Hace unas horas arrancaba el macrosimulacro de la Unidad Militar de Emergencias que se desarrollará, durante toda la semana, en la Jacetania y el Alto Gállego. Desde el Puesto de Mando Avanzado instalado en Villanúa comenzaba a coordinarse el operativo para hacer frente a las primeras víctimas de la catástrofe, que irá empeorando durante los próximos días: un alud en El Portalet, con un vehículo atrapado, y afecciones en la zona de La Garcipollera, con varias personas que debían ser rescatadas, además de un accidentes de autobús. En estos momentos, el supuesto escenario incluye desbordamientos en los ríos Aragón y Gállego, con destrucción de puentes y otras infraestructuras dañadas.
La situación se complicará en las próximas horas
Francisco Palú, director de operaciones de Protección Civil, que está al mando de este Puesto de Mando Avanzado -la persona encargada de coordinar y dirigir las actuaciones ante las situaciones que van aconteciendo-, explicaba a los medios la supuesta situación de emergencia: «Está prevista una situación que se irá complicando conforme avanza la semana; hoy hemos empezado con una emergencia cuya gestión corresponde al ámbito de la comunidad autónoma: ha habido una situación meteorológica adversa, con grandes precipitaciones en forma de nieve que están provocando muchos incidentes relacionados principalmente con el tráfico, con cortes de carreteras, y estamos empezando a tener problemas de aludes, con gente que estaba realizando senderismo y actividades de montaña». «La previsión que tenemos a corto plazo es que va a haber un aumento de temperatura, con un aumento de los caudales, y pueda haber afecciones en zonas inundables», matizaba.
Una situación lo más real posible
Es todo lo que se sabe hasta ahora, ya que la situación debe ser lo más real posible para que se pueda evaluar cómo sería la respuesta ante una catástrofe de esta magnitud. Ni siquiera los medios de comunicación sabemos exactamente dónde y en qué momento se va a producir cada siniestro, como tampoco lo sabríamos en una situación real.
El objetivo que se busca con el simulacro -explica Palú-, es «poner en práctica el mecanismo de coordinación entre todas las administraciones y todos los recursos que están disponibles para atender una emergencia, tanto los de ámbito local como comarcal, provincial, regional y, en el caso de que la emergencia sobrepase su capacidad, se activará la situación de nivel 3, que supone que la emergencia pasará a ser dirigida desde el Ministerio del Interior y que la operatividad será asumida por la UME porque la situación de emergencia ha alcanzado ya un carácter de interés nacional».
En España, nunca se ha activado el nivel 3. Un territorio muy amplio, con un número de víctimas muy elevado, que sobrepase la capacidad regional de respuesta, sería el escenario que llevaría a esta activación. Justo lo que se va a simular en la Jacetania y el Alto Gállego durante los próximos días.
Por Rebeca Ruiz
‘Aragón 2109’ simulará un escenario de catástrofe por inundaciones que producirán una serie de riesgos derivados, incluyendo los riesgos medioambientales y tecnológicos, así como los derivados del colapso de edificaciones e infraestructuras. La situación de emergencia que dará lugar a este Ejercicio Conjunto Combinado (ECC) es consecuencia de un intenso temporal de nieve al que le siguen lluvias y viento, unido a un aumento drástico de las temperaturas que facilitará una fusión acelerada del abundante manto nivoso acumulado a lo largo del invierno. A esto se le une un movimiento sísmico superficial que provocará numerosos aludes.
Pero los efectos de las inundaciones no solo se limitarán a los daños inmediatos ya mencionados, sino que serán precursores de otros riesgos derivados de los daños causados en áreas industriales. Estos riesgos derivados, dada la especificidad de su gestión y la alta afectación que pueden suponer sobre el medio ambiente y la población (sobre todo la que se desplaza temporalmente), supondrán un reto organizativo dado la simultaneidad de acciones y medios que se derivan de la atención a los problemas provocados por el seísmo.
Inundaciones, aludes, desprendimientos de terreno, cortes en vías de comunicación, afectación a complejos industriales, bienes de interés cultural e incidentes medioambientales serán algunos de los efectos inmediatos siendo las comarcas de Jacetania y Alto Gallego las que sufrirán los daños más importantes.
