La alfombra floral es uno de los grandes símbolos y acontecimientos del Corpus Christi jacetano. Una idea que surgió en 1999, y que ha seguido reinventándose de la mano del jacetano Pedro Larraz para teñir de color la plaza de la Catedral de Jaca. En el Corpus Christi de este año – el próximo domingo, 22 de junio- la alfombra estará inspirada en el Jubileo ordinario del Camino de Santiago, que lleva por lema Peregrinos de esperanza.
Alfombra floral: una idea que surgió a partir del 250 aniversario de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo
Para conocer los inicios de la historia de las alfombra floral en Jaca tenemos que retroceder hasta 1999. Ese año, Pedro Larraz -conocido artesano jaqués- propuso realizar una alfombra floral el día del Corpus Christi en honor a los 250 años de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo.
«Me acuerdo que también hicimos una exposición en el palacio del Obispo y llevamos el Cristo de la Cama a la capilla particular del Obispo. Para el diseño de la alfombra ese primer año pedimos flores a la gente y nosotros también compramos», recuerda Larraz.
Además, cuenta una anécdota que muy poca gente sabe y que explica a la perfección la ubicación actual -y ya tradicional- de la alfombra floral: «Me acuerdo que habíamos pensado realizarlo con cal en el suelo, pero como había llovido y la cal se iba, decidimos dejar el plástico y dibujar encima. La idea era llenar una calle con la alfombra, pero debido a este inconveniente de última hora tuvimos que hacerlo en la plaza de la Catedral, y allí se ha quedado».
Pese a ello, la alfombra floral fue la principal atracción del día del Corpus Christi y, casi por aclamación popular, Pedro Larraz y la Hermandad de la Sangre de Cristo se vieron obligados año a año a seguir con la confección.
Retomada por la Junta de Cofradías de Jaca
Así estuvo cerca de una década, hasta que un año no se llevó a cabo debido a una serie de imprevistos. Al año siguiente, se retomó la idea de la alfombra floral gracias a la Junta de Cofradías de Jaca y el impulso de Pedro Larraz.
«En los 26 años de vida, podemos decir que un poco menos de la mitad ha pertenecido a la Real Hermandad de la Sangre de Cristo y después a la Junta», explica su propulsor y diseñador.
Temáticas especiales: Santa Orosia, asociación contra el cáncer o Camino de Santiago
Tal y como explica Larraz, el diseño siempre ha tenido «entre 75 y 100 metros cuadrados«. Sin embargo, su imponente tamaño no es lo único de lo que puede presumir. Cada año, su diseño esconde una temática muy especial que va directamente relacionada con la actualidad de la ciudad.
«Recuerdo representar al Camino de Santiago, a Santa Orosia, a la Asociación Contra el Cáncer… Y el año pasado de nuevo a la Real Hermandad de la Sangre de Cristo por su 275 aniversario, que fue un poco como cerrar el círculo», explica.
El Año Jubilar será el protagonista para este año
Este año la temática principal de la alfombra floral será el Año Jubileo. Contará con 15 metros de largo por 5 metros de ancho, una medida «un poco más pequeña que otros años pero que en metros cuadrados será parecida».
El símbolo central del diseño será el Logo Jubilar, y alrededor aparecerán diferentes flores y pájaros con colores llamativos. «Aún así, es solo el boceto. Luego la realidad depende de cómo salgan las tintadas y habrá diferencias en el tamaño de las flores y la hojas», matiza Isidoro Raigón, otro de los encargados de la realización de la alfombra.
Tras el éxito del año pasado en su primera aparición, también se llevará a cabo la alfombra de la Catedral de Santiago. Mucho más pequeña que la otra, en su diseño se cambiará la Cruz de Santiago por el Logo Jubileo.
La alfombra floral: Una preparación costosa y con muchos detalles
Para ver la alfombra lista y preparada para la mañana del Corpus Christi, hay detrás un gran trabajo durante semanas. El propio Pedro Larraz comenta que él se encarga de pensar la temática y diseño, que se ven plasmados con rotulador en un plástico gigante, «en un fin de semana puedo tener hecho lo que es el dibujo», confiesa.
Tras ello, y tras la aceptación de la Junta de Cofradías, se procede a teñir las virutas según los colores necesarios. «Para este trabajo utilizamos tintes al agua en una hormigonera, y cuando ya tenemos el tono que queremos echamos las virutas y removemos», sostiene Raigón. Posteriormente se dejan secar las virutas y se compran flores para los detalles más vistosos.
Con todo decidido, el último paso la propia mañana del Corpus Christi es, quizás, el más importante. Desde cerca de las 6 de la mañana, colaboradores y voluntarios de la propia Junta de Cofradías y de las peñas de Jaca aúnan esfuerzos para ir rellenando el enorme plástico dibujado con las virutas mencionadas y claveles blancos.
«Nos juntamos cerca de treinta personas en la mañana del Corpus Christi. Es un poco ir a contrarreloj pero lo hacemos muy contentos. Normalmente el que se apunta suele repetir unos cuántos años, eso es muestra de que hay buen ambiente», sostiene Larraz, a lo que Isidoro Raigón añade que «ver el resultado es una explosión de sentimientos que hace que todo el trabajo merezca la pena».
Un cambio generacional que se antoja necesario
Pese a la fama que atesora, este símbolo de Jaca atraviesa un momento complicado. No hay cambio generacional, lo que significa que el futuro no es muy optimista.
«Necesitamos que entren jóvenes en el proceso de creación y diseño, los que estamos ya somos mayores. Pienso que podrían aportar su visión para hacer temáticas más innovadoras y para todos los públicos. Habrá un día que, físicamente, no podremos hacerlo, y sino hay relevo se acabará. Será muy triste, y yo estoy por la labor de enseñar a todo aquel que quiera», sentencia Pedro Larraz.
Por Jorge Callau
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