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Tres mujeres importantes en la consolidación del Reino de Aragón (I)

Javier Lázaro nos presenta a tres mujeres que fueron fundamentales en la consolidación del Reino de Aragón durante los siglos XI y XII. ¿Qué sabes de Sancha de Aibar? Descubre su vida en la primera entrega de la trilogía.

Tres mujeres importantes en la consolidación del Reino de Aragón durante los siglos XI y XII (I)

En la época medieval, y también en los siglos posteriores, el papel en la sociedad de la inmensa mayoría mujeres quedó fundamentalmente reducido al ámbito familiar. Su trabajo era la clave para la vida de la “casa” y abarcaba todas las tareas de la vida cotidiana de la familia y en muchas ocasiones otras labores productivas como eran la cría de los animales domésticos, el cuidado del huerto y otras tareas agrícolas.

Sin embargo y en general, la mujer estaba al margen de la intervención en la vida pública de la comunidad, y de la toma de decisiones sobre el gobierno de la aldea, villa o pueblo.

Mujeres relevantes en la consolidación del Reino de Aragón

Sin embargo, este papel de la mujer y su proyección al exterior siempre ha sido mayor según fuera su nivel social o el político de la familia a la que pertenecía. Dentro de este reducido grupo de mujeres que a lo largo de la historia han tenido la capacidad y también la fortuna de vivir en unas circunstancias que se lo permitían, hay unas pocas de ellas que ejercieron una influencia importante en la sociedad en la que vivieron. Entre estas pocas, y a veces poco conocidas, podemos destacar a tres de ellas, que fueron importantes durante el nacimiento y el desarrollo del Reino de Aragón.

SANCHO GARCÉS III

En el año 1000 reinaba en Pamplona García Sánchez II, casado con la reina Jimena y cuyo hijo Sancho sería posteriormente Sancho Garcés III o “Sancho el Mayor”. Este fue un rey muy poderoso que pudo poner freno a las razias musulmanas que durante años habían asolado estos territorios. De hecho, durante su reinado Sancho Garcés III amplió sus dominios que llegaron a ser desde León hasta la Ribagorza.

SANCHA DE AIBAR

Sancha de Aibar, pertenecía a una familia noble del valle de Aibar un territorio de valor estratégico por estar situado en la vía de comunicación de Navarra con el valle del Aragón.

De una relación adolescente entre Sancho Garcés y Sancha de Aibar nació un niño, reconocido por su padre, al que pusieron el nombre de Ramiro y que sería el futuro rey Ramiro I de Aragón, a pesar de no ser “hijo legítimo”.

Para tratar de comprender mejor este hecho, primero debemos tener en cuenta que en el siglo XI no existía el matrimonio tal y como se estableció posteriormente. Por otra parte y, como explica el profesor Laliena, una unión de este tipo -con reconocimiento del hijo procreado- tenía por objetivo el establecer vínculos más estrechos con familias nobiliarias que fortalecieran el poder del reino.

Es fácil de entender que éste fuese el motivo del reconocimiento de esta unión y no la satisfacción de otros impulsos personales para los que es de suponer que los miembros de la familia real no debían de encontrar muchas dificultades en la estructura social de la Edad Media del siglo XI.

Sancha de Aibar. (FOTO: marefa.org)

SANCHA LA MADRE DE RAMIRO I

Seguramente, fue la madre de Sancho Garcés -Jimena- la que propició esta relación de los dos jóvenes, y mantuvo posteriormente la vinculación con Sancha. En documentos posteriores la propia señora de Aybar mencionaba los bienes que recibió de doña Jimena como:

“…el honor que me dio la reina doña Jimena, madre del rey Sancho…el monasterio de Santa Cecilia de Aybar con sus heredades y rentas…”

Los pocos documentos que tenemos de doña Sancha de Aibar, en los que siempre hace referencia a su hijo el rey Ramiro, nos hacen pensar que vivió entre una vida recogida dentro del monasterio de Santa Cecilia y el gobierno de sus dominios, pero ausente de las confrontaciones políticas.

Sancha de Aibar, discreta vida pública e intensa vida familiar, pero clave en Aragón

Lo que sí está documentada es la vinculación y la participación en la educación de sus nietos, que en Aibar tuvieron una parte importante de sus vivencias juveniles. Especialmente la muy estrecha relación que mantuvo con su nieta Sancha, la que después sería la condesa doña Sancha viuda del conde de Urgell.

Hacia el final de sus días, el 27 de octubre de 1070, Sancha de Aibar firmó un documento de donación de todos sus bienes a su nieta Sancha durante su vida y para que a su fallecimiento los cediese al monasterio de Santa Cruz de la Serós:

“… De este modo, yo Sancha, te doy y te confirmo a ti, la condesa, nieta mía, para que dispongas durante tu vida…y después de tu muerte la entregues a las hermanas de Santa María…”

Tres mujeres importantes en la consolidación del Reino de Aragón (I)
      Donación de Sancha de Aibar a su nieta la condesa Sancha (AHN, Clero, 785, nº3).

Un documento por el que doña Sancha, a través de su nieta entregaba sus bienes al monasterio de Santa Cruz de la Serós. Un monasterio que su hijo Ramiro I habría fundado como el monasterio real femenino del reino de Aragón, y en el que parece que Sancha de Aibar se integró a una edad septuagenaria.

El papel de Sancha de Aibar engendrando al primer rey de Aragón, la perfecta relación mantenida con la madre del padre de Ramiro y la familia real pamplonesa, y su papel cohesionador de la familia Ramírez, nos permiten considerar a Sancha de Aibar como uno de los pilares de la construcción del Reino de Aragón.

Por Javier Lázaro

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