Las navatas volvieron a desafiar a las aguas en Hecho

Hecho volvía a recuperar este domingo una de sus tradiciones más características con un nuevo descenso navatero por el Aragón-Subordán, que alcanzaba ya la décimo segunda edición del evento. Una quincena de navateros, en dos navatas, desafiaba las aguas embravecidas del río, en un guiño a la memoria de este oficio, hoy desaparecido, ante la mirada de cientos de personas que se daban cita para no perderse detalle de este espectacular y singular acontecimiento.

Fiesta de Bien de Interés Cultural Inmaterial de Aragón

El descenso de Navatas en la Val d’Echo cuenta con la declaración de Fiesta de Bien de Interés Cultural Inmaterial de Aragón, y rescata cada año del olvido la relevancia que tuvo la explotación maderera y el transporte fluvial de los troncos para la economía de la zona a partir del siglo XVI.

Desde siempre, los troncos de grandes dimensiones se sujetaban unos a otros, creando una especie de barcazas denominadas navatas, que eran dirigidas por curtidos navateros hasta su destino sorteando todo tipo de obstáculos en el río. A mediados del siglo XX, la actividad desapareció por el desarrollo de las comunicaciones, y comenzó a recuperarse a partir de los años 80 en los pueblos del Pirineo, como un guiño a la memoria y la tradición.

La Asociación de Navateros de la Val d’Echo organizó en el año 2008 el primer descenso de navatas por el Aragón-Subordán, y hoy es toda una fiesta que tiene como objetivo recuperar una de las tradiciones más emblemáticas del Pirineo. El recorrido por el río comienza en la glera del Molino y finaliza en el Puente Viejo, tras completar un itinerario de casi tres kilómetros por el término municipal de Hecho.

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