Can del Alero, un hotel para perros muy especial en Santa Cilia

A muy pocos kilómetros de Jaca, en Santa Cilia, en un lugar privilegiado con vistas a la Peña Oroel, acaba de abrir sus puertas Can del Alero, un hotel para perros muy vip. Marta Soler, Asun Falcón y Miguel Ángel Edo están detrás de este proyecto, que es mucho más que una residencia canina.

Marta Soler, Asun Falcón y Miguel Ángel Edo son el alma mater de Can del Alero

Marta Soler, Asun Falcón y Miguel Ángel Edo son el alma mater de Can del Alero, una residencia canina muy especial que acaba de abrir sus puertas en Santa Cilia, a muy pocos kilómetros de Jaca.

En Can del Alero se fusionan formación, conocimiento, una dilatada trayectoria profesional y, sobre todo, la pasión y el amor por los animales que comparten sus impulsores. Soler, Falcón y Edo son criadores de perros de raza, y han concebido Can del Alero como «un sueño», creado al milímetro para cubrir las necesidades de sus singulares inquilinos y con unas instalaciones pensadas y diseñadas para mimar a sus animales.

«Can del Alero es un proyecto que nació hace más de diez años del amor por los perros que tenemos los tres socios», explica Marta Soler, criadora y adiestradora canina. Y es que los tres llevan toda la vida conviviendo con perros. «Somos criadores de perros de raza y hemos preparado las instalaciones para nuestros perros. Por lo tanto, los perros que vienen a alojarse con nosotros tienen a su disposición las mismas prestaciones y comodidades que los nuestros», añade Soler.

Más de una década ha pasado desde que comenzara el sueño. «Llevábamos mucho tiempo queriendo juntar a nuestros perros para que tuvieran un espacio mejor para vivir, ya que los teníamos en nuestras casas y se nos estaba quedando pequeño. Empezamos a buscar un sitio para ellos. Nosotras dos vivíamos en La Jacetania y estamos enamoradas de esta zona y al tercer socio, que viene de Castellón, también le gustaba mucho. Así es que, después de mucho tiempo, hace tres años, decidimos buscar por aquí y nos lanzamos al proyecto», recuerda Soler.

Can del Alero, un nuevo concepto de residencia canina

Y es que, aunque en el territorio existen otras iniciativas similares, tenían claro que Can del Alero no podía ser una residencia canina más. Encontraron en Santa Cilia el terreno que hoy ocupan las instalaciones de Can del Alero. Una extensión de 20.000 metros cuadrados y una vieja borda, pero con mucho encanto, les convencieron de que era el lugar más indicado para dar rienda suelta a un proyecto que hoy supera todas las expectativas cuando alguien busca un lugar para para dejar a su perro con la tranquilidad de que va a estar en las mejores manos.

Can del Alero, como señala Soler, da respuesta al «déficit de plazas de residencia para perros que había en la zona». Además, el proyecto nace desde una perspectiva de colaboración con otras iniciativas similares o relacionadas con el mundo de los perros. Pero va más allá: ofrece formación en adiestramiento en varias disciplinas aplicadas a los perros -como la búsqueda de trufa- o modificación de conducta. «También podemos ayudar a las familias a mejorar su convivencia con los perros», explica la criadora, que invita a conocer el espacio y los distintos servicios que se ofrecen en él: por horas, días o estancias más prolongadas. Es Can del Alero hay espacio para todos.

Can del Alero, un hotel para perros muy especial en Santa Cilia

Can del Alero, un hotel para perros muy especial en Santa Cilia

Can del Alero, un hotel para perros muy especial en Santa Cilia

Can del Alero, un hotel para perros muy especial en Santa Cilia

Can del Alero, un hotel para perros muy especial en Santa Cilia

Unas instalaciones de vanguardia

Can del Alero cuenta con unas instalaciones modernas, sostenibles y eficientemente energéticas que se traducen en un espacio de bienestar para los animales. Aquí, cada perro tiene su espacio, creado para dar respuesta a todas las necesidades que puedan plantearse.

Un hotel muy especial para perros que cuenta con calefacción, agua potabilizada y posteriormente osmotizada -apta para consumo humano- y distintas dependencias supervisadas con un moderno sistema de cámaras de seguridad. Y que es autosuficiente energéticamente, lo que garantiza la atención en todo momento, incluso, ante problemas puntuales como una avería eléctrica.

Junto a las suites de este hotel vip, con una ubicación privilegiada, en medio de la naturaleza y rodeado de montañas, los espacios de esparcimiento del centro canino son un valor añadido a Can del Alero. «Tenemos unos parques perfectamente seguros, donde se relacionan los perros» que están continuamente bajo supervisión.

un nombre con alma

No es casual que Marta Soler, Asun Falcón y Miguel Ángel Edo eligieran el nombre de Can del Alero para su sueño. «Este paraje donde nos encontramos se llama El Alero. Queríamos hacer un guiño al territorio. Al final, estamos en Santa Cilia y este lugar históricamente siempre se conoció con este nombre. Nosotros tuvimos muy claro desde el primer momento que queríamos respetar el nombre y la historia de lo que nos encontramos aquí», señalan.

Al buscar un nombre para la sociedad y para su residencia, jugaron con el doble significado de la palabra «can». Como explican, «por un lado, significa perro; pero el can o el canecillo también es la viga que sustenta el alero. El Alero es nuestro sueño, lo que da cobijo a nuestro sueño, a todos nuestros perros y a nuestro proyecto; y el can, en todos los sentidos, es lo que lo sustenta. Así que no se nos ocurrió otra manera mejor de nombrarlo que Can del Alero». Un nombre con alma, al igual que cada uno de los centímetros cuadrados de esta residencia canina con vistas a la Peña Oroel.

Los servicios de Can del Alero

Can del Alero cuenta con todos los permisos y está habilitado como núcleo zoológico. Ya ha recibido a sus primeros huéspedes y la experiencia ha sido más que positiva, porque todo el que lo prueba, repite.

La mejor manera de llegar hasta Can del Alero es buscarlo en Google, pero no tiene pérdida. Allí aparece perfectamente descrita la forma de acceder. En Santa Cilia, de la rotonda de la avioneta del aeródromo, sale el camino. Y a pocos metros está Can del Alero, un auténtico paraíso para los perros.

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Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

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