Los 13 ‘mayencos’ del trekking del Manaslu regresan con muy buen sabor de boca de la expedición al Himalaya

El pasado miércoles regresaban a España los trece miembros del Club Pirineísta Mayencos que, el 9 de este mismo mes, partían rumbo a tierras del Himalaya, a Nepal. El objetivo era que todos realizaran el trekking del Manaslu, de 8.163 metros, octava montaña más alta del planeta. Además, seis de ellos intentarían la cima del Larke Peak (6.249 metros), situado en la mitad del recorrido y cercano al paso de Larke-La, de 5.106 mts de altura.

MAYENCOS. Expedición al Manaslu.
MAYENCOS. Expedición al Manaslu.

El recorrido del trekking se pudo completar sin graves contratiempos

El recorrido del trekking se ha podido completar sin graves contratiempos. Los trece componentes de Mayencos han tenido que sufrir la dureza de largas caminatas que, en la mayor parte del recorrido, les ha llevado toda la jornada. Eso sí, el espectáculo que han podido contemplar diariamente ha sido, en la mayoría de los casos, sobrecogedor. El valle del Budhi Khola, en la región de Gorka, se mantiene casi inalterable al ser esta zona una de las últimas en abrirse al gran público montañero y expedicionario. Ello conlleva muchas veces la falta de servicios básicos, que se ven compensados casi siempre con la amabilidad de sus gentes. Grandes desniveles casi todas las jornadas, que en algunos casos han alcanzado los 2.000 metros positivos (nada mal para un trekking), siendo sus días más importantes el de la visita al campo base del Manaslu (4.870 metros) y el del paso del Larke-La (5.106 metros). Este último con el agravante de sufrir una copiosa nevada, la cual hizo trastocar los planes del equipo de ascensión, que tuvo que acompañar al resto de compañeros hasta una zona segura, casi 1.500 metros más abajo.

Ascensión al Larke Peak para celebrar los 50 años de las sección de montaña de Mayencos

En cuanto a la ascensión propiamente dicha del pico de más de 6.000 metros, el Larke Peak, que se había marcado por parte del club como evento estrella de los cincuenta años de la sección de montaña, tuvo que dejarse para otra ocasión.

Muchas y no sólo una, fueron las circunstancias que condujeron a esta situación. En primer lugar, la mencionada nevada que obligó a bajar a todos los miembros de altura, excepto a uno, que se quedó en el campo base a 5.000 metros. Al día siguiente, tres de los restantes, con uno de los sherpas de altura, volvieron a remontar 1.500 metros de desnivel (dos de ellos ya habían decidido no intentar la ascensión), y se encontraron con una situación casi dramática: dos porteadores de altura sufrían vómitos y expulsaban sangre por la boca. Demasiado jóvenes tal vez, y demasiado frío, debido a la inesperada nieve, presentaban un aspecto preocupante. Por otro lado, el sherpa principal, a la vista de las condiciones de la nevada, auguraba un importante riesgo de avalanchas en la zona intermedia del pico. Además, la zona primera de ascenso presentaba grietas descomunales que, con la misma nieve reciente, también hacían que el progreso por esa zona fuera demasiado arriesgado. La suma de factores resultó demasiado abultada y clara… ¡¡El riesgo era excesivo!!

La decisión final y apresurada fue abandonar el intento a cima y poner a salvo lo antes posible a los porteadores. La montaña podía esperar, ahí seguirá siglos y siglos, y el afán de Mayencos no era de tragedia, sino de celebración.

Peligrosidad en el descenso

Con el ánimo marcado por una sensación de frustración, pero solo pensando en bajar a los porteadores cuanto antes, los dos sherpas, los cuatro montañeros y el resto del equipo de altura (cocinero y tres porteadores más), iniciaron un descenso apresurado por una bajada peligrosa para cargar con con todo el material y, sobre todo, con los porteadores enfermos, a los que hubo que llevar prácticamente en volandas.

Afortunadamente, nadie sufrió ningún percance, y ya a 3.700 metros y gracias a los medicamentos proporcionados por el grupo de ascensión a los enfermos, éstos mejoraron notablemente sin, aparentemente, tener que pensar que sus vidas corrían más peligro.

El grupo se volvió a reunir, y al día siguiente todos iniciaron el descenso que, tras varias jornadas, les llevaría a la capital de Nepal, pasando antes por la ciudad más significativa de la región de los Annapurnas, Pokhara, donde descansarían casi dos días de las aventuras y pequeñas frustraciones pasadas anteriormente.

A partir de ahora, Mayencos ya tiene la vista puesta en la próxima temporada invernal, pero previamente realizará su Asamblea ordinaria, su Gala de premiados 2018-19, que tendrán lugar el próximo 23 de noviembre y otras actividades como el tradicional mercado de segunda mano.

Por Club Pirineísta Mayencos (texto y fotos)

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