Aísa, Borau, Aragüés del Puerto, Jasa, Ansó y Hecho acogerán el desarrollo del proyecto BioPirineo. Un plan coordinado por Ecodes que pretende generar riqueza a partir de prácticas de desarrollo sostenible y tomando como base los recursos naturales y sus usos tradicionales. BioPirineo, que cuenta con un presupuesto de más de 1,5 millones de euros procedentes de fondos europeos, nace con la vocación de convertirse en modelo para otros territorios en el contexto de la lucha contra la despoblación. Hoy se ha presentado en la Comarca de la Jacetania.

BioPirineo y la riqueza de Los Valles Occidentales
Pablo Pevidal, coodinador del proyecto, explica que Biopirineo «trata de demostrar en el parque natural de Los Valles Occidentales y su entorno que pueden convivir los recursos naturales del territorio y la actividad económica que se pueda generar en él». Especialmente, el proyecto pone el punto de mira en usos tradicionales que en las últimas décadas se han reducido o se han perdido.
Se trata de «poner en valor la naturaleza y que esos recursos naturales puedan generar actividad económica en el territorio y, en consecuencia, empleos y la fijación de población» que pueda redundar en el desarrollo de la zona. Para lograrlo, el proyecto cuenta con más de 1,5 millones de euros de presupuesto procedentes de fondos europeos. Se desarrollará hasta final de 2025 en Aísa, Borau, Aragüés del Puerto, Jasa, Ansó y Hecho y pretende servir de modelo para otras zonas de montaña con características similares, como el problema de la despoblación. Hoy se ha presentado en la Comarca de la Jacetania.
Distintas áreas de estudio para diseñar una estrategia de desarrollo para el territorio
La gestión forestal sostenible, como base de una futura industria forestal; o la gestión ganadera, aumentando la superficie de pastos para favorecer la recuperación de la explotación extensiva, son dos de las áreas en las que trabajará BioPirineo.
También se abordarán los cultivos alternativos, en la búsqueda de producciones más rentables que las tradicionales de los Valles Occidentales, como frutales, frutos rojos o plantas aromáticas o medicinales -con proyectos ya implantados en La Jacetania-. BioPirineo contempla, asimismo, el estudio del turismo sostenible integrado en el conjunto de la actividad económica del territorio.
Por último, y como novedad, el proyecto incluye el pago por servicios medioambientales que pueda derivar, a medio plazo, en una fuente de ingresos que, además de crear riqueza en el territorio, sirvan para cuidar y preservar la propia naturaleza, como base de una economía circular y sostenible.
Siempre, y en todos los casos, con «los habitantes del territorio como protagonistas; no tendría recorrido poner en marcha medidas para generar riqueza con las que ellos no están de acuerdo», añade Pevidal.
Generar riqueza desde el medio natural: De la teoría a la práctica
El siguiente paso, tras las conclusiones del proyecto, sería la aplicación práctica. «Evidentemente, tiene que haber una voluntad política de desarrollo de esos territorios con despoblación rural, pero también la gente del propio territorio debe apostar por sus recursos naturales. Se trata de que pongan en valor muchos de sus usos tradicionales y de utilizar las nuevas tecnologías», incide Pevidal.
«Hay que demostrar que puede generarse actividad económica» y convertir el territorio en «polo de atracción» para la inversión privada y externa. Así, «no se trata de desarrollar actividad económica con subvenciones, sino buscar si hay una actividad económica que sea sostenible técnicamente y económicamente para que realmente perdure en el tiempo», añade el coordinador del proyecto.
«Tenemos que convertirnos en aliados de la naturaleza»
«El contenido de BioPirineo está completamente alineado con la convocatoria de bioeconomía forestal. Debemos analizar los servicios que nos da el monte, cuantificarlos y lograr obtener un crédito de ellos», ha explicado la jefa de la Sección de Bioeconomía de la Fundación Biodiversidad, Paloma Rosa. En este sentido, el director ejecutivo de Ecodes, Víctor Viñuales, ha querido resaltar que «tenemos que convertirnos en aliados de la naturaleza, porque si le va mal a la naturaleza nos va mal a nosotros».
La propuesta, se apunta desde Ecodes, pasa por «conectar la naturaleza con la economía del territorio; es decir, crear nuevos recursos, pero sin alterar los propios recursos». «No queremos simplemente quedarnos en un estudio. Queremos demostrar que podemos generar actividad económica en todos estos sectores y que la propia naturaleza puede ser un motor de desarrollo para un territorio que está en ella», explica el coordinador de Biopirineo.
El proyecto BioPirineo está coordinado por Ecodes en colaboración con el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y la asociación Eco-unión. Cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por los fondos Next Generation EU.
Por Rebeca Ruiz
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