El Regimiento Galicia de Jaca en el Líbano: Velando por la paz, con el corazón en España

El Regimiento Galicia de Jaca en el Líbano: velando por la paz, con el corazón en España
El Regimiento Galicia de Jaca en el Líbano: velando por la paz, con el corazón en España. (FOTO: Carolina Durán. Cabo S-5 Spanbatt)

En un momento en el que la situación económica, política y social del país es crítica, la labor de los militares españoles en el Líbano -entre los que se encuentran unos 200 efectivos pertenecientes al Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña de Jaca– cobra más sentido que nunca. Hoy por hoy, y en un clima extremadamente complicado -quizá en los momentos más difíciles desde que comenzara la misión, allá por 2006-, y sin perder el horizonte del objetivo principal, que no es otro que el de evitar una escalada de violencia que pueda derivar en un conflicto internacional, los militares españoles en el Líbano -unos 600- velan por dar respuesta a las necesidades más básicas de una población cada vez más castigada y empobrecida a todos los niveles.

Misión de paz en El Líbano

El pasado mes de mayo desplegaban en el Líbano los militares del Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña que participan en la XXXV Operación Libre Hidalgo, en el marco de la misión UNIFIL. Lo hacían como parte del Grupo Táctico Ligero Protegido (GTLP) Oroel, constituido en base al Batallón Pirineos, y en el marco de la Brigada Aragón

Algunos de los militares que conformaban aquel contingente explicaban entonces en qué iba a consistir su labor en terreno de operaciones. Distintos perfiles, en función de las necesidades de la misión, pero con el denominador común de una incontestable vocación de servicio, una exhaustiva preparación y un reto: cumplir la misión encomendada por Naciones Unidas. Y con la tarea, nada sencilla, en la mochila, de hacer lo posible (o lo imposible) por mantener la paz.

La situación actual en el Líbano y su repercusión en la labor de los militares españoles

Casi tres meses después, el escenario en el Líbano es muy diferente al que los militares españoles se encontraron en las misiones desarrolladas durante los últimos años.

La población se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria sin precedentes. La inflación se ha disparado hasta límites insoportables y los libaneses apenas puede disponer de una hora de electricidad al día.

Sin acceso a combustible, con el temor de no poder abastecer de agua potable a más de cuatro millones de personas (tal y como acaba de alertar la ONU) y con una de las peores crisis económicas registradas a nivel mundial desde mediados del siglo XIX -según los datos que maneja el Banco Mundial, el PIB ha caído en un 40% desde 2018-, la población no cuenta con recursos para enfrentarse a las consecuencias de una pandemia que está a punto de causar estragos en una sociedad ya muy castigada por décadas de conflictos y necesidades.

En ese contexto, el trabajo que desarrollan los militares del Regimiento Galicia en esta misión en el exterior es más necesario que nunca.

Sargento Mario Sancho Mendoza: “Si antes de venir al Líbano ya sabíamos que veníamos a un país que estaba prácticamente al borde del colapso, en estos dos meses la situación se ha agravado brutalmente”

El Sargento Mario Sancho Mendoza, responsable de la cooperación cívico-militar, explica desde la base Miguel de Cervantes en Marjayoun cómo viven los militares españoles la situación actual en el Líbano.

“Si antes de venir al Líbano ya sabíamos que veníamos a un país que estaba prácticamente al borde del colapso, en estos casi tres meses la situación se ha agravado brutalmente. Tienen una devaluación de la moneda del 95% y hace unos 15 días que ya ha comenzado la escasez y el racionamiento de combustible, con problemas de abastecimiento de medicamentos, cortes de luz de 22 o 23 horas diarias,… Esto está creando un clima social de desesperación entre la población que hace que, por ejemplo, del COVID ni se hable. Ha pasado a un segundo plano, porque la principal preocupación son las necesidades más básicas. Cuando hablas con los más mayores, te dicen que ni durante doce años de guerra civil ni durante la invasión israelí hubo problemas de abastecimiento”, señala. Un hecho que da idea del clima que se respira en la zona.

Lógicamente, esta situación tiene sus repercusiones en el trabajo que deben desarrollar los militares de Jaca en el Líbano. Especialmente, en el caso del Sargento Sancho, cuya función pasa, inevitablemente, por la relación directa con la sociedad libanesa.

El Regimiento Galicia de Jaca en el Líbano: velando por la paz, con el corazón en España. (FOTO: Carolina Durán. Cabo S-5 Spanbatt)

“Si comparamos lo que se venía haciendo en anteriores rotaciones, aquella colaboración que teníamos con las autoridades y con la población civil ha cambiado totalmente para poder ayudar en aquello que necesitan. Ahora nos estamos centrando en cubrir necesidades básicas: los alcaldes nos piden grupos electrógenos para poder ser autosuficientes en el suministro eléctrico del pueblo. Se agrupan en pequeñas comunidades y buscan soluciones a corto plazo, porque su mayor preocupación en este momento está en su día a día. También nos piden bombas de agua para poder abastecerse, y filtros para potabilizar el agua”, señala Sancho Mendoza.

No hay que olvidar que el telón de fondo es el cumplimiento de las resoluciones 1701 y 2373 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Unas resoluciones que persiguen implantar una mayor estabilidad en la zona, para conseguir un mayor desarrollo y la protección de la población civil libanesa, a través del control de la Blue Line y promoviendo el cese de hostilidades con Israel. Por eso es tan importante estar tan cerca de la población.

El trabajo que se desarrollaba con los colegios y los programas culturales, de momento, han quedado interrumpidos como consecuencia de la crisis que está atravesando el país. Un escenario que dista mucho del que se existía hasta ahora, y al que hombres y mujeres del Ejército Español han debido y sabido adaptarse desde exigente preparación y su espíritu de servicio y de sacrificio, dos de sus principales valores, que en esta misión alcanzan su máxima expresión.

El Regimiento Galicia de Jaca en el Líbano: velando por la paz, con el corazón en España. (FOTO: Carolina Durán. Cabo S-5 Spanbatt)

Sancho Mendoza sabe que la mejor manera de garantizar el éxito de la misión es lograr la aceptación por parte de la población civil. Por eso, es importante que las carencias actuales no se conviertan en un hándicap. Para ello, se trata de optimizar los recursos, y de que la ayuda llegue a la máxima población posible, dentro de las limitaciones.

En el Líbano, donde los españoles se acercan ya al ecuador de su misión (seis meses), y en medio de esta situación, el sargento reconoce que lo que más echa de menos es a su familia: a su pareja, Natalia, y a su hijo, Ismael, que esperan su regreso en Jaca.

EL EQUIPO DE APOYO A LAS FAMILIAS. Los militares del Regimiento Galicia desplegados en el Líbano coinciden en que cuando están en una misión en el exterior se aprende a valorar lo verdaderamente importante. Por eso, en el caso de los cuatro, como en el resto de sus compañeros, siempre hay unas palabras hacia sus familiares y allegados. En este sentido, es muy importante destacar la labor que realiza el Equipo de Apoyo a las Familias. Un equipo y una labor fundamental -y, a veces, desconocida-, ya que los profesionales que lo integran son los vínculos que, con sus familias, dejan los militares en España. El equipo está formado por personal especializado, en el seno del propio Regimiento, dirigido a velar por las personas que los militares que se van fuera dejan aquí, en beneficio, principalmente, de su moral, o para solucionar cualquier tipo de cuestión o problema que pueda surgir durante la ausencia del militar desplazado. Una labor fundamental para el éxito de la misión y que, la mayoría de las ocasiones, pasa desapercibida.

Sodado Rebeca Martín: “Hay mucha pobreza; lo único que quieren es agua y comida”

“Hay mucha pobreza; lo único que quieren aquí es agua y comida”, Rebeca Martín. La soldado es conductora del Lince (el Iveco LMV, un vehículo militar pesado blindado) -y la responsable de su mantenimiento- de una de las dos compañías en las que se estructura el GTLP Oroel.

El Regimiento Galicia de Jaca en el Líbano: velando por la paz, con el corazón en España. (FOTO: Carolina Durán. Cabo S-5 Spanbatt)

Su cometido es hacer las patrullas correspondientes y las guardias en la base. Cada día, pasa 7 u 8 horas con su vehículo, vigilando que no haya problemas en las zonas que se consideran sensibles. Ha observado que existe “más tensión interna” porque falta de todo: agua, comida, combustible,… “Pero está todo muy tranquilo”.

Es la primera vez que la soldado Martín está en el Líbano, y envía un mensaje de tranquilidad a sus allegados en España. “No es tan malo como parece”, explica, a lo que añade que “al final, es una experiencia, y nosotros hemos elegido estar aquí”.

El Regimiento Galicia de Jaca en el Líbano: velando por la paz, con el corazón en España. (FOTO: Carolina Durán. Cabo S-5 Spanbatt)

Sargento Salvador Geli: “Aquí aprendes a valorar lo que necesitas: lo que no tienes, lo desechas; y lo que tienes, lo aprovechas”

En la misma línea que sus compañeros se pronuncia el Sargento Salvador Geli. Procedente de la Compañía de Esquiadores y Escaladores del Galicia 64, el sargento Salvador Geli forma parte de la compañía del GLTP Oroel constituida en base a ella.

El Regimiento Galicia de Jaca en el Líbano: velando por la paz, con el corazón en España. (FOTO: Carolina Durán. Cabo S-5 Spanbatt)

“El nivel de las actividades operativas sigue siendo el mismo, pero sí está habiendo un aumento de los avisos de manifestaciones o zonas susceptibles de conflicto cuando salimos de patrulla. Es cierto que todavía no nos hemos encontrado con ningún problema, pero sí que han aumentado los avisos”, apunta.

La estructura de las patrullas, los recorridos y, en definitiva, la organización, no han sufrido cambios destacables, si bien se extreman las precauciones en lo posible para evitar cualquier incidente.

“Cuando hacemos las patrullas a pie, que es cuando tenemos más contacto con la población civil, la relación sigue siendo bastante amistosa. Y no hemos tenido ningún tipo de percance”, señala. Explica que en su ámbito de actuación existen asentamientos de refugiados sirios, un factor que también hay que tener en cuenta. Pero, al tratarse de una zona rural, la tensión no es tan grande como en las grandes ciudades.

Recientemente, el sargento tuvo que enfrentarse a un incendio que rodeó su posición, en la zona donde habitualmente realiza su labor. Afortunadamente, dice, “todo quedó en el susto”.

“En el Líbano aprendes a valorar las cosas que tienes en España y que aquí echas de menos. La gente, hoy en día, sabe el precio de todo pero el valor de nada. Y aquí aprendes a valorar lo que necesitas: lo que no tienes, lo desechas; y lo que tienes, lo aprovechas”, asegura.

Geli, como sus compañeros, se acuerda de los suyos: “Echas de menos a la familia, las montañas,… la bici, un poco, también. Pero aquí se trabaja a gusto”, concluye el sargento.

LA MISIÓN EN EL LÍBANO. La Resolución 17/01 de Naciones Unidas marca una serie de cometidos para la misión en El Líbano: verificar el cese de hostilidades entre las partes y el respeto a la Blue Line como línea de separación acordada entre Israel y Líbano es el primer objetivo de la presencia española en la zona. El segundo, pasa por apoyar al Ejército Libanés en su despliegue por el sur del Líbano (que, antes de la llegada de la misión UNIFIL era, prácticamente, inexistente). Además, también se apoyará al Gobierno del Líbano y a las LAF (Lebanese Armed Forces) para lograr que el sur del país sea una zona libre de armas ilegales y de personal ilegalmente armado. El cuarto cometido consiste en dar respaldo a las dos instituciones citadas en las operaciones de retorno de refugiados. Y en proteger a la población civil que esté en inminente peligro físico. Ello se traduce, sobre el terreno, en la realización de patrullas, observatorios y puestos de control (sobre todo, y en la medida de lo posible, junto a las LAF). Garantizar la seguridad del propio personal expatriado y de la base, y la escolta de convoyes completan la labor que tendrán que desarrollar las fuerzas españolas en el Líbano.

Sargento Primero Patricia Castro: “No olvidamos que somos el Ejército y estamos aquí preparados para hacer frente a cualquier situación que se pueda presentar”

La Sargento Primero Patricia Castro comparte la sensación de sus compañeros. “A pesar de las dificultades del país, está todo muy tranquilo”. Explica que su labor se centra, cada día, en “entender a la gente, con mucho respeto y con mucho cariño y mucha comprensión”.

Castro es consciente de la complicada situación que vive el país. Por eso sabe lo importante que es ganarse la confianza de la población civil, para poder después ayudarles. “De momento, yo no he tenido ningún problema, todo lo contrario. Pero sí que es verdad que las dificultades económicas que está soportando el país está llevando a la gente al límite. Sin embargo, nuestra zona está muy tranquila y tenemos mucha fe en que todo mejore poquito a poco. Nosotros aquí estamos para tenderles la mano y ayudarles en lo que se pueda”, explica.

“A nivel personal, no estoy notando grandes diferencias ni a nivel del trato con la población civil ni en ningún otro aspecto”, señala la Sargento Primero desde su experiencia. “No olvidamos que somos el Ejército y que estamos aquí preparados para hacer frente a cualquier situación que se pueda presentar. Pero, hasta el momento, hay mucha normalidad”, insiste.

Está previsto que los militares del Regimiento Galicia que forman parte de la trigésimo quinta Operación Libre Hidalgo en el Líbano regresen a casa en noviembre. La última vez que el Regimiento de Jaca participó en una misión internacional -antes de esta- fue también en el Líbano, en 2018. Al igual que ahora, se trataba de una operación de mantenimiento de paz.

Mientras llega ese momento, estos profesionales, junto al resto de los militares españoles desplegados en Oriente Medio, seguirán trabajando día a día al servicio de la paz internacional, dando lo mejor de sí mismos, ayudando a los más vulnerables allí donde se les necesita y con el corazón, siempre, en España. 

Por Rebeca Ruiz.

FOTOS: Carolina Durán. Cabo S-5 Spanbatt.

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