Con apenas 16 años, el compositor jaqués Aimar Untoria Pueyo acaba de crear Incitatus, una obra para la banda del Conservatorio Profesional de Música de Sabiñánigo que se estrenará el próximo 5 de junio, en La Colina. Este joven músico comenzó a tocar el piano con tres años y compagina sus estudios de cuarto de la ESO con su otra gran pasión: la natación.

Aimar Untoria Pueyo es un joven músico de Jaca que acaba de componer Incitatus
Aimar Untoria Pueyo es un joven músico de Jaca que acaba de componer Incitatus, una obra que la banda del Conservatorio Profesional de Música de Sabiñánigo estrenará el próximo 5 de junio en el Auditorio La Colina. El jacetano tenía tres años cuando se sentó por primera vez frente a un piano. Después, a los seis, entró en el Conservatorio. Desde entonces, no ha dejado la música, que compagina con la natación de competición, su otra gran pasión.
Su padre, Gaizka, es aficionado al piano y lo toca a nivel amateur. Su madre, Isabel, toca el clarinete también en el Conservatorio. De hecho, compartirá escenario con su hijo en el concierto de fin de curso, en cuyo programa está incluido el estreno de la partitura escrita por el joven. Los tres forman parte de la banda de tambores y bombos de La Burreta. «Desde pequeño -explican- se veía que llevaba el ritmo en la sangre. Vive la música».
El talento de Aimar es indiscutible: No es la primera composición que realiza
El talento de Aimar es indiscutible. No es habitual que un chico tan joven destaque como compositor. De hecho, no es su primera composición -tiene en su haber algún preludio, por ejemplo-, aunque sí la más importante. «El año pasado ya componía, pero iba por libre. Me siento al piano y me suelo grabar. Sobre todo para no perder todo eso que inventas, pero que luego no te acuerdas. Primero lo saco al piano, lo transcribo a la partitura y después lo intento adaptar a otros instrumentos». Aimar habla del proceso, de una gran complejidad, con toda naturalidad.
Medio centenar de músicos aparecerán en La Colina cuando se levante el telón para interpretar Incitatus. Lo harán conforme a los arreglos que también ha realizado Aimar Untoria para los distintos instrumentos que intervienen en la puesta en escena.
Incitatus, un pasodoble con inspiración medieval
«Incitatus es un pasodoble para banda, que interpretará la banda del Conservatorio de Sabiñánigo en el concierto de fin de curso. El comienzo está inspirado en las batallas medievales (Incitatus fue el caballo de Calígula)», explica Aimar, que actualmente cursa 5º de Profesional en el centro. No es la primera vez que compone, pero sí la primera vez que lo hace a este nivel.
La idea se fraguó en las aulas, con su profesor de Composición, Álvaro García. «Me animé a hacer un pasodoble para intentar que se escuchase», explica el joven compositor. Como explica su padre, «él había compuesto siempre, pero ahora con el programa que utilizan en esta clase su imaginación ha ido un poquito más allá y le ha permitido sacar todo su potencial». El resultado no pudo ser mejor y la obra ya está lista para su estreno.
28 instrumentos y medio centenar de músicos
En este sentido, Aimar será pionero con Incitatus. En alguna otra ocasión algún otro alumno del Conservatorio había realizado alguna composición. Pero más sencilla, no para toda la banda: 28 instrumentos diferentes y casi medio centenar de músicos. Se estrenará el próximo 5 de junio, en el Auditorio La Colina de Sabiñánigo (19.30 horas). La entrada es libre, pero con invitación, hasta completar aforo -con prioridad para las familias-.

Para el compositor, lo más difícil es «conseguir sacar distintas armonías y conocer todos los instrumentos para saber qué pueden hacer». En definitiva, se trata de saber trasladar la melodía que tiene en la cabeza a la base en la que previamente ha trabajado, y adaptarla después a otros instrumentos. Unos tres meses de trabajo que el joven jaqués ha compaginado con su formación en el Conservatorio, sus estudios de cuarto de la ESO y sus entrenamientos diarios de natación -deporte en el que también compite-.
«Cuando descanso de estudiar o de entrenar, lo hago tocando el piano»
Una agenda muy exigente que apenas le deja tiempo para nada más. Aunque parece que ello no es un impedimento porque, al menos por el momento, puede compaginar sus dos grandes pasiones, la música y la natación. «Cuando descanso de estudiar o de entrenar, lo hago tocando el piano», bromea.
De hecho, cuando termine el instituto, Aimar Untoria Pueyo tiene muy claro cuáles serán sus próximos pasos -lo primero, terminar su formación en el Conservatorio-: «Me gustaría ser pianista y formarme para ello. O bien tocar, o bien componer (Interpretación o Composición). Y si no puede ser, pues Informática o algo tecnológico», explica.
Por Rebeca Ruiz
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