Pauner: “La QH pone en valor nuestro territorio y hacerlo trascender es una satisfacción para todos los aragoneses”

CPauner

Entrevista cedida por ChainReactionCycles Quebrantahuesos

La QH 2017 contará con uno de los alpinistas españoles más reconocidos a nivel mundial. Carlos Pauner (Jaca, 1964) ha dedicado más de una década de su vida profesional a alcanzar la cima de los 14 Ochomiles de la tierra, siendo el cuarto alpinista español y el primer aragonés en lograrlo. En la actualidad, cumple con un nuevo reto: las 7 Cimas, un proyecto internacional con el que espera alcanzar el punto más alto de todos los continentes del mundo. De momento, ha alcanzado cinco y antes de lanzarse al sexto, hace un parón en el camino para pedalear en la Quebrantahuesos.

Ha llegado hace unos días del monte Denaly en Alaska, el quinto objetivo dentro del proyecto 7 Cimas. ¿Cómo se encuentra?¿Entrenará para la Quebrantahuesos o necesita descansar?

Después de un palizón como el monte Denaly, en un medio tan hostil como Alaska, subiendo a mucha altura, lo que quiero es recuperarme porque he perdido peso. Por un lado está bien lo de perder peso para ir en bici, me deja con menos fuerza. Así que, estos días, quiero recuperarme y sanar una herida que me he hecho en el pie por una caída y el frío. No requiere cirugía, pero es importante que me cure bien. También necesito recuperarme del jet lag. Pero quiero entrenar con ilusión, este fin de semana quiero ver los puertos para coger un poco el ritmo.

Como alpinista, ¿la bicicleta forma parte de su entrenamiento?

Ha formado siempre parte de mi vida. Para entrenar la montaña y la escalada, no hay nada mejor que coger la bici. Para coger fondo no puedes estar todo el día en la montaña, es una buena opción correr, pero también la bici de montaña, porque es la que más me conecta con el monte y con el ejercicio aeróbico. Durante muchos años he entrenado solo con bici de montaña y la experiencia ha sido buena. Descubrir la bici de carretera ha sido una buena experiencia, no esperaba que tuviera tantas diferencias con la bici de montaña, en cuanto al esfuerzo, regulación, velocidad…Ha sido un descubrimiento muy bueno y me he enganchado. Ahora solo salgo en carretera, aproximadamente unos tres días a la semana.

Es su primera QH. ¿Cómo se imagina el 17 de junio?

Va a ser un reto extraordinario. Me apunté por esa necesidad que tengo de conseguir retos constantemente, como los ochomiles o las montañas del mundo. Para mí va a ser un gran esfuerzo porque llevo poco en la bici de carretera, así que será un reto acabarla. Ese es mi reto: acabarla. Me imagino una prueba larga, una prueba donde me tendré que dosificar, mucha gente, mucho control mental, no obsesionarte con ruedas que no puedes seguir… Sólo quiero acabarla y disfrutarla. Seguro que después de coronar el Everest, ¡los cuatro puertos de la QH le parecen poca montaña! Pero hay que superarlos. ¿Qué es lo que le da más respeto? Me da respeto que el tipo de ejercicio es diferente al que estoy acostumbrado. Caminar puedo caminar infinitamente, estoy acostumbrado, pero la bicicleta es distinta y el ejercicio es más intenso porque arrastras tu cuerpo con la bici. Así que espero moderar las ansias de avanzar rápido para mantener mis reservas. También me asusta la estrategia de grupo, el ir en grupo…No estoy acostumbrado a estar rodeado de mucha gente porque siempre salgo solo. He hecho algunas cicloturistas para saber qué es estar en un pelotón, así que espero que salga bien.

Nació en Jaca, conoce los Pirineos y es un amante de las montañas. ¿Qué dificultades tiene este paisaje?

El Pirineo ha sido mi escuela. Desde los 15 años lo he escalado, conozco sus cumbres y sus paredes, he escalado mucho en ellas y conozco los cambios de temperatura. También conozco la vertiente francesa, es muy vertical y más cortada que la española. Espero que el día sea bueno y que no haya mal tiempo en la parte francesa. Para las subidas, cada uno va a su ritmo, pero también pienso en las bajadas, el control de la bici es fundamental. En la parte francesa hay descensos largos y tenemos que llevar cuidado porque no conozco los puertos en bicicleta.

¿Se ha marcado algún objetivo?

Sólo quiero terminarla y disfrutarla manteniendo mi media. Es una experiencia más que quiero vivir, como subir el Everest, navegar por el Mediterráneo o andar por el Sáhara… Son cosas que luego te traen un recuerdo extraordinario.

Como aragonés y jacetano, ¿cómo cree que ayuda la QH a promover este territorio?

Ayuda mucho. En Aragón tenemos un territorio extraordinario, con zonas muy vírgenes y muchos ecosistemas. El Pirineo tiene montañas de una altura amable, que no son peligrosas y que permite practicar muchas disciplinas deportivas (barranco, escalada, ciclismo…). Que haya una QH, además de generar economía, ayuda a romper la estacionalidad de la zona, que parece que solo pueda ser un buen destino con el esquí y el invierno. Pone en valor nuestro territorio y hacerlo trascender más allá de nuestras fronteras es una satisfacción para todos los aragoneses.

Además de alpinista, es un motivador gracias a su experiencia y suele dar charlas motivacionales. ¿Nos puede dar un consejo para afrontar ese momento de la prueba en el que nos faltan ánimos?

A mí, estando en montañas de 8.000 metros me ha pasado: no poder más, querer tirar la toalla e irme a mi casa. Y es entonces cuando me viene bien recordar quién te ha puesto en esa situación: el que te has puesto en esa situación eres tú. Y es entonces cuando debemos recordar por qué estás ahí, cuál es tu objetivo o tu sueño. Ya sabías que ese momento iba a llegar, que el momento duro iba llegar. Lo mejor es entonces concentrarse en pequeños pasos y dividir la montaña en pequeños campos y preocuparse de lo inmediato: ahora subo este puerto, ahora termino este kilómetro y luego ya veré lo que hago. Lo mejor no es mirar la prueba en global, sino poco a poco y paso a paso es una buena estrategia mental para no caer en el agotamiento. Y después de la Quebrantahuesos… Seguiré con las 7 Cimas. Me queda el Vinson en la Antártida, pero quiero volver al Everest e intentarlo por la cara norte. Me lo he planteado como colofón. Espero poder en invierno ir a la Antártida y el Everest para el año que viene.

Conocer tantas partes del mundo le ha llevado a empujar muchos proyectos, como la Fundación Carlos Pauner. ¿Qué trabajo hacen en la Fundación?

La Fundación es una respuesta personal a un periodo de vida alejado de nuestro entorno. He pasado mucho tiempo en Nepal y en Pakistán. He visto como viven, como crecen los niños. Terminado el proyecto deportivo, me di cuenta que podía hacer algo por ellos y ayudarles en la educación. Creé la fundación para conseguir fondos para recaudar dinero e invertirlo en la educación de Nepal, Pakistán, pero también de Aragón. En Pakistán las necesidades son básicas, en Nepal hay que impulsar el apadrinamiento de niños, pero en nuestro territorio tenemos que ayudar en programas educacionales. Transmito los pasos que he seguido en mis objetivos y intento hacerles valorar la cultura del esfuerzo para conseguir tus objetivos con buenos hábitos.