Extraordinario el éxito el que ha recogido la tercera edición de las Jornadas Mujer y Montaña en la ciudad de Jaca en un fin de semana de muy buenas condiciones meteorológicas. Este pasado fin de semana tenían lugar las terceras jornadas dedicadas al deporte de montaña practicado por mujeres que se promueve por el club jacetano Montañeras Adebán.
Una batería de actos dedicados a visibilizar a la mujer
En esta ocasión, la asociación ha puesto en marcha una batería de actos dedicados a visibilizar a la mujer rompiendo los moldes estéticos que presiden la imagen de la mujer atrapada por los medios dedicados a la moda, con una exposición fotográfica de enorme carga plástica protagonizada por mujeres escaladoras, deportistas de montaña profesionales del sector. Muchas de ellas, afincadas en nuestro territorio, como Marta Alejandre, ochomilista aragonesa; Rocío Hurtado, nivóloga experta en la prevención y protección contra avalanchas; Marta Cabetas, escaladora amateur; o figuras como Sonia Casas Guía, una de las escasas de alta montaña española, o Lynsey Jefferies o Sara Catalano, escaladoras de alto nivel; o Nahia Quincoces, esquidora que alcanzó la segunda posición del mundo por relevos en esquí de montaña en los campeonatos de 2019.
Junto a ellas, han estado muchas otras muchas deportistas que forman parte del club Montañeras Adebán, que han prestado su imagen para este fin común de transmitir empoderamiento y fuerza en la capacidad de la mujer para hacer lo que desee en la vida y, entre ello, cualquier actividad deportiva y de montaña.
Documental sobre la superación de la mujer
Además, se ha proyectado el documental del Reto Pelayo del año 2018, en el que cinco mujeres desafiaron al Annapurna recorriendo todo el valle en BTT tras superar un cáncer de mama. Sus protagonistas Ceciclia Bona y Noelia Galán dejaron atónito al auditorio contando su proeza, pero también hablaron sobre cómo sobrevivir a una enfermedad así, que cambia la forma de ver la vida y ayuda a relativizar los pequeños problemas y dar importancia a las que verdaderamente la tienen, al tiempo que refuerza la capacidad para afrontar retos de cualquier género en los que una crea.
La mañana del sábado regaló las mejores condiciones para liderar una salida de senderismo a la que acudieron más de 60 personas, y que ascendieron al emblemático monte jacetano de Oroel a través de la Senda de los Lobos.
Por la tarde, nuevamente, se reanudaron las jornadas y las sesiones con una conferencia sobre el deporte en la época franquista, charla impartida por la historiadora oscense Sescún Marías, que relató desde el fin de la República hasta la plenitud de la Dictadura cuál era el papel que se dio al deporte femenino y las escasas ocasiones en que se disponía para practicarlo, así como la escasísimo interés que se tuvo en desarrollar el potencial deportivo de la mujer en aquellos días.
La mujer y el deporte durante el franquismo
Un tiempo en que la mujer que destacaba en deporte, como explicó la ponente, era la primera que era apartada de su práctica. El diseño de los deportes se realizaba por los médicos, religiosos y políticos y sólo era admitido para la mujer el atletismo, hockey y natación; de los deportes de montaña, por supuesto, ni se hablaba, reservados a la práctica de una escasa clase social de nivel alto, donde sí que se podía practicar y podía ser admitido en la mujer la práctica del tenis o esquí. Deportes como el ciclismo y el fútbol se consideraban muy masculinizantes, y por lo tanto contrarios al modelo de mujer que el régimen promovía como mujer prudente y pura: por ello, incluso los campeonatos de natación femeninos se decretó que no fueran públicos.
Tras la retrospectiva histórica de la situación de la mujer que en esos tiempos quisiera hacer deportes, se abrió una mesa redonda que enlazó con la temática de salud y que dio interesantísimos datos sobre la forma en que una mujer activa afronta enfermedades como el cáncer y cómo sigue realizando aquellas actividades que dan sentido a su vida. Participaron en la mesa Marian Santiago, Lourdes Arana y Rosa Perona.
La jornada finalizó con la cena social, a la que concurrieron más de 50 socias y acompañantes, y su esperado sorteo de regalos, con el que colaboraron distintas firmas comerciales de deportes de esquí y montaña.
El domingo, las montañeras disfrutaron del boulder Indoorwall de Jaca. El buen sabor de boca que han dejado las III jornadas de Mujer y Montaña hace pensar ya en la siguiente edición, para la que las organizadoras ya están preparando contenidos y actividades, donde confluyan el deporte de naturaleza, la socialización y la reflexión en torno a cuestiones que afectan al desarrollo de estos deportes entre las mujeres.
Información e imágenes gentileza del Club Montañeras Adebán
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