La mayoría de los vecinos de Abay ha impulsado una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para impedir que Fomento construya «una carretera que dividirá el pueblo en dos», explica el alcalde pedáneo de la localidad, Javier Nivela. Según Nivela, hace sólo unos días, los vecinos conocieron los planes del Ministerio de Fomento de dar salida a la autovía A-21 con «una carretera que atravesará el pueblo». Una obra a la que la mayoría de los vecinos se opone, tal y como quedó reflejado en los resultados de una votación popular que se celebró el pasado sábado.
Esta fórmula, la consulta popular, está contemplada en el Reglamento de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Jaca, al que pertenece el municipio, y es la primera vez que se utiliza. Aunque el resultado no es vinculante, cabe destacar que la mayoría de los vecinos de esta pedanía de Jaca se opone a que el actual camino que pasa por el pueblo se convierta en una carretera: de los 35 vecinos con derecho a voto, participaron 27. Y de ellos, 18 votaron en contra de la carretera y 9, a favor. Los resultados de esta votación se llevarán a la Comisión de Urbanismo que se celebra este martes en el Ayuntamiento de Jaca, donde se analizarán y serán trasladados al Ministerio de Fomento, explica Nivela.
Nadie ha explicado el proyecto de la carretera de Abay, dice Nivela
Los vecinos pidieron en su momento que se acondicionara el camino que atraviesa el pueblo y que, debido al paso de maquinaria pesada de las obras de construcción de la Autovía de los Pirineos, la A-21, se había deteriorado, explica Nivela.
El problema surgía cuando «hace unos 15 días, nos enteramos que ya hay una salida en la autovía para Abay; y que van a convertir un camino en una carretera de 12 metros de ancho, con dos carriles, que va a partir el pueblo en dos». El alcalde pedáneo de Abay explica que nadie de Fomento les «ha explicado el proyecto, ni ha habido plazos para nada ni hemos podido presentar alegaciones». Por eso, los afectados remitieron una queja (que ha sido admitida a trámite) al Defensor del Pueblo, explicando los hechos.
«Sabemos que quieren abrir el próximo mes de enero el tramo de la A-21 entre Jaca y Santa Cilia», señala el alcalde de Abay, que ve la justificación de esta decisión de Fomento que afecta directamente a su pueblo en el hecho de que sólo habría que convertir un camino en una carretera. Es decir, más agilidad y menos costes. Los vecinos afectados creen que, una vez construida la carretera, muchos de los vehículos que pasan habitualmente por Jaca lo harán por aquí, al menos hasta que esté construida la variante entre la A-21 y la A-23.
Nivela asegura que la alternativa que le dieron en el Ayuntamiento de Jaca cuando requirió información fue que se podría plantear una variante para que no pasara por el centro del pueblo, pero que no habría indemnizaciones por las posibles expropiaciones. El alcalde pedáneo considera que el propio Ayuntamiento de Jaca «está incumpliendo las normas que él mismo aprobó, hace más de una década, con el Plan General de Ordenación Urbana», que son muy claras en cuanto a la protección del patrimonio natural, paisajístico e histórico de los pueblos de La Solana. En el caso de Abay, Nivela explica que la futura carretera afectaría al Camino de Santiago, con monumentos catalogados como el Crucero, la ermita o la Iglesia de San Andrés y atravesando la plaza.
Recogida de firmas
La recogida de firmas lleva por título El Ministerio de Fomento proyecta una salida de la autovía A-21 que discurre por el centro de Abay. «El acondicionamiento de dicho camino consiste en transformar los casi 2 kilómetros del actual camino de tierra (Camino de Santiago, margen derecha del Aragón), que tiene una anchura de 4 metros, en una carretera asfaltada de dos carriles de 8 metros más sus correspondientes cunetas -un total de 12 metros-«, señalan los afectados.
Estos añaden que «la salida que en un principio Fomento proyectó hacia los valles occidentales de Aísa y La Solana, transcurría entre Abay y Banaguás sin perjudicar a ambos pueblos. Debido a diversos intereses, el transcurso de dicha salida se modificó discurriendo por mitad de Abay, sin que los vecinos tuvieran ni la más mínima información al respecto, como si de un dictamen se tratase».
Los vecinos no se niegan a la existencia de una salida de la A-21, pero reivindican que no se realice por el centro del pueblo, ya que existen alternativas donde ningún núcleo se verá afectado. «El actual proyecto conllevaría graves problemas como la depreciación de la calidad de vida, impacto acústico, impacto medioambiental entre otros, así como el peligro de transito que se originaria teniendo zonas de parque infantil y zonas sociales», señalan los afectados, que no descartan nuevas movilizaciones para impedir la construcción de la carretera proyectada. Por el momento, se han recogido casi 1.000 firmas en contra de la construcción de esta carretera desde que este domingo se iniciara la campaña.
Por Rebeca Ruiz
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