La Ciudadela de Jaca ha recuperado los restos óseos de Juan de Velasco, primer maestre de campo de la fortaleza, que fueron trasladados a Zaragoza desde su sepulcro original tras unas obras realizadas en 1985 en la Capilla de San Pedro, donde estaba enterrado el cuerpo bajo el altar principal -un hecho que se desconocía hasta ese momento-. Ahora, tras localizarse los huesos, y a través de la empresa especializada Lazarus Discover, se va a retomar la investigación sobre este enigmático personaje histórico, cuya vida y muerte están rodeadas de misterio.
Mediante un procedimiento totalmente científico, pionero e innovador, desarrollado por expertos en distintos ámbitos y que se acometerá en varias fases, se podrá conocer qué aspecto tuvo Juan de Velasco. Y cómo vivió y cómo murió uno de los personajes históricos más importantes para la ciudad de Jaca. En principio, será el Ministerio de Defensa el que se encargue de la financiación del proyecto, en el marco de acciones para el fomento de la Cultura de Defensa.
Lazarus Discover
Lazarus Discover es la primera empresa de España especializada en antropología genética y reconstrucción forense. Está formada por un equipo multidisciplinar de expertos reputados en distintos ámbitos de la medicina, la ciencia forense, la tecnología y otras disciplinas que, a partir de procedimientos científicos de vanguardia en diferentes áreas, y desde el estudio de los restos de un determinado personaje histórico, es capaz de reproducir no solo hasta el mínimo detalle de físico del sujeto en cuestión (de qué color tenía los ojos, o cómo era su cara, o su pelo), si no explicar cómo vivía, cuál era su dieta o qué tipo de enfermedades pudo padecer.
Una vez que se haya obtenido toda la información, el último paso del proyecto será la reconstrucción física del sujeto a través de técnicas hiperrealistas que devolverán al personaje a la época actual, con un aspecto muy similar al que pudo tener en vida.
Los restos óseos de Juan de Velasco se localizan tras 35 años
Fue a raíz de la colaboración habitual entre la Ciudadela de Jaca y Nacho Navarro, uno de los responsables de Lazarus Discover- cuando, el pasado mes de octubre, volvieron a retomarse las investigaciones acerca del paradero de los restos óseos de Juan de Velasco.
El coronel Francisco Rubio, director de la Ciudadela de Jaca, solicitaba entonces información sobre el paradero de los restos de Juan de Velasco a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón. Las últimas noticias que se tenían de los mismos es que habían sido localizados durante unas excavaciones realizadas hace 35 años. Precisamente, en el momento en que se cambió el suelo de la iglesia. Fueron enviados al Instituto Anatómico Forense de Zaragoza para su estudio. Parece ser que en 2007 ya se solicitó información al respecto, si bien no constaba respuesta.
Tras la pista de Juan de Velasco
Por eso, y teniendo en cuenta el hecho de que en el inventario del Instituto Anatómico Forense no figuran datos sobre estos restos, el coronel Rubio comenzó la investigación por si pudieran encontrarse conservados por Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, consciente del importante impulso cultural que puede suponer conocer más detalles acerca de la vida y trayectoria de Juan de Velasco.
El director de la Ciudadela de Jaca explicaba su intención de poner en valor estos restos, a través de un proyecto pionero de Lazarus Discover que tenía como objetivo redescubrir, recuperar y difundir la figura de Juan de Velasco. Y todo lo que significó para la historia del Castillo de San Pedro y de la propia ciudad de Jaca.
Restos óseos de dos personas en el sepulcro de Juan de Velasco
Pocos días más tarde, la directora general de Patrimonio Laboral, Marisancho Menjón, informaba a Rubio de que los restos de Juan de Velasco se encontraban custodiados en la sede de Antropología de la Dirección General de Patrimonio Cultural, ubicada en la Universidad Laboral de Zaragoza. Y los ponía a disposición de los investigadores y expertos de Lazarus Discover. Estos ya han comenzado su trabajo, siguiendo todos los protocolos de seguridad y previa acta notarial.
La primera sorpresa, una vez iniciados los trabajos, es que los huesos que aparecieron en el sepulcro de Juan de Velasco corresponden a dos personas diferentes. Los restos óseos están prácticamente completos y en buen estado de conservación. «Se trata de dos sujetos varones, de entre 55 y 60 años. Se conservan incluso tramas de textil; la disposición de uno de ellos está muy cuidada, con muchísimo mimo, e indica que se trataba de una persona de elevado rango. Los detalles del enterramiento denotan cierta relevancia social», explica Nacho Navarro.
De la inspección de los restos óseos de Juan de Velasco a la prueba del Carbono 14
Los primeros datos apuntan, además, a que los restos del segundo cadáver podrían pertenecer, «por su morfología, a una persona de origen belga, posiblemente con una enfermedad que podría causarle cojera», señala el director de la Ciudadela de Jaca. Un dato que no debería extrañar si se tiene en cuenta que, en la época, los belgas eran súbditos del rey de España, justifica el coronel. Tampoco se sabe si los restos son coetáneos, porque en otras épocas no era raro aprovechar enterramientos existentes. Pero, de momento, todo son especulaciones, hasta que concluyan las investigaciones.
Ahora, el siguiente paso será someter los restos óseos a la prueba del Carbono 14, tras lo que emplearán las últimas técnicas científicas basadas en el análisis de ADN. En principio, si todo va según lo previsto, el procedimiento se podría completar en un año, explica Navarro.
Gracias a la labor de Lazarus Discover, las posibilidades, en este caso y en otros similares, son infinitas. «A raíz del análisis del ADN, no solo se puede conocer quién era o cómo era una persona; sino que también se podría saber, incluso, quiénes fueron sus descendientes», explica Nacho Navarro. Por ejemplo, en la práctica, se podría llegar a conocer si quedan en la zona descendientes de sangre real. Una puerta abierta a la historia teniendo en cuenta que en Jaca, como cuna del Reino de Aragón, existen otros restos que podrían convertirse en una fuente inagotable de información histórica -y genealógica- desconocida hasta el momento.
Los restos óseos de Juan de Velasco están datados en 1597
Los restos óseos de Juan de Velasco están datados en 1597, tal y como refleja la inscripción de su sarcófago, que se conserva en la Capilla de San Pedro de la Ciudadela (junto a la entrada, a la izquierda):
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Hasta el momento, se sabe que Juan de Velasco era un personaje muy reputado en los ejércitos de Felipe II. Y una de las personas de su máxima confianza. Fue este rey quien mandó construir la Ciudadela de Jaca; unos trabajos que comenzarían en 1592.
Capitán de Infantería y antiguo soldado en Flandes, De Velasco llegó al Castillo de San Pedro como maestre de campo. Pasó a la historia porque su estancia en la ciudad marcó un periodo de estabilidad en la zona caracterizado por la tranquilidad y las buenas relaciones con la población civil. Durante su mandato, se estableció una nueva disciplina militar. Los soldados se instalaron, por primera vez y de forma definitiva, en las dependencias de la fortificación. Y es que, hasta entonces, vivían en las casas de la ciudad, recuerda el coronel Rubio.
Muchas incógnitas en torno a la figura de Juan de Velasco
En torno a la figura de Juan de Velasco existen muchas incógnitas. Solo se puede afirmar que era una persona de baja estatura, de menos de 1,50 metros. Y que posiblemente sufriera algún tipo de deformación en los huesos por el crecimiento desproporcionado que se ha podido observar en las primeras aproximaciones a los restos. Pero nada más se sabe, hasta el momento, de su aspecto físico, más allá de su representación (una escultura yacente de un caballero con barba) en el sarcófago de piedra que se conserva en la Ciudadela.
Se da la circunstancia de que, según distintos documentos históricos, el 19 de diciembre de 1591, un capitán castellano llamado Juan de Velasco fue el encargado de dar prisión en Zaragoza al Justicia Mayor del Reino de Aragón, Juan de Lanuza y Ximénez de Urrea. Al parecer, ese Juan de Velasco también tenía el favor de Felipe II. Podría tratarse del primer maestre de campo de la Ciudadela -o primer teniente del rey del Castillo de San Pedro, como también ha pasado a la historia-. No obstante, habrá que esperar a que avancen las investigaciones para poder confirmar este hecho.
Por otra parte, el sepulcro apareció bajo el Altar Mayor. Tampoco era lo habitual para la época. Además -explica Francisco Rubio-, «se trata de un sepulcro realizado para estar a la vista, por lo que también se desconoce por qué estaba bajo tierra». Por fortuna, que estuviera enterrado ha preservado el sepulcro. Y, cuando murió el maestre de campo, la capilla como se conoce hoy no existía.
En definitiva, demasiados interrogantes sobre la figura de Juan de Velasco que pueden estar a punto de ser respondidos.
Estudio, experiencia y docencia para inmortalizar la historia
Lazarus Discover nace de un equipo multidisciplinar formado por los máximos expertos nacionales en los campos de la medicina, química, historia, informática y escultura. Tras diversas investigaciones y trabajos anteriores de antropología, genética y reconstrucción forense, han formado el primer equipo de estas características a nivel internacional.
Décadas de estudio, experiencia y docencia se unen para inmortalizar la historia. Su labor consiste en decir quién fue, cómo fue y qué ocurrió, recuperando a la perfección sus facciones físicas y líneas genéticas. Y finalizar con una reconstrucción exacta que permitirá saber mucho más acerca de quién fue y cómo vivió la persona objeto del estudio. Médicos, anatomistas, antropólogos, neurocirujanos, odontólogos, toxicólogos, bioquímicos,… Forman parte de este equipo que estudiará los restos de Juan de Velasco con las más novedosas técnicas: Desde el carbono 14 hasta la morfometría digital, pruebas de ADN o escáner 3D. El reto, revelar toda la información que, hasta el momento, se desconoce, a pesar de la importancia de este personaje histórico para el Castillo de San Pedro y para la propia ciudad de Jaca.
Por Rebeca Ruiz
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