Agricultores y ganaderos de Jacetania y Alto Gállego vs macroparques solares

Agricultores y ganaderos de Jacetania y Alto Gállego vs macroparques solares. En la imagen, de archivo, tractores en la acción de protesta que tuvo lugar en Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Agricultores y ganaderos de Jacetania y Alto Gállego vs macroparques solares. En la imagen, de archivo, tractores en la acción de protesta que tuvo lugar en Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

29 agricultores y ganaderos de La Jacetania y el Alto Gállego explican en una carta las afecciones que tendría para el sector primario la proliferación descontrolada de macroparques fotovoltaicos estas comarcas. Se trata de profesionales en activo de varios pueblos, con edades comprendidas entre los 23 y 64 años. El documento aporta también interesantes reflexiones sobre el futuro de la economía rural vinculada a la agricultura y la ganadería con una visión global, desde lo local.

El amanecer de las renovables y el ocaso del medio rural. Carta íntegra

El cambio climático es una realidad, y los que vivimos del sector primario lidiamos todos los
días con sus consecuencias, ya sea en forma de sequías, inundaciones, heladas tardías… Este tipo
de fenómenos son cada vez más habituales y hacen que la agricultura y la ganadería sea cada vez
más incierta. De modo que el sector primario está plenamente concienciado de la importancia de revertir el mismo, y una de las formas de mitigarlo es sin duda la implantación de energías renovables, como la energía fotovoltaica.

La implantación de estas tecnologías es interesante para el sector, ya que dispone de mucho
espacio libre para la instalación de paneles solares, como son los tejados de las naves, las balsas de
riego, pequeñas parcelas poco productivas… Con las que se podría cubrir las necesidades
energéticas de la actividad agraria e incluso podría generar ingresos extra mediante la venta de
energía.

Estas pequeñas instalaciones podrían ayudar a mejorar la rentabilidad del sector primario,
generando un mínimo impacto visual y ambiental, y además podrían conectarse directamente a la
red de baja tensión, aprovechando la infraestructura eléctrica ya existente.

El modelo de los macroparques fotovoltaicos

Lamentablemente, este no es el modelo que se está imponiendo. Vemos como en los
últimos años se ha generado una burbuja especulativa de creación de grandes instalaciones solares
y eólicas, las cuales ofrecen alquileres desorbitadamente elevados, llegando a ser el valor del
contrato de arrendamiento diez veces superior al valor de compra del terreno, lo cual genera no
pocas dudas en cuanto al futuro cumplimento de estos contratos.

Imaginen como puede afectar esto a un agricultor o ganadero que tiene terreno arrendado
para su actividad. Ya no solo se tiene que preocupar de mantener la rentabilidad de su explotación
pagando esos arriendos, una tarea ya de por si complicada, sino que ahora tiene que competir por
el terreno con unas ofertas totalmente fuera de mercado. Muchos de estos agricultores y ganaderos
no podrán afrontar la pérdida de terreno productivo, de la cual depende su rentabilidad, y se verán
abocados al cierre.

Ante lo que parecía como una gran oportunidad de fortalecer el sector primario y mejorar
las condiciones de vida en el medio rural, se ha convertido en una burbuja especulativa que no sólo
pone en peligro la viabilidad de numerosas explotaciones agropecuarias, sino que además está
generando un deliberado conflicto social entre defensores y detractores de grandes instalaciones.

En este sentido, hay numerosos agricultores y ganaderos que ya han firmado contratos de
alquiler para la implantación de grandes instalaciones fotovoltaicas, aun sabiendo que ello supondrá
el fin de su actividad agraria. Es doloroso ver como personas que han estado comprometidas con el
sector agrario se han visto manipulados para contribuir a liquidar el sector agrario en su zona, tal
vez sin ser del todo conscientes de las verdaderas consecuencias, desalentados por la falta de apoyo
real a las economías del medio rural que les genera una sensación de ausencia de expectativas de
futuro.

intereses tras los macroparques fotovoltaicos

Para ello, las empresas promotoras han realizado ofertas desorbitadamente elevadas y han
presionado a los propietarios diciendo que su vecino había firmado ya, y que si él no firma se
quedaba fuera. Se trata de una estrategia perniciosa y tramposa que desgraciadamente conocemos
bien en estas montañas, que genera en nuestros pueblos un falso conflicto de intereses entre iguales
y una fractura social que no deberíamos consentir. Algo que ya resultó muy útil para los intereses
especulativos en los tiempos de la construcción de los pantanos en el siglo XX y de la burbuja
inmobiliaria que nos estalló en 2008 generando una tremenda crisis social y económica. En ambos
casos todavía seguimos sufriendo las consecuencias e intentando resistir generando alternativas de
futuro con mucho esfuerzo y compromiso colectivo.

El entorno en el que vivimos es fruto del duro trabajo de incontables generaciones, que han
logrado crear un territorio que no solo produce alimentos de calidad, sino que tiene un incalculable
valor paisajístico. Los grandes proyectos fotovoltaicos y eólicos no solo ponen en peligro la viabilidad
de un sector estratégico como es la agroalimentación, sino que además favorece la despoblación en
el medio rural, nadie va a querer vivir en un pueblo rodeado de placas solares.

Es urgente poner freno a esta burbuja especulativa, estableciendo una moratoria a nivel
nacional que paralice este tipo de grandes proyectos, para poder evaluar el impacto real y regular
su implantación de forma que sean compatibles con la vida en el medio rural.

Está en juego el futuro del medio rural, si no ponemos freno a esta burbuja, se perderá para
siempre el paisaje que con enorme esfuerzo moldearon nuestros antepasados, y en el que hemos
invertido innumerables recursos para mantenerlo y cuidarlo.

Por 29 agricultores y ganaderos en activo de las comarcas de La Jacetania y el Alto Gállego

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