En los Valles Occidentales y el Valle del Aragón, a pocos kilómetros de Jaca, el Infierno Blanco 2025 curte estos días a las Tropas de Montaña. Es el ejercicio de adiestramiento y cohesión más importante del MTM (Mando de Tropas de Montaña) Roncesvalles. Se enmarca en la simulación de una operación de alta intensidad, contra un adversario de similares capacidades y en las condiciones más exigentes, en terreno montañoso y con frío extremo. El conflicto entre las imaginarias Cibelia y Neptunia por los recursos minerales estratégicos de la cordillera Pyrena es el telón de fondo del ejercicio, donde participan 619 efectivos del Ejército de Tierra y de los Ejércitos de Francia y Chile.

El Infierno Blanco, en Jaca, los Valles Occidentales y el Valle del Aragón
En la imaginaria cordillera de Pyrena, el descubrimiento, en 2005, de litio, cobre y otros metales raros convierte esta zona de difícil geografía y clima extremo en una posición estratégica y desata una escalada entre dos países fronterizos, Cibelia y Neptunia, que empeora en 2025. Es el escenario en el que se desarrolla el Infierno Blanco 2025. El ejercicio de adiestramiento y cohesión más importante de las Tropas de Montaña tiene este año como escenario los Valles Occidentales y el Valle del Aragón, a escasos kilómetros de Jaca. El Infierno Blanco supone la culminación de la fase de adiestramiento invernal del MTM.

El teniente coronel Domingo Rodríguez Cuevas, jefe de la Plana Mayor del Regimiento de Infantería América 66 de Cazadores de Montaña, señala que el ejercicio consiste en una serie de «operaciones militares simuladas sobre una posible incursión» de un país -Cibelia- en territorio nacional -Neptunia-. Se trata, básicamente, de enfrentar estos hechos «para reestablecer las fronteras en los límites legalmente establecidos». Es decir, defenderse de un invasor y hacerle retroceder.
619 militares de distintas unidades del Ejército de Tierra y de los ejércitos de Francia y Chile
En el Acuartelamiento La Victoria se encuentra el Centro de Control del Ejercicio, que tiene como objetivo el adiestramiento de un Grupo Táctico de Montaña (GTM) constituido, en esta ocasión, en base al Regimiento de Infantería de Cazadores de Montaña América 66 de Pamplona -y, en concreto, al Batallón de Cazadores Montejurra I/66-, con el apoyo del resto de las unidades participantes. Allí se ha instalado el cerebro del Infierno Blanco 2025, en el que se adiestran, en total, 619 militares del Ejército de Tierra y de los ejércitos de Francia y Chile.
El Regimiento de Infantería América 66 de Cazadores de Montaña de Pamplona es una unidad del Ejército de Tierra encuadrada, junto con su hermano, el Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña de Jaca, en el Mando de Tropas de Montaña desde 2021. Más información del Regimiento América 66 en ESTE ENLACE
De los 619 militares que participan en el Infierno Blanco 2025, el Mando de Tropas de Montaña despliega 497 efectivos destinados en los regimientos de cazadores de montaña América 66 de Pamplona y Galicia 64 de Jaca. Otros 27 pertenecen a la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales, también con sede en Jaca. 23, al Regimiento de Transmisiones nº21 de Valencia; y 10, a las Famet (Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra). El Grupo Logístico III/61 aporta 9 militares y el Grupo de Artillería de la Campaña Paracaidista, uno más. A ellos se suman 42 chasseurs alpins franceses y 10 militares de la División de Montaña del Ejército Chileno. Según la función de cada unidad, se han asignado zonas de vivac en Rioseta, Batiellas y los acuartelamientos de La Victoria y San Bernardo, en Jaca.
Un infierno en los valles de Aragüés, Aísa y Canfranc
El Valle de Aragüés, el Valle de Aísa y el Valle de Canfranc se convierten en el punto caliente del conflicto. El termómetro no pasa de los siete u ocho grados a media mañana, pero la sensación térmica es mucho menor por el viento, la humedad y la nieve de las cumbres cercanas. Un contraste que hace aún más duras las condiciones del despliegue. Sobre todo, si se tiene en cuenta que el ejercicio apenas ha alcanzado su ecuador y que el tiempo empeorará en las próximas horas.
El suboficial mayor del América 66, José Roa, pone en contexto la jornada, en la que intervienen dos helicópteros NH90. Estaba prevista la participación de otros aparatos, pero la météo impide que el ejercicio se pueda realizar según lo planeado. Una incidencia más a resolver en el Infierno Blanco.
Un asalto aéreo, un ataque con mortero y la evacuación de un herido en el Infierno Blanco
Aún así, se puede simular un asalto aéreo para neutralizar un centro de transmisiones enemigo. Casi al mismo tiempo, se produce un ataque con mortero que deja varios heridos. Uno de ellos es atendido por sus compañeros hasta que llegan las ambulancias. Después de que los sanitarios lo estabilizan, se le evacúa de la zona hasta un punto donde lo puede recoger el helicóptero con seguridad.
Mientras tanto, entre el bosque, las tiendas de campaña se mimetizan con el paisaje. Cuando comienza el ataque enemigo hay que ponerse a cubierto. En segundos, los militares cambian de posición a la carrera, con sus pesadas mochilas y su HK reglamentario, para protegerse del fuego enemigo.
Es el momento de responder con un Spike -un misil contracarro preparado en un Vamtac también camuflado entre ramas y árboles-. Las ametralladoras entran en acción y se logra controlar la situación. Aunque es imposible detectarlos, también hay tiradores de precisión apostados en las zonas altas.
































Evidentemente, se trata de una simulación; pero en condiciones muy duras. Y esas sí son reales. El clima extremo impone desafíos de movilidad, una elevada resistencia física y el dominio de un equipo especializado que convierte a las Tropas de Montaña en las mejor preparadas para escenarios de combate invernal en las peores situaciones imaginables y en el entorno más hostil.
Es el Infierno Blanco. A veces, sin nieve. Pero siempre, en un entorno infernal.
Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)
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