Crónica del ascenso al Ama Dablam (relato de la expedición al Himalaya de Mayencos)

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Fotografía enviada al Club Pirineísta Mayencos por el equipo de cumbre.

por Rebeca Ruiz

El Club Pirineísta Mayencos ha publicado en su blog el relato sobre la aventura de los tres expedicionarios que han intentado hacer cima en el Ama Dablam por una ruta prácticamente virgen, una empresa que abandonaban por las condiciones extremadamente difíciles que se han encontrado sobre el terreno, pero con la satisfacción de haber conseguido hacer cima por la vía normal, tal y como adelantaba ayer Jacetania Express.

«Como vemos por el relato, ha sido mucho más difícil de lo previsto, debido sobre todo a las extremas condiciones de frío. El reto de la denominada “Vía Americana” queda para otra ocasión», se ratificaba desde el club hace unas horas.
«Con la conquista de la cima por parte de David Orna y su compañera Pilar y ahora la de los tres mencionados podemos decir que la experiencia en el Himalaya del club Mayencos ha sido fructuosa, porque a parte de hacer cima en esa hermosa y peligrosa montaña, todos sus miembros están sanos y si bien aún no están todos en casa, podemos congratularnos de la experiencia maravillosa vivida este último mes en aquellas tierras lejanas, duras, muy duras a veces, pero que dejan una huella imborrable en todo aquél que las frecuenta», han explicado desde el club, insistiendo en que no era tan importante el hecho de no haber podido conseguir finalmente el reto como que todos estuvieran bien.

Luis Rodríguez, presidente del Club Pirineísta Mayencos y uno de los participantes en la expedición que ha acompañado a los alpinistas, confirmaba esta mañana la dureza de las condiciones con las que se han encontrado en Nepal, especialmente extremas ante el agotamiento y el frío, unas condiciones que sólo han permitido llegar a la cima de la montaña perfecta «por la vía normal». En la primera fase, cuando no había empeorado el tiempo, David Orna y Pilar Agudo consiguieron hacer cima con grandes dificultades. Agudo se recupera de los síntomas de congelación que sufrió y espera poder salvar los dedos, ha explicado Rodríguez, consecuencia de haberse enfrentado a temperaturas inferiores a 38 grados bajo cero en su ascenso al Ama Dablam.

Estas condiciones son inusuales en Nepal en esta época del año, ha explicado el presidente de Mayencos, destacando el hecho de que más de 200 tiendas de campaña estaban a la espera de poder subir a la cumbre y que, finalmente, este objetivo lo han conseguido menos de media docena de equipos.

El club era consciente de que el reto que se habían planteado los tres alpinistas era sumamente extremo. De hecho, el Ministerio de Turismo nepalí se había puesto en contacto con el grupo al conocer su intención, ya que no tenían registro oficial de que nadie hubiera conseguido ascender al Ama Dablam por la «Directa Americana» desde que se abriera esta vía en 1991. Pero no ha podido ser. El viento, el frío y el agotamiento lo han impedido, aunque no así el hecho, no menos importante, de que el equipo de cumbre pudiera conquistar el Ama Dablam por la vía normal.

A continuación, el relato que ha publicado el Club Pirineísta Mayencos:

«Después de un largo viaje desde España con paso por Dubai, Kathmandú y Luckla, y varios días de trekking por el conocido y bello valle del Khumbu, los 16 miembros del Club Pirineista Mayencos, llegan el dia 24 de octubre al campo base del Ama Dablam. Diez días por una parte de disfrute del maravilloso paisaje y por otra de cierta ansiedad por parte de los expedicionarios por empezar con su reto.
Tras una emotiva despedida, los 13 miembros del trekking continúan su andadura hacia el pico KalaPatthar, y los otros tres expedicionarios del club, Nacho, Manolo y Jesús, se quedan allí, para intentar escalar la mítica y bella montaña.
Al día siguiente, comienza un duro trabajo de aclimatación y porteo de material hacia los diferentes campos de altura. Durante este largo proceso los miembros del grupo se adaptan de diferente forma a la altura, lo que retrasa la fecha prevista para hacer cumbre hasta el día 6 de noviembre (14 días después de llegar al campo base), consumiendo la mayor parte del tiempo del que disponen para sus objetivos, alcanzar la cumbre por la vía normal y conseguir una perfecta aclimatación para después intentar escalar esta misma montaña por su cara oeste, por la vía ‘Directa Americana’, su principal objetivo. Esto, junto a la llegada del invierno, el aumento del viento en altura y las bajísimas temperaturas, alejan a todos los alpinistas de sus expectativas de cumbre y a nuestro equipo de su principal objetivo. Durante este periodo, los componentes del grupo observan como diferentes alpinistas bajan de la montaña con congelaciones en sus extremidades, y también son testigos de dos complicados rescates con helicóptero a más de 6.000 de altura de alpinistas que han sufrido casos extremos de mal de altura, lo que pone de manifiesto al difícil reto que se enfrentan los escaladores.
Tras una tediosa aclimatación y con la presión de la falta de tiempo y del endurecimiento progresivo de las condiciones para ascender la montaña, se pone fecha de cumbre. El día 4 de noviembre se inicia la ascensión al campo 1 a 5.700 metros, por camino cómodo pero muy largo, donde se salva un fuerte desnivel, hasta el principio de la arista sureste. A partir de este punto aparecen las verdaderas complicaciones de la montaña (altitud y dificultad técnica), solamente minimizadas por el grandioso trabajo de los sherpas de altura que cada temporada instalan una cuerda fija desde este punto hasta la cima.
El segundo día se recorre una arista rocosa, sinuosa y muy afilada, en la cual son necesarias técnicas de escalada en roca que nos deposita en el espectacular campo 2 situado a 6000 metros, denominado ‘Nido de águilas’, donde un número reducido de tiendas hacen equilibrio en diminutas repisas desafiando a la gravedad, pero con un encanto y localización especial.
Tras una corta noche, se inicia la ascensión hacia la cumbre a las dos de la madrugada, sumidos en una total oscuridad solo rota por la luz de los frontales. El terreno se vuelve cada vez más vertical y puramente invernal, combinando escalada en hielo y nieve con zonas mixtas de roca. Poco a poco se va ganando altura y con las primeras luces del alba se llega al gran serac, donde en ocasiones se monta el campo tres. Se superan varios resaltes desplomados de hielo que dan acceso a la parte final de la montaña. A partir de este punto hace presencia el viento que junto a la altitud, lo desprotegido de la montaña y las bajas temperaturas merman las fuerzas de los alpinistas.
Los últimos doscientos metros de desnivel se hacen especialmente duros, consiguiendo hacer cumbre a las 11 horas del día 6 de noviembre, en una mañana soleada pero muy fría y ventosa.
Tras un breve descanso en la cumbre y disfrute de las espectaculares vistas que hacen a esta montaña un mirador excepcional, se inicia el largo descenso, una combinación de sucesivos rapeles facilitados por las cuerdas fijas que nos depositan en el campo 2, donde descansamos la noche después de la larga jornada.
A la mañana siguiente, recogen todo el material de los campos de altura y con la pesada carga llegan al campamento base donde les esperan los dos cocineros, cansados pero con una gran sonrisa en sus demacradas caras.

Ahora sólo les queda darse una vueltecita por el Khumbu e intentar seguir los pasos de los trekkers sin ningún contratiempo. Que lo disfruten. Namasteeeeeeee!!!»

(http://mayencosamadablam2016.blogspot.com.es/)