Búbal fue abandonado en en la década de 1960 debido a la construcción del embalse que obligó a sus habitantes a marcharse. Desde hace 40 años, forma parte del Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados (Pruepa). Este fin de semana ha celebrado su aniversario con un «encuentro mágico» y entrañable.
El programa Recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados pretende un acercamiento a la vida rural de los jóvenes que, en su mayoría, viven en un mundo urbano, favoreciendo la mejora de actitudes que aseguren el equilibrio futuro del hombre con su entorno.
Búbal: un encuentro mágico en su 40 aniversario
Este año, el pequeño y encantador pueblo de Búbal, en el corazón del Valle de Tena en Huesca, celebró su 40 aniversario con una jornada verdaderamente mágica y transformadora. Fue abandonado en la década de 1960 debido a la construcción del embalse y se obligó a sus habitantes a marcharse. Finalmente, el agua no cubrió sus calles y se convirtió en un lugar de ensueño.
«Búbal ha demostrado ser un lugar con un poder de convocatoria increíble y la capacidad de cambiar vidas, como quedó patente en este evento tan especial. Durante años alumnos de todo el mundo han venido a Búbal, contribuyendo a su reconstrucción. Estos estudiantes han ayudado a devolver la vida y la vitalidad a este pequeño pueblo. Lo han transformado en un símbolo de resiliencia y comunidad», recuerda la coordinadora del proyecto Búbal Pruepa, Ana Puzo.
El famoso ilusionista Jorge Luengo, antiguo alumno de Búbal, regresó para presentar y animar la celebración de manera desinteresada. «Jorge trajo una dosis extra de magia a este día tan especial, convirtiéndolo en una experiencia inolvidable para todos los asistentes», añade Puzo.
Desde el amanecer, Búbal volvió a cobrar vida
Desde el amanecer, Búbal cobró vida. Las calles, normalmente silenciosas, se llenaron de risas, creando un ambiente lleno de energía.
La directora provincial de educación de Huesca, Mónica Martínez, junto con la jefa de servicio de actividades de alumnado del Ministerio de Educación, Alba Sisteró, asistieron al evento, subrayando su relevancia para la comunidad educativa y remarcaron la importancia de su continuidad en el tiempo.
Las actividades del día fueron diversas y enriquecedoras. Visitas guiadas, talleres, exposiciones fotográficas antiguas, recreaciones de antiguas labores agrícolas… Una mirada al pasado, conectando a jóvenes, mayores y antiguos alumnos en un intercambio memorable de recuerdos.
La celebración contó con la presencia de todas las jefas de servicio de actividades del Ministerio de Educación que ha tenido este programa educativo a lo largo de estos 40 años. José Velasco, coordinador del Pruepa en el Organismo Autónomo de Parques Nacionales (Miteco). Alberto Pardo de la Vera, asesor del programa de pueblos abandonados en sus comienzos. Y José Luis Escuer, profesor de geología, quien aportó una valiosa perspectiva subrayando la importancia de estas iniciativas en la formación y desarrollo de los jóvenes.
Mucho más que un pueblo restaurado
«La música del cantautor Antonio Escarpa, que fue coordinador en el programa, llenó de alegría la plaza, recordándonos la importancia de nuestras raíces. Y la belleza de mantener vivo nuestro patrimonio. Sorpresas y testimonios de antiguos alumnos, que compartieron cómo Búbal ha marcado sus vidas. Con solo una llamada, Búbal logra que personas regresen 20 años después, evidenciando su verdadero poder de atracción», añade Ana Puzo.
«Este 40 aniversario ha demostrado que Búbal no es solo un pueblo restaurado. Es un imán que atrae a todos al Valle de Tena, con su capacidad de transformar vidas. Gracias al esfuerzo conjunto de voluntarios, antiguos alumnos y autoridades, Búbal sigue siendo un emblema de vida en plena naturaleza, donde los ODS son referencia y práctica diaria. La cultura y la memoria viva del pueblo, el pasado y el presente se han encontrado para crear un futuro lleno de esperanza y aprendizaje», concluye la coordinadora del proyecto.
FOTOS: Búbal Pruepa
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