del siglo XIX, el tratado se completó con otros acuerdos, entre los que destacan los de ayuda mutua.
Además, en el Tratado del Puerto de Astún también quedó fijado que los ayuntamientos de Jaca y el Valle del Aspe tendrían el derecho y la obligación de verificar anualmente en la frontera de Somport si los mojones están perfectamente conservados en su lugar, levantando un acta que después deben enviar a sus respectivos gobiernos. Un encuentro que desde hace años se traduce en una jornada festiva -este año será el 20 de agosto- donde los grandes protagonistas son las excelentes relaciones transfronterizas y la puesta en valor de la identidad de los pueblos implicados.
Por Rebeca Ruiz
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