La Jacetania del Santo Grial: ruta del conocimiento, camino de la paz

Llega el otoño a La Jacetania del Santo Grial. En los albores del segundo Año Jubilar del Santo Cáliz de Valencia, que comenzará el último jueves de octubre, la relevancia del camino que, por tierras aragonesas, recorrió la reliquia más buscada del Medievo Occidental cobra más sentido que nunca. Y más que nunca, La Jacetania se reivindica como Territorio Grial.

En este momento histórico, la asociación cultural El Camino del Santo Grial apuesta por dar un nuevo impulso a la puesta en valor y desarrollo de la ruta entre Aragón y Valencia, en la que La Jacetania tiene un protagonismo especial. La asociación es consciente del potencial turístico, religioso, histórico y natural que, para el medio rural, representa el Camino del Santo Grial, Ruta del Conocimiento, Camino de la Paz. Por todo ello, sus miembros trabajan, desde 2002, en la promoción y proyección del camino como elemento vertebrador del territorio.

Parte de la expedición impulsada desde la asociación El Camino del Santo Grial, junto a Belén Luque, directora del Museo Diocesano de Arte Románico de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Tras los pasos del Santo Grial

Junto a San Juan de la Peña (donde el grial estuvo escondido en su huída de los sarracenos durante más de tres siglos), Jaca, Bailo, Borau, San Adrián de Sasabe, Botaya, Siresa,… son algunos de los enclaves que contempla la ruta en La Jacetania. Pero no los únicos, ya que la propuesta contempla distintos ramales que abarcan, de forma integral, el desarrollo del territorio, incorporando al proyecto enclaves y localidades avaladas por su historia, su cultura y su singularidad.

Actualmente, los senderistas y peregrinos que siguen los pasos del Santo Grial en La Jacetania lo hacen a través de los mapas realizados desde la asociación cultural El Camino del Santo Grial por Fernando Avilés para el Holy Grail Route (proyecto europeo impulsado desde la Universidad de Zaragoza en 2015). Su trazado discurre entre San Juan de la Peña y la ciudad de Valencia, a través de 519 kilómetros de recorrido.

Parte de la expedición, en San Juan de la Peña, junto a la reproducción del Santo Grial. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Parte de la expedición, en San Juan de la Peña, junto a la reproducción del Santo Grial. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Territorio Grial

El pasado fin de semana, miembros de la asociación cultural El Camino del Santo Grial visitaban Jaca y San Juan de la Peña con la finalidad de seguir impulsando la consolidación de la ruta.

Hay que señalar que, desde su fundación en 2002, El Camino del Santo Grial reivindica la importancia de señalizar todo el recorrido y dotarlo de todos los servicios necesarios para darlo a conocer y que resulte una opción atractiva y sugerente para todo aquel que esté interesado en adentrarse y dejarse seducir por el carisma y el misterio que rodea al Santo Grial.

Ana Mafé (doctora en Historia del Arte y presidenta de la asociación cultural El Camino del Santo Grial), Jesús Gimeno (secretario de El Camino del Santo Grial), Fernando Avilés (maestro guía internacional ecuestre), la aragonesa María Gómez (profesora de Universidad especialista en Patrimonio Histórico-Artístico) y Marta Soler (vocal de la asociación cultural) formaban parte de la expedición, que partió desde Valencia hasta La Jacetania.

Junto a ellos, y en representación del ámbito empresarial valenciano, también viajaban Esther Santillana (gerente del Centro Óptico Losan) y el empresario y periodista José Cuñat y Vicente Navarro (director de Comunicación y colaborador, respectivamente, de la asociación cultural El Camino del Santo Grial). Tras hacer parada en Zaragoza y Huesca, en Jaca visitaban el Museo Diocesano de Arte Románico, cita ineludible en el recorrido. Allí les recibía la directora del MDJ, Belén Luque. Posteriormente, continuaban el viaje hasta San Juan de la Peña.

Ana Mafé, junto a Belén Luque, en el MDJ. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Ana Mafé, junto a Belén Luque, en el MDJ. (FOTO: Rebeca Ruiz)

La Jacetania y el Santo Grial

En los últimos dos años, y a raíz de la concesión del Vaticano para la Catedral de Valencia del título de jubilar a perpetuidad y cada cinco años en honor al Santo Cáliz (quibus aperientur atque claudentur quinquennalia sollemnia in honorem Sancti Calicis), la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial, desde la sociedad civil, ha puesto el conocimiento, la tolerancia y el entendimiento en el centro de la construcción del relato turístico que sustenta el Camino del Santo Grial, Ruta del Conocimiento, Camino de la Paz.

Recientemente, distintas acciones han rescatado a La Jacetania y la han reivindicado como Territorio Grial. Hace unos días, dos jóvenes turolenses, Germán y David Mójica Vicente, han comenzado a realizar a pie el recorrido del Santo Cáliz desde el puerto de Somport y adentrándose por tierras jacetanas, siguiendo los pasos de la codiciada reliquia que se conserva en la Catedral de Valencia. Huesca es el destino en esta primera fase del proyecto, que contempla distintas opciones, hasta la Catedral de Valencia, donde se guarda el Santo Cáliz que recorrió las tierras jacetanas.

Asimismo, este verano, distintos y emblemáticos rincones de La Jacetania se convertían en el escenario de un documental para el canal alemán de televisión pública ZDF. Un audiovisual basado en la tesis de Ana Mafé y en sus investigaciones centradas en el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, recogidas en el libro El Santo Grial (Editorial Sargantana).

Hay que recordar que los beneficios de este libro, que aborda científicamente la autenticidad de la copa de Valencia, van íntegramente destinados a sustentar El Camino del Santo Grial (que, a su vez, es una asociación sin ánimo de lucro).

Ana Mafé, presidenta de la asociación cultural El Camino del Santo Grial. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Ana Mafé, presidenta de la asociación cultural El Camino del Santo Grial. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Chrétien de Troyes, el Santo Grial y San Juan de la Peña

La doctora Mafé destaca la relevancia que cobró en el Medievo la temática del Grial, «una historia apasionante» que tiene como máximo exponente a Chrétien de Troyes, que «elabora un relato maravilloso sobre una serie de personajes que están alrededor de un objeto que desprende luz, en un lugar con unas descripciones milimétricas que, curiosamente, si las extrapolamos a la geografía aragonesa, se corresponden con San Juan de la Peña y el paisaje de La Jacetania», explica Mafé.

«Ese objeto es el Santo Grial, que se custodió en el monasterio durante siglos -continúa la historiadora-. Un objeto que mitificó todo el Medievo y muy importante para la tradición cristiana, que va pasando de mano en mano, desde la más primigenia comunidad. Es una reliquia viajera que desde Jerusalén llega a Roma y, por mediación de San Lorenzo, huyendo de la invasión sarracena, se tiene que ocultar en las faldas de los Pirineos».

Ana Mafé recuerda que la frontera de los Pirineos, en aquel momento, no responde a lo que hoy conocemos como tal -los límites se movían en función de tratados de paz y otros acuerdos-. Y en Aragón, como territorio fronterizo, «ninguna de las villas cristianas ni sus iglesias eran lugares seguros para mantener a la vista ni tesoros ni reliquias, que eran objeto de expolios y destrucción».

Símbolo de unión de culturas

En este contexto, tiene lógica pensar -argumenta la autora de El Santo Grial– que la corte eclesiástica era itinerante, al igual que la corte real, lo que justifica que cuando el Cáliz llega desde Huesca al Pirineo se mueva entre distintos lugares que comparten «la advocación a San Pedro, que sirve de hilo vertebrador» del periplo de la copa que se conserva en la Catedral de Valencia por los enclaves «más recónditos e inaccesibles» de La Jacetania.

«Desde la Asociación El Camino del Santo Grial estamos haciendo lo mismo que ya hicieron los fenicios hace más de 3.000 años: intentamos vertebrar el territorio y nuestro alfabeto es la historia que nos llega a través del ADN de Aragón -reino de reinos y corona de coronas- desde su cuna -La Jacetania- y del cáliz en tierras aragonesas».

Hoy, la asociación considera que es el momento de recuperar «este símbolo de unión de culturas, porque cuando vemos el Santo Cáliz de Valencia y observamos que la copa hebrea está sobre una base fatimí y engarzada en un exquisito trabajo de orfebrería cristiano, nos damos cuenta de que guarda un mismo mensaje». Un mensaje que no es otro que la búsqueda de la trascendentalidad que hoy, a través de los siglos, continúa alimentando la inmortalidad del símbolo del Santo Grial y la atracción hacia todo lo que le rodea.

«Todos estamos llamados a conectarnos con nuestra propia divinidad, y hay objetos que te dan la llave para abrir la puerta. El Santo Grial es uno de ellos. Aragón merece el Camino del Santo Grial. Merece vertebrar su territorio, crear riqueza y exportar su historia, su cultura y su tradición a todo el orbe, tal y como hicieron los reyes aragoneses durante siglos», concluye Ana Mafé.

Por Rebeca Ruiz

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