Tradición, recogimiento, devoción, fe, solemnidad, sentimiento y silencio en el Martes Santo jacetano. Jaca enmudece al paso del Cristo de Biscós, el Descendimiento y la Piedad. Tiempo de saetas y jotas. Y luto. Y Pasión. La noche cae y solo retumban en las piedras de la Catedral los sonidos ensordecedores de bombos y tambores. Los cofrades avanzan lentamente junto a los pasos, en señal de respeto, mientras los militares del Regimiento Galicia escoltan la Cruz con la Real Hermandad de la Sangre Cristo. Como ha sido siempre.
En la noche jacetana, solo en el Martes Santo el sonido de los tambores rompe el silencio al paso del Cristo del Biscós, la Piedad y el Descendimiento
En la noche jacetana, solo el sonido de los tambores rompe el silencio al paso del Cristo del Biscós, la Piedad y el Descendimiento. Este Martes Santo ha vuelto a las calles una de las procesiones más auténticas, más solemnes y con mayor tradición de la Semana Santa jacetana.
Cada Martes Santo, el Cristo de Biscós recorre el centro de la ciudad arropado por los militares del Regimiento. Es así desde hace 56 años, aunque hay que buscar los precedentes de la presencia militar en la Semana Santa jacetana mucho más atrás. La Guarnición Militar de Jaca fue nombrada Hermano Mayor Honorario de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo el 16 de marzo de 1968. Desde entonces, el jefe del Galicia 64 -este año lleva la medalla de la hermandad el coronel Francisco de Asís Iranzo– y la Escuadra de Gastadores del Regimiento (representando a la Guarnición Militar de Jaca) son fieles a su cita.
La Escuadra de Gastadores que escolta al Cristo de Biscós esta Semana Santa
Jaime Gómez, Álex del Rey, Francisco Argüelles, Iván Hidalgo y Diego Guerrero son los miembros de la Escuadra de Gastadores del Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña que acompañan al Cristo de Biscós esta Semana Santa. Junto a la Real Hermandad de la Sangre de Cristo, la más antigua de La Pasión jacetana, y la Hermandad de la Piedad y el Descendimiento, los militares protagonizan una de las procesiones jacetanas más emblemáticas, solemnes y estremecedoras.
En Jaca, la noche del Martes Santo es noche de silencio, de jotas y de saetas. De sentimiento, de recogimiento y de pasión. De Pasión jacetana.
Tras la Procesión del Silencio, este Miércoles Santo volverá a celebrarse la Rompida de la Hora a partir de medianoche en la Plaza de San Pedro. Se espera la participación de más de 200 cofrades, que volverán a hacer sonar los bombos y tambores en un toque conjunto y estremecedor. Antes, será el turno de La Santa Cena y la Oración de Jesús en el Huerto (Iglesia de Santiago, 20.30 horas)
Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)
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