General Horche: «La montaña nos iguala a todos y es una excelente escuela de mandos»

El general de brigada Prudencio Horche está al frente de la Academia General Militar, un centro de referencia y prestigio internacional en la enseñanza y la formación militar. Con sede, desde hace casi un siglo, en Zaragoza, la AGM ha formado, desde su fundación en 1882, a más de 30.500 oficiales del Ejército de Tierra, la Guardia Civil y los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas. El general Horche estuvo destinado en el Regimiento Galicia y guarda muy buenos recuerdos de Jaca y de las Tropas de Montaña. Fue su primer destino y hoy, tras una dilatada y brillante trayectoria profesional, no duda en asegurar que «la montaña nos iguala a todos y es una excelente escuela de mandos».

General Horche: "La montaña nos iguala a todos y es una excelente escuela de mandos". (Foto: Rebeca Ruiz)
General Horche: «La montaña nos iguala a todos y es una excelente escuela de mandos». (Foto: Rebeca Ruiz)

General Prudencio Horche: de las montañas de Jaca a la dirección de la Academia General Militar

Hace poco más de un año, el General de Brigada Prudencio Horche asumía la dirección de la Academia General Militar. Un centro de referencia y de reconocido prestigio a nivel nacional e internacional, por cuyas instalaciones pasan cada curso más de 1.400 alumnos.

«Es un auténtico privilegio dirigir la formación de los futuros oficiales. Algo -asegura el director de la AGM- que uno no se puede imaginar cuando ha sido alumno en ese mismo centro y, de repente, recibe esa oportunidad. Y también es una responsabilidad, porque al fin y al cabo supone formar a quienes van a continuar el legado del Ejército de Tierra como oficiales. No solo en conocimiento, sino también en los valores que siempre han caracterizado a la Academia General Militar. Es un privilegio, una responsabilidad y un honor», reconoce el general Horche.

General Horche: «Descubrí Jaca siendo alumno de la Academia y me enamoré de aquello. Cuando salí de la Academia, decidí que mi primer destino iban a ser las Tropas de Montaña»

Sin embargo, el general de brigada, que hoy ostenta la dirección del centro de enseñanza superior del Ejército de Tierra, recuerda con mucho cariño su paso por Jaca. «Fue mi primer destino. Descubrí Jaca siendo alumno de la Academia. Yo venía de Madrid y no conocía apenas el Pirineo. Fue en el primer curso y era la primera vez que me puse unos esquís, recorriendo alguno de los valles. Y me enamoró. Ese paisaje diferente, esos escenarios naturales… el clima, la vegetación, el terreno, la gente,… Y es algo que les sigue ocurriendo a algunos de mis alumnos que llegan de otras partes de España. Les cautiva. A mí me pasó algo así. Y al terminar la Academia, decidí que mi primer destino iban a ser las Tropas de Montaña», explica.

Tras pasar por el Curso de Montaña en la EMMOE, Prudencio Horche estuvo destinado cuatro años en el Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña. «Fue una época inmejorable, donde asumí por primera vez el mando de una unidad. Son unidades duras, donde se forja muy bien el carácter de un oficial, y se complementan muy bien con lo que aprendemos en la Academia. Donde uno sale al monte con los hombres y mujeres que están a su mando y tiene que hacer frente no solo a la instrucción, sino a los retos que pone la montaña», recuerda.

General Horche: «Mis primeras misiones en el exterior fueron con el Regimiento Galicia»

«Son experiencias buenísimas. Hice mis primeras misiones saliendo con el Regimiento Galicia, hace 30 años, a Bosnia. De capitán, ya en el Pirineo leridano, mandé la Compañía de Esquiadores-Escaladores, donde se encuadra el personal mejor preparado para su cometido; un auténtico privilegio. Fue durante unos años en Viella, hasta que la compañía se trasladó a Jaca, y regresé allí en una nueva etapa de mi carrera», señala.

De sus años en Jaca, confiesa guardar «recuerdos inmejorables». Y también, muchos amigos. «Vínculos muy fuertes», dice, «porque son experiencias muy exigentes que crean lazos indestructibles». Y es que la montaña, por su propia esencia, es el mejor escenario para poner en valor la ejemplaridad del mando. «La montaña nos iguala a todos y es una excelente escuela de mandos», asegura el general.

Primer tresmil en Monte Perdido. Foto del archivo personal del general Prudencio Horche.

El día a día en La General

Años después, Horche llegaba a la AGM. «La Academia es, sin duda, uno de los destinos más singulares y a mí, particularmente, no se me ocurre uno mejor. Es un trabajo al que hay que bajar al suelo, a la enseñanza, y donde al mismo tiempo hay que gestionar un centro que tiene también su complejidad, porque hay momentos en los que superamos los 1.600 alumnos», explica el general Horche.

La mayoría de ellos están en régimen de internado, lo que supone que no solo hay que lograr mantener en perfectas condiciones el engranaje de la docencia, sino también la infraestructura necesaria para hacer posible que ese engranaje funcione. «Es como una pequeña ciudad», señala su director, donde conviven y trabajan a diario en torno a 2.000 personas entre alumnos y resto de personal. Y donde el director, apoyado en su equipo, debe velar por favorecer las sinergias que hacen posible que la Academia, tras más de 143 años de historia -en Zaragoza, desde 1927-, se haya convertido en lo que es hoy: todo un símbolo del Ejército de Tierra.

Director de la Academia General Militar y Comandante Militar (COMIL) de Zaragoza y Teruel

Allí llegan los alumnos «con una enorme vocación y con mucha ilusión; saben que van a tener un camino que no es fácil, que exige mucho esfuerzo», apunta el general. De esta manera, su día a día suele comenzar con una reunión de coordinación de todos los factores que intervienen en el buen funcionamiento de la Academia. Un trabajo que debe compaginar con su agenda como Comandante Militar (COMIL) de Zaragoza y Teruel, una responsabilidad institucional que hace que esté también muy cerca de las unidades de estas provincias.

«Las mayores satisfacciones para un oficial las da ejercer el mando directo de una unidad»

«Aquí formamos oficiales que van a tener después cometidos muy diferentes a lo largo de su profesión. La parte más exigente, como puede imaginar la gente, es el mando directo de las tropas; pero en las Fuerzas Armadas hay otros muchos cometidos que a lo largo de nuestras carreras tenemos que ir desarrollando, en el ámbito de la gestión o el planeamiento -no solo de operaciones militares-. La diversidad de tareas que puedes desempeñar vistiendo un mismo uniforme es muy grande. Pero las mayores satisfacciones, sin duda, las da ejercer el mando directo de una unidad. Para mí, mis momentos como teniente, recién salido de la Academia -la misma que hoy dirige- como mi primera experiencia de mando; la primera vez que mandé una compañía, cuando mandé un batallón,… y ahora, cuando dirijo la Academia, son mis mayores satisfacciones profesionales», reconoce Prudencio Horche.

El general Horche, en una imagen de archivo junto a la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, recogiendo el premio Estrella de Europa con el que fue galardonada la Academia General Militar el pasado mes de mayo. (Foto: Ayuntamiento de Zaragoza)
El general Horche, en una imagen de archivo junto a la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, recogiendo el premio Estrella de Europa con el que fue galardonada la Academia General Militar el pasado mes de mayo. (Foto: Ayuntamiento de Zaragoza)

«Se me ocurren pocas profesiones que uno pueda vivir con tanta pasión», asegura el general Prudencio Horche

«Cuando llegan los alumnos a la Academia, con sus familias, les aseguro que ésta es una vida de sacrificios, con una formación dura; pero se me ocurren pocas profesiones que uno pueda vivir con tanta pasión y que devuelva tanto; mucho más de lo que se da. Si realmente alguien siente la vocación de servir a España, o se siente atraído por la actividad que realizan las Fuerzas Armadas, y le gusta trabajar con personas -porque somos (los militares) ante todo personas- y quiere servir a su sociedad, esto no le va a defraudar. Es una vida sacrificada, muy guiada por valores… pero también con muchas satisfacciones», apunta el director de la AGM.

Tras una vida entregada al Ejército de Tierra, el general Prudencio Horche no duda cuando asegura que «aquí hay espacio para todo el mundo». «En la Academia General Militar impartimos mucho conocimiento; pero sobre todo formamos en valores. Un oficial tiene que tener una conducta marcada por sus valores para poder resolver situaciones que no siempre podrán afrontarse con los conocimientos que le damos. Las situaciones a las que se enfrenten son complicadas por definición y no todo lo que se les enseñe aquí va a ser la solución, pero los valores van a ser el marco para encontrar esa solución», concluye.

Sobre el general de brigada Prudencio Horche, director de la Academia General Militar

El general Horche nació en Madrid en 1969. Habiendo ingresado en el Ejército de Tierra en 1988, obtuvo su despacho de teniente de Infantería en 1993, diplomándose a continuación en Tropas de Montaña. Como teniente y capitán, ejerció el mando de diferentes unidades de montaña, incluyendo la compañía de Esquiadores Escaladores Viella nº 1. También sirvió en la Unidad de Verificación Española como inspector de tratados internacionales de control de armamento. Tras su ascenso a comandante, en el año 2006 se diplomó como Oficial de Estado Mayor, obteniendo el número 1 de su promoción.

Ocupó destinos en el Mando de Operaciones y en el Estado Mayor de la Unión Europea en Bruselas (Bélgica). Como teniente coronel, mandó el Batallón de Infantería Ligera Filipinas I/47 en Palma de Mallorca y fue posteriormente destinado al Gabinete del Jefe de Estado Mayor del Ejército. En 2020, tras su ascenso a coronel, fue nombrado jefe de la Sección de Estrategia, Planes y Organización del Estado Mayor del Ejército.

En 2024, tras su ascenso a general de brigada, fue nombrado Subdirector de Evaluación del Mando de Personal del Ejército de Tierra. Desde el 4 de julio de 2024 es general director de la Academia General Militar. Ha desplegado en operaciones en Bosnia, Kosovo, Afganistán, Mali. Ha formado parte del Cuartel General de la Unión Europea en Paris para una misión en Chad y del Centro de la Coalición del Mando Central de los Estados Unidos en Florida.

Entre sus condecoraciones destacan la Gran Cruz, Placa, Encomienda y Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, cinco Cruces al Mérito Militar, la medalla al Mérito del Ejército del Perú, la medalla Army Commendation del Ejército de los Estados Unidos y varias medallas de servicio de las Naciones Unidas, OTAN y Unión Europea. Habla inglés y francés, es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología y posee un máster en Seguridad y Defensa.

Por Rebeca Ruiz

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