Cientos de personas, procedentes principalmente de los pueblos del Valle de Tena y la Tierra de Biescas, pero también de otros valles pirenaicos, se daban cita en Sallent de Gállego, donde se escenificaba un funeral por el Pirineo Aragonés, entre atuendos de luto y velas y antorchas.
Con el lema «este año, el Carnaval se transforma en funeral», #SOSPirineoAragones y #SOSValledeTena convocaban esta nueva movilización en defensa del Pirineo y para visibilizar los duros momentos que atraviesa el sector turístico y de la nieve, que acumula grandes pérdidas sin prácticamente ingresos desde hace meses.
Un funeral con cientos de personas en silencio
La comitiva, simulando un entierro, desfilaba en silencio hasta el centro de Sallent, donde se ha guardado un minuto de silencio por el Pirineo Aragonés y por todos los negocios que no han podido resistir la crisis. Varias jóvenes del pueblo han puesto voz a las reivindicaciones de la montaña y del sector turístico, con el sonido de la gaita aragonesa como telón de fondo.
Miles de personas afectadas por la crisis del sector del turismo
La petición de ayudas económicas urgentes y efectivas que puedan paliar la grave situación que viven miles de familias como consecuencia de las restricciones de movilidad decretadas frente al COVID protagonizaba, de nuevo, la acción reivindicativa de este sábado.
La movilización, que se suma a las que se vienen celebrando durante las últimas semanas en distintos puntos de Huesca y el Pirineo Aragonés, se enmarca en el contexto de los confinamientos perimetrales frente al COVID y en la necesidad de su flexibilización para poder salvar la economía del sector turístico. Una medida, la de flexibilizar las restricciones de movilidad, que ya llega tarde, según explican los afectados.
Soluciones para los valles afectados por la crisis
En este sentido, Jesús Gericó, alcalde de Sallent de Gállego, explicaba que volvían a salir a la calle «por la apertura, si es que es posible por los datos sanitarios, y si no, porque se establezca un plan de rescate serio. Necesitamos que se destine dinero de verdad y que la gente que gobierna sienta una cierta empatía con los valles que lo están pasando tan mal». «Ya vemos que adoptan medidas para colectivos concretos, y el sector de la nieve cada día está más muerto. Es ya mes y medio que llevamos de reivindicaciones y, al final, el hartazgo de la gente va a llevar a que los pueblos se terminen vaciando. Se va a perder lo que ha costado conseguir durante mucho tiempo; en esta temporada, desgraciadamente, mucha gente va a dejar de vivir en estas zonas», lamentaba el alcalde.
«Hoy escenificamos un entierro, el entierro de muchas empresas que han muerto, que no han podido sobrevivir a estas condiciones y el entierro de muchas ilusiones; el entierro de los ahorros que teníamos preparados para que nuestros hijos pudieran ir a estudiar y de un montón de cosas», explicaba Diego Herrero, propietario del restaurante Vidocq, de Formigal, haciendo suyas las palabras de todos los que se volvían a movilizar este sábado. «Estamos hartos y necesitamos que nos escuchen», señalaba.
Unas palabras que se convertían en el grito unánime del Pirineo que, esta vez, se volvía a hacer oir, pero desde el silencio.
Por Rebeca Ruiz
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